La descolonización: Discusión bibliográfica sobre el fin del Imperialismo (siglo XX)
Enviado por skylan_mont
Introducción
Los casi treinta años posteriores a 1945 nos dan cuenta de la gestación de importantes cambios en Asia y África, en la medida en que las aspiraciones nacionales o de liberación anticolonial de dichas regiones se manifestaban, enfrentando a las tradicionales potencias colonizadoras, como lo fueron Holanda, España, Portugal, Francia y Gran Bretaña, principalmente.
La descolonización fue un proceso que se caracterizó, básicamente, por la búsqueda de la liberación y la obtención de autonomía e independencia política de las antiguas colonias europeas. Dicho proceso encuentra diversas manifestaciones y canales de salida, posibles de comprender en su particularidad, en tanto se considere el desarrollo propio de lo que fueron los diversos mandatos y formas de colonización europea en aquellos territorios. El uso de la violencia y explotación hacia las "razas" autóctonas, la propiciación de divergencias interétnicas, o la diferenciación deshumanizante promulgada como ley de los colonos hacia los colonizados, son algunas de las manifestaciones de la colonización, y fundamentos de los futuros movimientos por la liberación y descolonización que se habrían de generar.
La Guerra Fría, y con ello, la "bipolaridad" mundial, entraran a definir, asimismo, en muchos aspectos las dinámicas políticas, económicas y sociales que adoptarán muchos de los nacientes estados.
Causas de la descolonización/emancipación del Tercer Mundo
Los autores que a continuación se exponen y analizan, con referencia a sus ideas y planteamientos sobre el proceso de la "Descolonización", coinciden en gran medida sobre las causas y la situación europea que facilitó y condujo a la emancipación de las colonias. Los discursos nacionalistas de los años de las guerras mundiales, las ideologías socialistas, las propias declaraciones europeas sobre la autodeterminación de los pueblos, y la decadencia de Europa como conjunto de potencias mundiales, en la época de posguerra, fueron elementos que abrieron el camino para el surgimiento de movimientos más o menos unificados en las diferentes áreas colonizadas y la idea, desde los organismos internacionales liderados por Estados Unidos o bien la propia Unión Soviética, de generar la liberación de las colonias y la formación de estados nacionales autónomos.
El problema subyacente a los planteamientos de cada autor es el énfasis dado a los procesos como, por un lado, la voluntad europea de desocupar las zonas de influencia colonial, por razones estratégicas o económicas, así como plantear estos sucesos como una lucha nacional para la propia liberación. Cada autor, sin embargo, enfatizará uno u otro aspecto en el análisis de la relevancia de este proceso especialmente trascendente de la historia de Europa y del mundo en el siglo XX, y que ha llegado a organizar el planeta en varios y diferenciados "mundos".
Jean-Louis Miège, partiendo con la idea de la decadencia de Europa como desencadenante principal de un movimiento descolonizador, refiere que la Segunda Guerra Mundial fue un factor determinante para "arruinar el prestigio de los antiguos dominadores" de los pueblos coloniales.[1] Paralelo a esta circunstancia, las ideas de que cada pueblo debe elegir la forma de gobierno bajo la cual quiere vivir, emanadas de la Carta del Atlántico en 1941, destinada a los europeos, "fue recogida, asimismo, por los líderes nacionalistas en el sentido de condena a la colonización".[2] Sumado a esto, tanto EEUU como la URSS, las grandes potencias que dominarían el mundo luego de 1945, se caracterizaban por ser anticolonialistas –en el sentido tradicional de la palabra-. Por lo tanto, según Miège, "frente a los peligros y a la propaganda, las potencias coloniales tuvieron que prever, por la fuerza de los acontecimientos o haciendo cálculos, nuevas formas de relaciones con sus colonias."[3] Las reformas realizadas por los países imperialistas, con el fin de dar un giro a la colonización, y de este modo de no romper los lazos, fueron poco importantes, y no calmaron las iniciativas nacionalistas de liberación. Los intentos por controlar la situación, según el caso, trajeron "una mezcla de represión más o menos severa y medidas liberales moderadas, generalmente limitadas al terreno social (reglamentación del trabajo, etcétera)".[4]
Según este autor, la "gran conmoción de la descolonización dominó todos los aspectos de la vida mundial entre 1947 y 1962".[5] La Asamblea de la ONU se vio constantemente integrada por nuevas naciones africanas y asiáticas, así como la política interior de las antiguas colonias se vio también afectada. Francia fue más reticente a permitir la independencia de sus colonias, a diferencia de Gran Bretaña. Miège asegura que "indudablemente el Labour Party tuvo también, más que el Partido Socialista francés, una doctrina y una voluntad descolonizadora". Junto con esto, "en Francia, una parte importante de la opinión pública, mal informada, seguía defendiendo la ficción del ideal asimilador, sin darse cuenta de las transformaciones de la coyuntura mundial".[6]
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