1. Presencia de maltrato en el ambiente familiar del niño, sea del padre a la madre, de la madre al padre, de los padres a un hermano, de un tercero (abuelo, tío, padrastro) hacia otro miembro de la familia.
2. La carencia de afecto del niño por parte de los padres.
3. La sobreprotección de los padres. 4. Fallas en la comunicación de los hijos con los padres.
5. Factores externos como la violencia en la televisión, la violencia que se observa en las calles, en la escuela u otro medio social.
6. La agresión como parte natural del sujeto.
7. Como consecuencia del maltrato que recibe el sujeto y que luego tiende a repetir en la adultez con sus propios hijos.
8. Como resultado de la enseñanza que los padres le transmiten a sus hijos como forma de defenderse.
Las representaciones sociales que los padres de familia tienen alrededor del maltrato infantil está relacionada con el tratar mal al niño, dicho trato es descrito en acciones tales como: pegar, no dedicarles tiempo, decirles malas palabras, se maltrata con acciones agresivas, cuando se consienten mucho y cuando se abandonan, o cuando se la pasan de un padre a otro.
De acuerdo a lo planteado por las Madres Comunitarias y Padres usuarios, los tipos de maltrato más comunes estaban relacionados con situaciones de los padres hacia sus hijos que no necesariamente implicaban un pasaje al acto como un golpe o un ataque verbal, sino que bastaba la mirada juzgadora, el no escucharlos, el avergonzarlos frente a otro, omitir sus opiniones, para violentarlos y borrarlos como sujeto autónomo y de derecho. El maltrato es algo que no se puede ligar directamente al abuso físico, hay cuestiones que van mas allá y obedecen a la manera como el niño interpreta el intento del padre por someterlo o controlarlo como un desligamiento del afecto.
Las conductas agresivas más características en la población infantil son las que se ligan a lo que puede venir de los padres como la comida, los regalos, las ordenes, convirtiéndose en una negativa por recibir el alimento, la "pataleta" para imponer lo que quiere, la destrucción de sus juguetes o la ropa, y el ataque al compañero del hogar.
Y QUÉ SE ENCONTRÓ EN LOS NIÑOS:
Los comportamientos agresivos de los niños pueden orientarse en dos vías, una dirigida a los objetos externos tales como los padres o los hermanos o dirigirse hacia el si mismo en forma de fantasías de castigo o borramiento del sujeto dentro del núcleo familiar.
En el caso de la agresión que se dirige a los padres o hermanos, esta suele tomar la forma de fantasías de aniquilación, canibalismo u omisión de otro en la trama familiar, sea por considerarle un rival en el afecto del otro amado, o por desplazarlo del lugar de privilegio que venia teniendo en el contexto de la familia en general.
PARA CONCLUIR
De acuerdo con los resultados obtenidos en el proceso de análisis de la opinión de las Madres comunitarias y los Padres usuarios del ICBF, respecto de los nexos entre maltrato y agresión infantil, estos plantean una compleja concepción del fenómeno entendido desde distintas perspectivas, es decir, dejan claro que el maltrato, sea físico o psicológico, es un determinante importante para el desarrollo de comportamientos agresivos en niños en edades tempranas, esto lo expresan aseverando que el niño al vivenciar situaciones de agresión al interior del hogar repite estas conductas, sea en el hogar o en otros contextos como la escuela. No obstante, el maltrato no solo es un factor causal definitivo, sino que genera otras posibilidades agresivas, manifiestan las Madres comunitarias y los Padres usuarios.
Empero, existen casos de niños agresivos que no son maltratados en su hogar, por el contrario, son sobreprotegidos y de ese tipo de vinculación suelen -por debilidad de la autoridad-, transgredir la misma y tornarse arrogantes, violentos y desafiantes.
Otro factor, además muy interesante, es el de una constitución predeterminada de agresión en el ser humano, esto es que todos los sujetos son violentos por naturaleza y solo ciertas condiciones adversas del medio pueden permitir en menor o mayor grado, que esa agresividad primaria se vuelva agresión en términos de violencia o de acción que atente contra el sujeto en si mismo o contra los demás. Además dejan entrever, que en el proceso de la crianza de los hijos, el paso al maltrato es en cierta medida necesario para ejercer algún tipo de control sobre ellos, situación que destacan en la referencia a hechos cotidianos que consideran inevitables, como el golpe, la palabra de enfado fuertemente emitida al niño, la mirada de juzgamiento y el control de emociones básicas intensamente pujantes desde el interior del sujeto que lo orientan a perder el sentido de realidad o de control racional.
En el análisis de las pruebas aplicadas a niños entre 3 y 5 años de edad pertenecientes a los Hogares comunitarios del ICBF en Caucasia, la información recogida muestra la presencia de emociones agresivas primarias muy arraigadas, que no necesariamente son el resultado de situaciones de maltrato infantil. El relato de historias dramáticas, de contenido violento, hostil, de rivalidad y de sentimientos de castigo, manifiestan la tendencia de una agresividad muy temprana y casi constitutiva del sujeto, quien sin tener plena comprensión del significado del contenido de sus narraciones dejan vislumbrar la agresión en sus distintas formas (agresión hacia el otro y hacia uno mismo, agresión contenida o con pasaje a la acción). Los dibujos, el de la Familia y el de Machover, contrastan con el resultado de las narraciones del CAT-A, mostrando la presencia de la agresividad en el contexto familiar y en el interior del sujeto mismo.
En conclusión, el maltrato es un factor causal en el desarrollo de los comportamientos agresivos, pero su acción dependerá también de la presencia de otros factores: decaimiento de la norma socializadora, la capacidad psíquica de hacer frente a las emociones agresivas y el contexto social próximo, tomado como modelo para acceder al lugar de ser violento.
Investigadores:
Cristian D. Zapata.
Diego Heredia.
Jaime Olarte.
Psicólogos UdeA.
Personal técnico:
Adriana Osorio.
Psicóloga Social comunitaria
Personal de apoyo:
María Lyons.
Kety Paredes.
Andrés Muñoz.
Psicólogos UdeA.
Asesor académico:
Julio C. Córdoba U.
Psicólogo UdeA.
BIBLIOGRAFÍA
· Machover Karen. Test proyectivo de la figura humana. Editorial biblioteca nueva, S. L., Madrid, 1997.
· Test proyectivo CAT-A.
· Encuestas diseñadas por el equipo de investigación.
Autor:
Cristian Zapata
Diego Heredia
Jaime Olarte
Estudiantes de 10º semestre de la Universidad de Antioquia. Sede Caucasia
Colombia 2008
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