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Causalidad y sincronicidad en astrología – El Astrólogo como Chamán

Enviado por German Pastorini


Partes: 1, 2
Monografía destacada

    1. El "principio de incertidumbre" de heisenberg en astrología
    2. Astrología integral
    3. El viaje del héroe a través de la carta natal
    4. El monomito
    5. …Y comienza el viaje
    6. La consulta astrológica como rito de iniciación
    7. El astrólogo como chamán
    8. Bibliografía consultada y citada

    Es un hecho relevante en la cotidianeidad de nuestra praxis profesional el concebir la existencia de un vínculo innegable de causa-efecto entre lo que se de-vela en y a través de la lectura de un mapa natal y ciertas particularidades caracterológicas, amén de sucesos y eventos concretos, pasados, presentes y a suceder.

    Es la firme convicción en la presencia de una causalidad de tipo lineal lo que ha permitido al tiempo que ha sido pilar fundamental en la instauración de un tipo de astrología de carácter netamente predictivo.

    Este es un modelo que tiene fuertes y marcados paralelismos con lo que ha sido la Física Clásica de connotaciones particularmente newtoniana-cartesianas. Y lo afirmamos en el sentido de que así como la referida disciplina se basa en la existencia de una causalidad lineal que permite a través de la aplicación de ciertas leyes, el predecir hechos de carácter fáctico, a través de rigurosos procesos experimentales, la astrología de orden predictivo ?como su nombre lo indica- busca "predecir" eventos, en tanto que a una determinada "causalidad" astrológica le "debería" de corresponder un cierto "efecto". Aplicado a la descripción de personalidades lo vemos en cuanto a que un signo o una determinada configuración planetaria remite a que una persona sea y se comporte de tal y/o cual manera.

    Y así vemos que "los" de Cáncer son de una manera y "los" de Leo de otra, y que una persona con una cierta configuración expresará cierto tipo de comportamiento así como que un cierto tránsito ha de implicar que a un individuo "le habrá de suceder" …

    Retomando nuestro paralelismo con la Física Clásica, es de ver, que así como esta ciencia ha evolucionado a lo que es actualmente la concepción cuántico-relativista de la misma, la Astrología se encuentra actualmente bastante estigmatizada, dado que sus "predicciones" no han logrado el grado y el nivel de confiabilidad que estadísticamente seria esperable. Y así como la Física, a principios del siglo XX se encontró en un callejón sin salida que sólo se resolvió mediante y a través de una real trans-formación (la concepción ya mencionada), así como mediante la introducción del "principio de incertidumbre" de W. Heisenberg, hoy día, a comienzos de este siglo XXI, nos encontramos al decir de Khun, ante un verdadero quiebre paradigmático de y en la Astrología, por lo cual se hace imperiosa una re-evolución de esta disciplina, pero no sólo de grado, sino de esencia.

    A través del presente trabajo buscamos mostrar cómo uno de los fundamentales pilares ?que no el único-, ha de ser el constituir a la sincronicidad como complemento indispensable del marco causal en que se afirma actualmente la astrología, así como también el de incluir al seno de este saber-arte, el mencionado "principio de incertidumbre" en nuestra praxis cotidiana.

    La sincronicidad refiere a patrones de relación a-causal, donde lo importante es el carácter significativo de la misma. Es decir, los sucesos sincrónicos son relevantes en la vida de una persona.

    Jung establecía que la sincronicidad se manifiesta mediante coincidencias significativas en la vida de una persona y por ende, la misma estaría refiriendo a un principio conector a-causal, donde ?y esto es importante de recalcar- mantiene un fuerte paralelismo con la existencia de procesos internos, de los cuales la persona no es consciente.

    En este sentido, sucesos exteriores serían un reflejo de procesos interiores y en consecuencia, no tendrían un carácter ni racional ni de causa-efecto, sino que su importancia derivaría del significado que tenga para la o las personas que lo experimentan.

    La sincronicidad permite de esta manera que la Astrología llegue a considerar al individuo y al Kosmos como una única e idéntica totalidad de carácter gestáltico (lo cual actualmente no pasa de ser una mera referencia retórica)

    Cómo hacíamos referencia en un trabajo anterior, el mapa natal se convierte así en un verdadero instrumento de auto-conocimiento y una carta de navegación hacia nuestros espacios interiores.

    En definitiva, podemos apreciar que la sincronicidad está íntimamente interrelacionada con la actividad de nuestro psiquismo.

    Además, es un hecho muy particular, que la misma ?la sincronicidad- parece incrementarse cuando al seno de una persona, se aprecian procesos de gran intensidad, ya sean los mismos de carácter conflictivo o no. De esta manera el contexto emocional de una persona remite, complementa y explica una situación del mundo exterior.

    Conjuntamente a lo anteriormente expuesto, buscamos fundamentar una Astrología que a través de la carta astral no nos haya de mostrar la trama ineludible del "destino" predecible, sino que nos permita visualizar líneas básicas de desarrollo y expansión de nuestro ser hacia mayores y más vastos e integrativos niveles de conciencia. A través del estudio del horóscopo contaríamos así con una oportunidad única e inapreciable de poder, no sin cierto y paciente esfuerzo y honestidad interiores, llegar a ser conscientes en mayor y/o menor medida, de nuestra naturaleza interior.

    La carta es un mandala astrológico como lo designara Dane Rudhyar. Es un pro-yecto, un modelo de todo lo que somos y que podemos llegar a ser si somos pertinaces y capaces de hacer florecer el vergel que es nuestro ser en cuanto que humanos.

    Pero como expresábamos, es un mapa de ruta, un modelo, una carta de navegación de y hacia nuestros espacios interiores y en su carácter de tal, tan sólo muestra nuestras particulares disposiciones, impulsos y cualidades, pero así como no es el menu de un restaurante lo que nos alimentará, el horóscopo personal de por sí no es indicativo de lo que voluntariamente hagamos (o no) con y de nuestras existencias. Inclusive podemos utilizar dicho instrumento astrológico como justificativo para deslindar responsabilidades en las diversas áreas de nuestra vida, dando cuenta de ser víctimas de los planetas y signos en tanto que simples y débiles marionetas gobernadas por un y el "destino".

    Pero también, es una guía para conducirnos en la vida, llegando a dar cuenta de nuestra posibilidad y capacidad de hacer elecciones más conscientes. En una palabra, la Astrología y más exactamente el mapa natal es una finísima herramienta que nos permite dar(nos) cuenta de los anhelos, sentimientos, impulsos, motivaciones, necesidades, pensamientos, emociones positivas y/o negativas, algunas conscientes y otras que yacen en el inconsciente, ya sea esto último porque aún no las hemos desarrollado y se encuentran a la espera de emerger a la luz o porque habiendo devenido conscientes en algún momento de nuestras vidas, por diferentes y variados motivos, provocaron en nosotros cierta tensión, motivo por lo cual las reprimimos y las desterramos hacia la oscuridad inconsciente, a partir de lo cual nos dedicamos a negar en forma visiblemente infructuosa su existencia, expresándose en forma enlarvada y con diversos grados de virulencia como sueños, síntomas, actos fallidos, enfermedades, crisis y conflictos intra e interpsíquicos, viviéndolos entonces como "destino", pues todo aquello positivo y/o negativo que negamos como propio y que aún perteneciéndonos no estamos dispuestos a aceptarlo, estamos y estaremos condenados a vivienciarlo como viniendo de fuera -y muy especialmente a través de nuestras relaciones- y justamente a ello es a lo que corrientemente hemos dado en llamar "destino" y que en definitiva son el fundamento de los procesos sincrónicos.

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