Consenso de Washington aplicado en Argentina Privatice tan rápido como pueda, liberalice tanto como sea posible y sea inflexible en los ajustes monetarios y fiscales? Las tasas de interés se reducían mientras las inversiones se expandían La inflación empezó a bajar y el consumo a subir La demanda se ampliaba y las importaciones también; el gobierno gastaba más pero también recibía más. Esta receta fue aplicada por el Presidente Carlos Menem en 1989 y obtuvo resultados positivos:
La otra parte de la receta, aquella que aconsejaba ser inflexible en los ajustes monetarios y fiscales, la cual aplicaron la famosa llamada Caja de Inversión que su función consistía en tener una cantidad de dólares y de pesos y se debía cambiar un billete por otro sin alterar la cantidad de billetes en la caja. Los argentinos buscaron cumplir con el consejo de privatice tan rápido como pueda?. Por tanto en un par de años fue privatizada la gigantesca empresa petrolera estatal YPF las empresas estatales de electricidad, de gas natural, de agua potable, de teléfonos y telecomunicaciones entre muchas mas. Logrando así una tasa de inflación igual a cero y una de las más altas tasas de crecimiento del PIB. Consenso de Washington aplicado en Argentina
Dentro de todos sus éxitos un índice no encajaba: el nivel de desempleo. En 1991, la tasa de desempleo en la Argentina era del 6.5 por ciento, una de las tasas más bajas de América Latina. Y también más baja que la registrada en los principales países del primer mundo: el 6.8 por ciento en los Estados Unidos; el 6.9 por ciento en Italia; el 8.8 por ciento en Inglaterra; y solo ligeramente superior a la tasa de desempleo del 6.3 por ciento registrada en Alemania. Lamentablemente, en el transcurso de la década de los años 90 y en forma paralela a la digestión de las recetas del Consenso, la capacidad de la economía argentina para crear fuentes de trabajo se había hundido de manera vertical y constante. Para el 2001 la tasa de desempleo ya superaba el 25 por ciento. Ningún país del primero, segundo o tercer mundo, podría mantener desempleados a la cuarta parte de sus trabajadores sin entrar en una profunda crisis económica. Y así lo comprobó Argentina en el último mes del año 2001.
La creación de fuentes de trabajo genera un mayor crecimiento económico El emigrante latinoamericano cuando emprende el viaje lo hace solo por huir del desempleo y consigo lleva el firme deseo de retornar, porque sabe y siente que todos los suyos quedan atrás. Esta característica determina que una importante porción de su salario, sea devuelta mensualmente a su país y a su familia. Las remesas que envían los emigrantes superan al total de transferencias externas que recibe Latinoamérica. El dinero remitido por los emigrantes constituye una importante porción del PIB de varios países. El mayor desempleo genera una mayor migración; la mayor migración genera mayores remesas; las mayores remesas agradan al PIB. Así, el escenario latinoamericano la contabilidad del PIB se incrementa gracias al desempleo; paradoja que una vez más invalida el uso de la tasa de variación del PIB como sinónimo de crecimiento económico. Dentro de todos sus éxitos un índice no encajaba: el nivel de desempleo.
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