- Introducción
- Desarrollo
- El léxico de oficio de tabaquero en mi localidad
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
El estudio del lugar que ocupa el lenguaje en el contexto de las relaciones socioculturales constituye un punto de partida para la consideración del valor que tienen esas relaciones en su configuración; por otro lado, es precisamente el lenguaje uno de los presupuestos que distingue las relaciones aludidas, en tanto constituye huella histórica (oral o escrita) y expresión sociolingüística de los nexos sociales que establece el hombre.
En esa red de intercambios compartidos, en la realización del lenguaje en la sociedad, el conocimiento léxico, de acuerdo con nuestro punto de vista, ocupa un lugar especial. Se trata de que para producir cultura se necesita conocer- entre otras cosas- el repertorio léxico. De esa manera el conglomerado total de significados adquiere relevancia para lo social y se manifiesta, por tanto, en las relaciones socioculturales.
En consecuencia, la necesidad de estudios que expliquen el conocimiento léxico resulta de actualidad, ya que pueden contribuir a la redimensión de los referentes acerca de las relaciones entre lengua, cultura y conocimiento.
El siguiente trabajo tiene como objetivo específico indagar en el léxico (palabras) que intervengan y formen parte del oficio de tabaqueras – os, y de aquí la importancia que este representa para el desarrollo sociocultural de una localidad o región de nuestro país.
En las primeras etapas de transformación del mono en hombre se destaca por qué el trabajo fue el factor fundamental en dicha transformación.
F. Engels escribió:
"El trabajo…es la condición básica y fundamental de toda la vida humana y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, podemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre…Gracias al trabajo los monos, animales que vivían en manadas fueron con cada nuevo progreso, dominando la naturaleza, conociéndola, ampliando los horizontes del hombre.. el desarrollo del trabajo al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad conjunta, y el mostrar así las ventajas de esta actividad conjunta para cada individuo, tenía que contribuir forzosamente a agrupar aún más a los miembros de la sociedad. En resumen, los hombres en formación llegaron a un punto en que tuvieron necesidad de decirse algo los unos a los otros… surgió el lenguaje que facilitó la comunicación."
Esta reflexión de Engels nos ayuda a comprender el desarrollo dialéctico del surgimiento del hombre como ser social y en las reflexiones subrayadas por nosotros, podemos entender los inicios de la transmisión de las experiencias acumuladas de unos hombres a otros, de unas hordas a otras, de unas generaciones a otras.
De aquí que el léxico de los oficios sea parte indispensable en la cultura de nuestros pueblos y en especial en nuestro Quemado de Güines, fundado en 1667 por Don Juan Lobato de Figueroa.
En nuestra localidad se tienen nociones que la industria tabacalera se introduce o se implementa desde el siglo XVIII hasta XX, teniéndose información desde entonces de las primeras fábricas.
En el siglo XVIII hasta XIX aparecen las primeras vegas y con ellos varios chinchales denominados nacionalmente así por su estrechez y economía.
Según los vegueros más antiguos la fecha de siembra es del 15 de octubre al 2 de febrero, cuando se inician la cosecha de corte y ubica en dos cujes en la casa del tabaco, se cura hasta la época de lluvia (después de mayo aproximadamente), es entonces que se amarra en matules y los empilonan uno sobre otros.
Los oficios son las profesiones de ayer y de hoy, sin lugar a dudas forman parte indispensable de la cotidianidad de cada uno de los pueblos del mundo.
"En la descripción de La Habana en 1598, mencionada por La Torre en su libro "La Habana Antigua y Moderna", se lee: "aquí carecemos de todo y principalmente de artistas: el trabajo de mano es carísimo; por la hechura de una ropilla entera de raso, lleva el maestro Aguilera veinte escudos de oro".
El Cabildo Habanero autorizó para ejercer de barbero y cirujano, y así lo hizo en 1552 en favor de Juan Gómez, pero no fue hasta 1570 que ejerció de barbero, cirujano y boticario, que para todo ello tenía título concedido en la Universidad de Alcalá de Henares, un licenciado Gamarra, dando indicios así de nuestros primeros oficios.
Pero tres años más tarde de lo ocurrido con Julián Gómez en 1573 había en La Habana sastres, zapateros, herreros y calafates, lo prueba el acuerdo del Cabildo de 10 de abril de 1573 para que el día de Corpus Cristi esos oficiales sacaran invenciones para aumentar el regocijo y la fiesta.
El aprendizaje de un oficio no era cosa fácil en los últimos tiempos de la colonia. Quien lo intentaba tenía que trabajar sin paga alguna a veces durante varios años. Y aun así el ingreso en un taller o fábrica como aprendiz no era cosa fácil, pues había que vencer la preferencia que se daba a los parientes de los dueños y a los de los maestros operarios, españoles por lo general. Quedaban para los criollos los trabajos más rudos, como simples jornaleros, si bien tenían la casi exclusividad como sastres, músicos, tabaqueros.
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