La documentación: acción estratégica integradora del docente para la obtención del conocimiento histórico a partir del patrimonio cultural local
Enviado por María Caridad Bestard González
Introducción:
En su concepto más amplio, el vocablo historia se nos presenta relacionado concretamente al de sociedad. Dicha relación está dada desde el origen del hombre y su necesaria actividad social. Esta última fue la condición indispensable para su supervivencia durante el proceso de evolución, así como la propia complejidad de su entramado social en el que ha estado inmerso siempre, fruto de las relaciones contraídas entre los propios hombres durante el proceso de trabajo.
Apreciar al hombre en su actividad social es relacionar el estudio de la sociedad y el papel que desempeña el hombre en la misma. Así, la interpretación marxista de la sociedad, como proceso histórico – material, viene a ser el punto de partida para la comprensión y explicación materialista de la historia. En ella, la sociedad es un producto de la actividad de los hombres, donde se ubican en la diversidad de esferas en que se mueven, y expresan elementos de orden económico, político, social y cultural en una estrecha relación dialéctica.
El vocablo historia, por tanto, se concibe con un doble significado:
– Cuando hace referencia a lo ocurrido en la vida social de los seres humanos, su experiencia histórica, la conjunción de factores de las sociedades y los individuos: en organización, actuación, desarrollo y cambio. Esto es la realidad histórica. Es la materia de la historia, la realidad objetiva.
– Cuando se refiere al estudio, análisis e interpretación científica que de la realidad histórica elabora la historiografía mediante la investigación histórica, es lo que conocemos por conocimiento histórico. Es decir, el conocimiento que se ocupa de estudiar la realidad histórica.
En un juego de palabras concreto: "la historia es conocimiento de una materia y materia de ese conocimiento"1, se han conjugado los conceptos hombre, sociedad, realidad histórica y conocimiento histórico, en una interrelación dialéctica.
La elaboración de ese conocimiento histórico, científicamente fundamentado, ha correspondido a través del tiempo al historiador, como la persona que responde a tal necesidad con su carga subjetiva durante la explicación de la materia histórica. Pero la historia no es solamente para ser elaborada por el historiador, debe ser enseñada, y específicamente, para el acto de enseñar, cumplir con determinados requisitos pedagógicos.
A partir de la idea central de que la enseñanza de la Historia depende en gran medida y en primera instancia, de la elaboración de ese conocimiento histórico, en esta comunicación haremos especial énfasis en la acción que estratégicamente debe asumir el docente para obtener la información que luego procesará acorde a las características psicopedagógicas de sus alumnos. Es decir, garantizar la información para elaborar el contenido histórico que ha de ser enseñado. Todo ello corresponde a una acción estratégica específica e integradora: documentar, es decir: evidenciar, fundamentar el contenido histórico que puede extraerse de las fuentes. Se recurre en este caso a las obras del patrimonio cultural como fuentes del conocimiento histórico que serán utilizadas como recurso y contenido de enseñanza en el proceso de enseñanza – aprendizaje de la Historia como asignatura. Se plantea así la importancia de la tarea de seleccionar y describir, desde la concepción histórica y pedagógica, que han debido realizar muchos enseñantes en sus propuestas pedagógicas de la Historia Local utilizando al Patrimonio cultural como recurso y contenido de enseñanza.
1 Colectivo de autores franceses y cubanos. 1996. "La Historia y el oficio de Historiador". La Habana. Editorial Ciencias Sociales.
Todo lo que se expone en esta comunicación es fruto de las experiencias de tutorías y direcciones de trabajos de investigación realizadas, en que como antecedente del problema se plantea inicialmente, la necesidad de satisfacer carencias bibliográficas para la enseñanza de historias de la localidad durante la última década del siglo XX en Cuba. Posteriormente, el hecho de acudir a este tipo de recurso de enseñanza, que resultara elemento probatorio o evidencia para la historia local, permitió la detección y comprobación en la práctica, de las potencialidades del patrimonio cultural como recurso y contenido de enseñanza, no solo para la asignatura Historia, sino para otras, dado el carácter polisémico y capacidad interdisciplinar del patrimonio cultural.
En el desarrollo de esta comunicación se emplean resultados de investigaciones realizadas por la autora, vinculadas muy especialmente a argumentos de autores como Fontal Merillas, Calaf Masachs, Ubieto Arteta, y Prats, del ámbito español, mientras que del entorno cubano se ha tomado como punto de partida los planteamientos de Pendás, Álvarez de Zayas, Rita, Leal H. y Dubrocq , entre otros.
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