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Caracterización bioética en la organización de la unidad coronaria de Provincia Habana


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía consultada

Resumen

En el presente trabajo se profundiza en el comportamiento organizacional en el Servicio de Cuidados Coronarios de la Provincia Habana, según Manual de Organización Internacional, desde el 2003 hasta el 2007. Se analiza el concepto de ética y bioética, la cual constituye todas aquellas vías que expliquen la relación más acabada y completa existente entre el ser humano y las denominadas ciencias de la salud, se rige por principios, leyes y categorías, las cuales poseen una significación moral específica, así el enfermo actúa guiado por el principio moral de autonomía; el médico, por el de beneficencia y la sociedad por el de justicia. Por último, se tratan algunos aspectos de la bioética que relacionan la misma con el personal de enfermería en la Unidad Coronaria, tomando como ejemplo el diagnóstico de síndrome coronario agudo mediante lacaracterización bioética en la organización de la unidad coronaria de provincia habana en el subsistema de urgencia. Se arribó a un total de tres conclusiones, que resumen la relación existente entre la ética y la bioética; la aplicación consciente y consecuente de los principios; de las leyes y categorías filosóficas que rigen la misma; así como la relación de la bioética con el personal de enfermería en la Unidad Coronaria.

CAPÍTULO I.

Introducción

Es cierto que en la comprensión del saber ético se han manifestado distintos puntos de vista. Uno bastante generalizado es el que asume que el discurso ético es retórico y no lógico o racional. En este sentido se ha insistido en que la ética tiene un ámbito propio que concierne más a lo que debe ser que a lo que es. Sin embargo, este modo de comprender esta disciplina tiende a concebirla desde una sola dirección filosófica, modo un tanto absoluto, pues la convierte en parte del saber filosófico que se ocupa solo de lo que debe hacerse y no de lo que prácticamente hacemos, estudiando de este modo la conducta humana bajo un punto de vista normativo. ([1])

No es posible olvidar que en la comprensión de la moral e, incluso, de sus principios, normas, valores, así como la propia estructura de la ética, se vinculan o entrecruzan elementos cognitivos, axiológicos, deontológicos, prescriptivos y formativos que hacen difícil llegar a una definición concluyente de cómo comprender estos conceptos, sus interacciones y diferencias fundamentales. Por ese, posee razón Esperanza Guisán cuando nos dice que no hay una única respuesta con respecto a este saber, esto es, no existe una ética (como posiblemente no exista una historia, ni una sociología, ni una medicina), sino diversos e incluso antagónicos puntos de vista acerca de esta disciplina. A su vez, la ética describe, fundamenta, prescribe y enseña, cumpliendo de este modo una importante función crítica y valorativa con respecto a la moral socialmente establecida.

La moral como vínculo humano de incuestionable valía para un comportamiento virtuoso, es no solo como se dice en ocasiones, un conjunto de actos, hechos y acciones, sino también una determinada explicación de ellos. Por eso, la moral cumple también una importante función epistémica.

Cuando se argumenta que una de las tareas fundamentales de la ética es enseñar la moral, se está aludiendo también a la necesidad social de formar determinadas concepciones, principios, normas y valores morales. Es cierto lo que afirma Victoria Camps: pese a Musil y a los profetas de la posmodernidad, no podemos aceptar la idea de un hombre "sin cualidades".

Por eso es difícil renunciar al aspecto formativo de esta disciplina. No gusto, algún pensador dijo en su momento que la ética no ayuda a las personas a ser mejores en el orden moral y humano es tan difícil como un medicamento que no cura. Esta es precisamente una idea que cobra un significado de vital importancia en la obra de Esperanza Guizán. "A diferencia de lo que pensaba G. E. Moore, para quien la ética debería ocuparse simplemente de los buenos razonamientos más que de las buenas causas, a la ética le preocupan de modo semejante las buenas razones, las buenas causas y la buena gente (…). ([2])

No hay porque olvidar que las normas y valores se encuentran en un proceso de génesis, desarrollo y caducidad, lo cual demuestra que el desarrollo moral es un proceso contradictorio y por ende dialéctico. No es menos cierto que una reflexión ética realista no puede reducirse a la mera descripción de las reglas de conductas, sino que por el contrario, supone el estudio de los cambios reales que se operan la esfera de las relaciones morales: extinción de viejas normas y nacimiento de nuevas que paulatinamente comienzan a afianzarse, como necesidad de oxigenar algunas pautas y valores que por distintos motivos han perdido potencialidades reales para seguir regulando el comportamiento moral de los seres humanos.

Partes: 1, 2
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