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Amores altamente peligrosos (página 2)


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·       Capitulo 8: Estilo Limítrofe/Inestable: El amor caótico.

Estas personas presentan estados emocionales muy cambiantes, inestables. Nunca se sabe como van a reaccionar frente a una situación, debido a la indefinición del propio YO. Esto se debe al no saber quien se es y que es lo que se quiere. Engancharse en una relación de este tipo es peligroso por que se está como en un barco a la deriva, es vivir entre el odio y el amor, entre el afecto y la dependencia.

·       Epílogo.

·       Bibliografía.

Para el ser humano sentir y expresar amor es un acto real y concreto con el que se vive y sin el que la vida se hace más difícil de sobrellevar en el día a día.

En muchas ocasiones y de muchas maneras se ha hablado del sentimiento por excelencia que alimenta la vida de los hombres y nos da fuerzas para salir adelante. Sin embargo, existen comportamientos concretos de los individuos que aunque dicen ser expresiones o situaciones en las que se da o recibe amor, no son consecuentes con las definiciones y concepciones que desde antiguo han existido en torno a este sentimiento.

Sin duda al momento de hablar de amor se hace referencia a situaciones en las que el determinante, es realizar obras o actos buenos con respecto al ser amado. Pero en algunas expresiones puntuales, este determinante se ve distorsionado con actos que aunque no son propios del amor, se " disfrazan" de este con el propósito de conseguir una atmósfera en la que aparentemente se de y se reciba amor de forma plena.

Así pues, existen polarizaciones extremas de la manifestación de amor desmedido sin pensar en los límites que este exige para mantenerse de forma sana dentro de una relación.

Dentro de este tipo de situaciones encontramos el amor de estilo obsesivo/compulsivo que se define como una situación en la que por muchas expresiones de amor o actos bondadosos que se realicen al ser amado, este nunca se sentirá satisfecho porque piensa que las cosas que el otro hace se han podido hacer de una manera mejor.

El perfeccionismo está a la orden del día, de la noche, de lo público, de lo privado, incluso de la intimidad. Es como tener un departamento de control de calidad en la propia casa y para todas las situaciones de la vida.

En estas condiciones, el amor se vuelve un elemento más que hay que controlar y por lo tanto se debe vivir dentro de la rigidez y de la medición exacta de las expresiones del sentimiento.

Se presentan escenarios en los que si bien la relación no funciona o se tienen problemas, la culpa nunca será del que padece el problema de la obsesión/compulsión. Entonces se dan expresiones como " Te equivocas demasiado" o " De ahora en adelante yo tomo el control" . Esto se hace con el propósito de referenciar a la otra persona como el problema antes de reconocer que el verdadero problema consiste en el formalismo que se le ha dado a la relación de parte del otro.

Ante la supuesta inestabilidad o poco control que presenta la pareja, el obsesivo tiende a volver aun más rígida la relación bajo el pretexto de que si el otro no es capaz de autocontrolarse, este si debe mantener sus emociones bajo control. Entonces entramos en un círculo vicioso del que nunca se puede salir o por lo menos es muy difícil, ya que no se reconoce el problema y cada vez se aumenta la rigidez y el formalismo de la relación.

Pero en estas situaciones nos preguntaríamos: ¿Podría alguien mantener una relación de este tipo? La respuesta es: SI.

Existen personas que debido al poco valor que suelen darse a si mismos o a la sobrevaloración que hacen de la pareja, creen que de estas circunstancias pueden derivar una relación estable.

Comportamientos como la necesidad de ser controlados, la necesidad de tener parejas responsables o de superación, fomentan este tipo de relaciones.

Antes de enamorarse, es posible encontrar comportamientos que indiquen si una persona es obsesiva. 

Conductas como la atención a los errores pequeños, la vigilancia de los detalles, exceso de la razón frente a los sentimientos, la rigidez moral, la evaluación de servicios, cuentas, vestuarios, movimientos; la sumisión a la autoridad o la poca cabida al azar y la improvisación, serán relevantes al momento de reconocer este estilo afectivo.

Algunos confunden esa situación extrema con amor verdadero o sano, y exigen de la otra persona el mismo comportamiento, pudiendo manifestar frustración extrema y como salida a dicha frustración, la violencia física, psicológica o afectiva.

 

 

 

 

 

Autor:

Juan Martín Franco Pérez

Carmen Cerpa Sandoval

CURSO LIBRE: SEXUALIDAD Y GéNERO

PROFESORA: ESTER POLO

UNIVERSIDAD DE CARTAGENA

CARTAGENA, 2008

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