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El aprendizaje de la lectura en lengua extranjera: alternativas para su dirección


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Desarrollo
    3. La lectura analítica: partida para la creación de formas de autodirección del aprendizaje
    4. Procedimientos didácticos para la acción independiente
    5. A modo de conclusión

    Resumen

    El aprendizaje de la lectura en lengua extranjera constituye un proceso complejo y bilateral, el cual que exige el desarrollo de estrategias de dirección y de implementación, por el maestro y por los estudiantes respectivamente. En este artículo se muestra cómo el proceso de aprendizaje de la lectura puede ser dirigible a partir de la determinación de modos y procedimientos de trabajo que coadyuven no sólo al desarrollo de hábitos y habilidades de lectura, sino también del pensamiento del alumno.

    Introducción

    Una fundamentación plena de los aspectos concernientes a las condiciones bajo las cuales se produce el aprendizaje de la lectura, resulta hoy día una tarea que no ha sido solucionada en su totalidad. Evidentemente, ningún procedimiento o método de enseñanza puede servir de medio para ofrecer una respuesta adecuada a tal situación, si no se toma conciencia de que la actividad del alumno debe ser no sólo organizada, sino también dirigida por el maestro en todas las etapas de aprendizaje de la lectura. Esto, evidentemente, no debe entrar en contradicción con las aspiraciones de desarrollo de la actividad cada vez más independiente, autónoma de los estudiantes.

    Las dificultades más frecuentes que presentan los alumnos en el proceso de lectura son la consecuencia de las insuficiencias en: la formación de la habilidad de análisis textual; en la elaboración de acciones de control del procesamiento de la información y de los resultados, así como en el desarrollo de motivos generales y específicos para la lectura. Estos aspectos tienen que ver tanto con la actividad del alumno como con la dirección del aprendizaje por el maestro.

    ¿Qué factores se hallan en la base de estas dificultades? Una respuesta correcta a esta pregunta implicaría un análisis de un conjunto de causas psicológicas, pedagógicas, lingüísticas, metodológicas y otras, imposible de abordar aquí a plenitud. Sin embargo, sí es posible mostrar cómo el proceso de aprendizaje de la lectura es dirigible a partir de la determinación de modos y procedimientos de trabajo que coadyuven no sólo al desarrollo de hábitos y habilidades de lectura, sino también del pensamiento del alumno.

    En primer lugar es necesario plantear que las dificultades que presentan los alumnos en el procesamiento textual dependen de cómo el maestro estructura los pasos de solución de tareas textuales. Evidentemente, el más simple razonamiento indica que si los alumnos no tienen un desarrollo adecuado de estrategias de lectura, es porque la enseñanza no ha tenido éxito; si ellos no saben cómo analizar una información determinada y no tienen a su disposición procedimientos lógicos de la actividad, se debe a que no se han creado las condiciones indispensables para ello.

    El desarrollo de hábitos y habilidades de lectura y del pensamiento del alumno requiere de una dirección peculiar. Para ello son necesarios determinados criterios que permitan al maestro determinar el grado de desarrollo alcanzado. En el primer caso se utilizan criterios de comprensión textual asociados, fundamentalmente, al conocimiento del significado del vocabulario en el contexto que conforma la estructura léxica del texto, manejo de estructura sintáctica, organizativa y proposicional y a los procesos racionales que el alumno ejecuta, donde un fallo en un paso a seguir puede comprometer toda la comprensión. En el segundo caso se asumen criterios que tienen que ver con: el nivel de ejecución del análisis de la información textual en correspondencia con la tarea planteada; el plano en que se realizan las operaciones mentales en el curso de solución de la tarea (mental o externo- a través de gráficos, diagramas); la independencia en la realización del análisis, en la ejecución de las operaciones; la forma en que el alumno controla sus acciones cognoscitivas y valora su adquisición.

    Desarrollo

    Para que el proceso de aprendizaje de la lectura en lengua extranjera sea dirigible se debe tener en cuenta que el alumno utilice diferentes instrumentos de trabajo, aplique procedimientos de búsqueda mental, se represente con claridad qué debe hacer primero y qué después, es decir, el orden racional de las acciones y operaciones. Además se debe prestar atención al sistema de metaconocimientos que debe poseer el alumno para planificar, comprobar, monitorear, verificar, revisar y evaluar sus propias estrategias de aprendizaje[1]y de comprensión.

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