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La "Prueba del Malvavisco" y su incierta capacidad predictiva de futuros problemas del comportamiento humano

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. Las implicaciones del experimento, años más adelante
    2. La inteligencia y el autocontrol: ¿Nature vs Nurture?
    3. En resumen
    4. Bibliografía

    Yo me enteré de la, relativa, importancia de la "Prueba del Malvavisco" cuando leyera la excelente contribución a las neurociencias que publicara Jonah Lehrer en su libro titulado How we Decide.

    La monografía aludida hace referencia a un experimento que, en el 1970, Walter Mischel, un psicólogo experimental en la Universidad de Stanford, comenzara bajo el nombre genérico de "The Marshmallow Test". Este experimento consistía en un análisis de la capacidad de autocontrol entre niños quienes apenas cumplieran los cuatro años de edad.

    Antes de proseguir con la parte científica de esta ponencia es necesario que describamos lo que son los marshmallows, (dulces muy populares en Norteamérica), o malvaviscos, como la RAE de la lengua los designa en nuestro medio. Para su descripción recurrimos a varias enciclopedias en el internet. Un breve resumen de nuestros hallazgos sigue:

    edu.red

    Marshmallow o malvavisco

    "El malvavisco es una confección que, en su forma moderna, consiste en una combinación de azúcar o jarabe de maízagua, y gelatina que se ha suavizado con el uso de agua caliente, dextrosa, y saborizantes, batidos hasta lograr una consistencia esponjosa. 

    "Los americanos comen alrededor de 90.000.000 libras (41.000 t) de malvaviscos al año".

    Por ello, entre otros factores relacionados a la alimentación deficiente, los habitantes de los Estados Unidos baten todos los records mundiales en el campo de la gordura.

    Por supuesto, que el malvavisco no representa la comida que — en base a conocimientos actuales acerca de la nutrición infantil y la obesidad — los padres desearían iniciar en su consumo a sus hijos jóvenes, como Mischel, en su entusiasmo, tan pueril como acoplado a la ambición científica, hiciera. Pero, veamos.

    Examinemos la prueba en sí y en qué consistió

    El método

    Niños de ambos sexos, fueron reclutados de entre los alumnos de un pre-escolar experimental que, entonces, mantuviera la Universidad de Stanford llamado Bing Nursery School.

    Mischel invitaba a los candidatos infantiles haciéndoles una pregunta sencilla: "¿Te gustan los malvaviscos?"

    La respuesta obtenida por el investigador, siempre fue afirmativa

    Entonces, el psicólogo le hacía una oferta al pequeñín. El niño podía, o comer un malvavisco de inmediato o, si estaba dispuesto a esperar unos cuantos minutos, mientras que Mischel terminaba haciendo unas diligencias y retornara, éste podía comer dos de las golosinas, en lugar de una.

    edu.red

    Decisiones. decisiones y aún no tengo la edad para hacerlas.

    Prácticamente todos los participantes decidieron esperar, ya que todos, aun siendo muy jóvenes, deseaban más de los dulces, sin poder anticipar las consecuencias remotas en su IMC de su placer juvenil, como adelante tendremos la oportunidad de apreciar.

    Mischel, entonces, antes de salir de la habitación, le decía a los pequeñuelos que si alguien deseaba hacerlo, podía tocar un timbre, y que el psicólogo retornaría para que pudiese comer su "marshmallow". Lo que significaba que renunciaba a la segunda parte de la recompensa.

    Ante la situación planteada, la mayoría de los pequeñines no podían resistir la tentación de comer de inmediato los manjares, que la urgencia del consumo del azúcar les impusiera.

    Mientras esperaban.

    Muchos de los niños se cubrían los ojos con las manos para evitar la vista del dulce. Otros daban patadas a la mesa. Otros se contorsionaban o se tiraban del pelo en desesperación y angustia durante el aguardo forzado.

    Al final, pocos fueron capaces de dar tiempo al tiempo por unos quince minutos. La mayoría sólo duraría un minuto en espera, comiendo la golosina tan pronto como Mischel salió de la habitación sin tan siquiera molestarse en tocar el timbre.

    El significado de la prueba

    Como hemos dicho, esta era una prueba de autocontrol para los niños y de la función del cerebro en una situación estructurada.

    Veamos

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