Descargar

Memoria y transición democrática (1983-1987)

Enviado por Eduardo Corvalán


Partes: 1, 2

    1. Memoria colectiva
    2. Memorias en pugna
    3. Democracia y gestión de la memoria
    4. Consideraciones finales
    5. Notas
    6. Bibliografía

    Introducción

    La última dictadura militar argentina fue de las más feroces del ciclo que sumió a Sudamérica en los setenta, en especial a partir de una variante represiva nunca antes vista en los términos de sistematicidad que alcanzó, sobre todo por la "desaparición" de personas. Respecto de ese pasado aun mucho se dice, en cada palabra sobreviene un recuerdo; porque no, una memoria.

    No obstante, sucede que esos actos de memoria sobre un "pasado reciente" son algo más complejos, y a ellos queremos dirigirnos en estas páginas. La proximidad buscada a los sucesos de la última dictadura militar argentina nos lleva a poner nuestra mirada en el período de transición democrática, que algunos podrán apuntar ya para los meses finales del Proceso de Reorganización Nacional, y que desde estas líneas pensamos entre 1983 y 1987. Consideramos que los cambios de régimen político constituyen una atmósfera privilegiada para prestar atención a las disputas y careos entre actores surgentes con experiencias y expectativas políticas diferentes, aplicadas ellas a la conformación de una memoria del pasado. En este sentido, Paula Canelo (2006) plantea que las presidencias de Galtieri y Bignone, inmediatamente anteriores a la vuelta al Estado de derecho inaugurado con la presidencia de Raúl Alfonsín, dieron signos de un poder en retirada, tambaleante. Algunos vieron la "norma" del ejercicio del poder cuando el agotamiento del régimen represivo se hizo patente, y desde la endeblez de la excepción que aún proponía el proceso comenzaron a pensarse formas posibles de rememorar el pasado.

    De esa coyuntura, queremos rescatar los primeros años del gobierno de Raúl Alfonsín, dirigente radical que asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1983, pasados casi siete luctuosos años de autoritarismo estatal. Al respecto, es nuestra idea central poner en evidencia que el Poder Ejecutivo, surgido de unas elecciones libres celebradas después de diez años, debió fluctuar en sus decisiones atendiendo las diversas luchas por la memoria que se suscitaron entre los múltiples actores convocados a la escena en ese cambio de régimen. Partimos de mostrar que la Unión Cívica Radical, con la fórmula Alfonsín-Martínez, hizo suyo el discurso de los Movimientos de Derechos Humanos que reclamaban actos de justicia frente a las aberraciones cometidas durante la dictadura, pero que, ya en ejercicio del poder, combinó esos reclamos con una estrategia de consenso que no dejó exento al cuerpo castrense.

    En cuanto a lo último es que pensamos de importancia un paneo por lo que fueron las intervenciones de los actores de la transición, cada uno con un proyecto de memoria diferente. Por un lado, dentro de la heterogeneidad que presentaban, encontramos a los movimientos de Derechos Humanos, con un discurso, creciente desde fines de los setenta, abocados a la denuncia de las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura, incluyendo la acción en el plano internacional para conseguir apoyo en contra del régimen dictatorial y la solidaridad y el apoyo a las victimas y sus familiares, como a la demanda de justicia y "no olvido" que intentaron emplazar en el país mediante la sistemática detracción de lo actuado por los agentes militares y policiales. Esas prerrogativas fueron trasladadas a la transición democrática.

    Por su parte, las Fuerzas Armadas, desde las corporaciones y asociaciones, exhibieron la pretensión de no judicializar los crímenes cometidos en un primer momento, y reafirmaron los diversos planteos que manifestaban una "guerra antisubversiva" en territorio nacional, gestando inclusive enunciaciones posteriores que plantean la necesidad de una "memoria completa" que atienda el recuerdo de quienes fueron partícipes del lado militar del proceso, esto último ya sobre los "90, razón por la que excede la temporalidad propuesta para nuestro estudio.

    Precisamente, esas disputas fueron las que compusieron el contexto en que Raúl Alfonsín gobernó hasta 1989. La inestabilidad política en una Argentina acostumbrada a episodios de violencia y de ruptura institucional a lo largo del siglo XX puso al novel gobierno ante la labor de reconstrucción democrática, que Alfonsín expresaría en términos de una pacificación capaz de cimentar los valores de respeto con las memorias minoritarias, en este caso las de los sectores afines al régimen militar como FAMUS(1), sin dar lugar, claro está, a la reivindicación del terrorismo de Estado. Sin embargo, el Estado quedaría signado por la sombra de una corporación militar no resignada a perder su espacio de poder en los destinos de la Nación.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente