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  1. Introducci�n
  2. El desarrollo
  3. Aprendizaje
  4. Experiencia
  5. Maduraci�n
  6. Lenguaje
  7. Transmisi�n social
  8. Conclusiones
  9. Bibliograf�a

INTRODUCCI�N

No cabe duda que en la historia de la educaci�n la tem�tica del aprendizaje y el proceso de la construcci�n del conocimiento son de vital importancia. El establecer las bases metodol�gicas y los diversos puntos de vista acerca de estos temas son al parecer no solo una necesidad vital si no una demanda que debe cumplirse para poder abundar en ellos.

Pedagogos, psic�logos entre otros han sido los principales gestores de los avances en esta materia. En el presente trabajo se expondr�n en manera sencilla los puntos de vista que tienen la Psicogen�tica, el Psicoan�lisis de Vygotsky, el de Piaget as� como el conductismo acerca de temas como el desarrollo, el aprendizaje, la maduraci�n entre otros, que tiene el ni�o durante su desarrollo. Cabe mencionar que tan solo reproduciremos aqu� las principales tesis en forma de enunciado que las diferentes corrientes tiene para estos temas. El objetivo, es dotar al lector de los elementos para que pueda emitir su propio juicio acerca de estos temas sin que por esto se de por entendido que alguna de estas aseveraciones son las �nicas que cuentan con sustento cient�fico.

EL DESARROLLO

Para la psicogen�tica el desarrollo es un proceso espontaneo y que se encuentra vinculado a la embriogen�sis, esto es, mediante el desarrollo del cuerpo, sistema nervioso y funciones mentales. Lo define como algo natural que se tiene que dar, lo marca como un punto de vista evolutivo desde el car�cter hist�rico que presentan las especies tambi�n conocido como la filogenia (del griego filos= hueso, y gen=origen)

Seg�n el psicoan�lisis durante el crecimiento del ni�o se desarrolla su l�bido a trav�s de los estadios oral, anal, f�lico y genital. Es ver como se viven periodos llamados s�dico – oral o s�dico – anal , y surgir luego del complejo de Edipo. Claparede o Ferri�re sostienen que las etapas del desarrollo est�n determinadas ante todo por la evoluci�n de los intereses egoc�ntricos a los aloc�ntricos .

Por esta raz�n, se puede deducir que el ni�o conforme va desarrollando sus etapas mencionadas tambi�n va desarrollando y satisfaciendo sus necesidades agresivas, compulsivas, etc. Freud dice que el ni�o emerge del caos inicial a trav�s de la boca ( succi�n ). En la etapa oral el ni�o manifiesta en cierta forma el sadismo. La compulsi�n agresiva se da en el control de esf�nter de orden anal. Aparece despu�s el complejo de Edipo ( fase f�lica ) , aparece la situaci�n triangular ya que se enamora del sexo opuesto pero como la sociedad no lo permite entender� despu�s que no es debido y se resignar� por una especie de castraci�n.

La psicogen�tica de Vygotsky se puede considerar como una teor�a altamente interesante, en ella se habla del desarrollo mental actual y de uno pr�ximo. Seg�n Vygotsky, el nivel de desarrollo de las funciones mentales de un ni�o se establece como resultado de ciertos ciclos evolutivos llevados acabo.

Maneja tambi�n las diferencias entre edades cronol�gicas y mentales en ni�os de una misma edad de vida pero esta diferencia de edad mental de 2 0 3 a�os entre un ni�o y otro lo llama desarrollo pr�ximo que no es otra cosa que la distancia entre el nivel de desarrollo real, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a trav�s de la resoluci�n de un problema bajo la gu�a de un adulto o en colaboraci�n de otro compa�ero.

Vygotsky nos da una explicaci�n a la diferencia que puede haber entre la edad cronol�gica y la edad mental del ni�o, se refiere a que no es que el ni�o no sepa alguna actividad sino que necesita ayuda para realizarla es decir est� en proceso de maduraci�n.

Para el conductismo el desarrollo s�lo puede ser orientado al de respuestas naturales, las cuales pueden ser estimuladas para que se den. El desarrollo depender� de una serie de est�mulos y respuestas basadas en eslabones constituidos por fuerzas fisiol�gicas y mentales.

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