Sencilla astrocámara CCD
Enviado por Francisco A. Violat Bordonau
El chip de la cámara SBIG modelo ST-4 es demasiado pequeño para casi todo, salvo planetas o estrellas múltiples: para buscar cometas, seguir asteroides, estudiar novas o supernovas, medir variables, capturar galaxias enteras o nebulosas. Pero si acoplaba este aparato a un telescopio con una focal menor, el campo aparente se incrementaría espectacularmente: de manera que busqué un instrumento adecuado para hacer una astrocámara digital de bajo precio.
Si el ingenio humano tiene un límite, yo todavía no lo he descubierto… pensando y pensando cómo mejorar la capacidad de mi chip (limitado a 256 niveles de gris y a los 6' obtenidos con el nuevo reductor de focal) se me ocurrió una "maldad" muy original: dado que no me era posible reducir aún más la focal de mi telescopio (2 metros originalmente), ¿por qué no acoplar la CCD a un instrumento de calidad, con seguimiento y fácil de comprar?
Y pensando, pensando, ideé un montaje ideal: un refractor de 75-80 mm de diámetro con una focal de 500-600 mm como máximo: sería muy apropiado para obtener un campo más grande, ya que al ser su focal más reducida (4 veces en el que he adquirido), necesari amente tiene que abarcar un campo 4 veces mayor… además de esto, si la óptica era de calidad me permitiría también hacer seguimiento fotográfico (con el ocular reticulado que ya tenía), servir de buscador gigante (25 mm mayor que el que tengo ahora), ob jetivo fotográfico para astrofotografía (captaría, teóricamente, unos 160') y, desde luego, seguidor guía para fotografía CCD en el instrumento principal… Muchas aplicaciones posibles para un único aparato, de manera que merecía la pena hacer la inversión y experimentar con él.
Llegado a este punto consulté diferentes catálogos de material astronómico, busqué un refractor de corta focal y buena abertura (el mínimo sería 75 mm, aunque preferiría uno de 80 mm) y después de varias gestiones llamé a Óptica Roma para informarme; yo q uería lo que se ha llamado un telescopio "buscacometas", puestos de moda en 1985 con el paso del cometa Halley: buena abertura y corta focal, muy luminoso, apto para mi idea; lo tenían en existencia, acordamos el precio y al siguiente día, sábado, al acer carme a la delegación de SEUR me lo entregaron; comprobé el contenido correcto y me lo llevé a casa. Las anillas, lástima, no me servían para mi tubo (es un Meade de 8 pulgadas de abertura), de modo que ideé un sistema para acoplarlo a la montura: unas anillas de cobre compradas en una tienda de suministros de fontanería, que pondría "planas" depués de martillearlas media tarde; de este modo el seguimiento automático se haría siempre con el motor del telescopio principal y me ahorraba más dinero al no ten er que adquirir una montura o un motor.
El mismo lunes compré las anillas, dejé que mi suegro me hiciese las perforaciones de calidad, hice cálculos sobre el peso y la mejor ubicación en la montura y por la tarde, emocionado, lo instalé todo en su sitio. Bueno, de momento teóricamente todo pare cía funcionar a pedir de boca…
Dejé el sistema descansando, para que las ex-anillas de cobre (ahora convertidas en dos rojizas láminas planas) se amoldasen al peso del telescopio y ya el viernes, más relajado, puse manos a la obra: enfoqué con el principal un punto ubicado en el lejano campo y con esta referencia orienté el refractor… me costó un rato, pero al final los 6 tornillos me permitieron observar por ambos oculares el mismo detalle: colimado. Esa noche, muy impaciente, apunté a una casa ubicada a unos 500 metros, enfoqué una de las ventanas, conecté la CCD y esperé unos minutos a que el chip comenzase a estar ya refrigerado; poco después lo puse en modo Focus (para enfocar), le ordené tomar imágenes en rápida cadencia con exposiciones de 0,5 segundos y comprobé cómo en el mo nitor se iba definiendo poco a poco una imagen… moví el enfoque fino algo, un poco más y no tardé mucho en contemplar una imagen nítida: una ventana iluminada, con sus cortinas, permitían contemplar dentro de una vivienda unos platos de porcelana colgad os de la pared… ya estaba enfocada para mi sorpresa.
Después de grabar la imagen para la posteridad apunté al cúmulo estelar M 44 Pesebre, el cual localicé a través del propio refractor-buscador; saqué el ocular, introduje el cabezal del chip y le di una exposición de 5 segundos; al poco apareció una imagen, casi nítida, del cúmulo: el campo abarcado era superior a los 18'. ¡éxito total en unos minutos! Ya más calmado comencé a efectuar tomas, para determinar mejor la orientación de la cámara, el campo capturado, la longitud de los trazos con exposiciones bien medidas (para conocer, a partir de la longitud de los mismos, el campo capturado y de aquí la resolución práctica)… en fin, que en unos minutos y pese a la escasa altura del agrupamiento estelar había almacenado varias tomas. Una vez terminado tapé el objetivo y volví a grabar diferentes campos oscuros, para restar a las imágenes y mejorar las mismas durante la mañana del próximo día.
Página siguiente |