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Objeto Literario

Enviado por Eduardo Daniel Véliz


Partes: 1, 2

  1. Acerca del enunciado
  2. Sobre la forma y sus interpretaciones

Acerca del enunciado

Ningún acto humano puede definirse por sí mismo, sino en cierta instancia social donde haya cristalizado un mecanismo de valoración, a tenor de requerimientos actuales o potenciales. El concepto, por el cual cierta cosa adquiere entidad, deriva de la previa producción de un juicio que, en modo alguno, puede resultar a-histórico y desvinculado de las condiciones de su elaboración. Por el contrario, su procedencia material y social actúa saturando la semántica con las contradicciones inherentes a ese medio y, por ello mismo, plasma, en el concepto, el carácter polémico de las relaciones tejidas en torno a su existencia, en función de su utilidad mediata o inmediata.

De ello se infiere que, el valor implícito en la noción, no deriva ex nihilo,[2] sino del conjunto de relaciones sociales establecidas a tenor del proceso de producción en que emerge y cuyo grado de desarrollo es determinante, puesto que de él depende la mayor o menor pluralidad de valoraciones que se ciernen sobre la cosa y los grados de refracción conforme a la diversidad de individuos involucrados en un ámbito polémico, donde cristaliza su significado. La imposición de éste es el resultado de la relativa dominación ejercida por un elemento social, de conformidad con el estado de la correlación de fuerzas. Su carácter dinámico es consecuencia de la dialéctica que se cierne sobre la existencia y utilidad del objeto, a tenor de la diversidad antagónica.

La producción e intercambio de objetos lingüísticos exige la comparencia de cierta organización social, fundada en la posesión de capacidades comunes para la producción e intercambio de objetos y juicios. De ello procede que, el "…lenguaje, y las lenguas tomadas como sus productos, se forman en la dialéctica de la satisfacción de las necesidades, o sea dentro del proceso de institución de las relaciones de trabajo y de producción… una actividad social que exige el uso de técnicas colectivas y comunitarias..",[3] cuyos objetos, producidos e intercambiados en condiciones específicas, no fungen alienados de las instancias históricas donde adquieren valor, de conformidad con el reconocimiento de su factual o potencial utilidad. El hecho que, la asignación de valor, sea función de una posición dentro de cierta organización social, indica que, el valor implícito en un enunciado, es determinado por el cruce y la relativa correspondencia entre los intereses del productor y de su potencial enajenador. La arbitrariedad del significado está históricamente determinada y, en tal condición, evidencia el carácter polémico de su existencia y la naturaleza táctica de su generalización, dentro de un medio social.

Dada su naturaleza artificial, subsidiaria de ciertas fases del desarrollo tecnológico, una diferenciación entre enunciados orales y escritos responde no sólo a las características observables de cada uno, sino también a un procedimiento social específico, inherente a las condiciones históricas en las que uno se diferencia del otro por el valor funcional de sus capacidades como instrumentos de dominación, en tanto soporte logístico de la legalidad, el dogma y el conocimiento. La elección de la grafía comporta disponer de una forma y un contenido particulares, aptos para su generalización por medio de una objetividad sancionada, cuyo régimen expresa el juicio funcional que, cierto sujeto social, tiene con relación a una modalidad particular de operación del lenguaje, en tanto habilidad históricamente adquirida, y un tipo especifico de producción por la lengua, en cuanto instrumento de igual condición.

Partes: 1, 2
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