- El Objeto de amor
- El psicodrama de parejas
- Sexualidad
- Las estructuras psicodinámicas en terapias de parejas
Fundamentalmente, se quiere sacar a la luz el deseo de los padres, es decir, ver de que forma las formas ocultas de la voluntad de los padres están aún en el inconsciente de los integrantes de la pareja.
El matrimonio preferencial se basa en el ideal individual y, por ello, las representaciones imaginarias prevalecen sobre las reglas sociales.
En el matrimonio se interpela a otro, el otro de la pareja, el cual no podrá responder por completo. Se trata del objeto de amor inconsciente.
El Objeto de amor
Los medios que utilizan las mujeres para seducir a los hombres se les llama "mascarada". El hombre, en cambio, utiliza su fuerza y su seguridad. Estas aptitudes corresponden a una expectativa: ambos esperan, de ese modo, llenar una falta.
La vida cotidiana va diluyendo las falsas apariencias, el matrimonio muestra esta desilusión. Entonces ¿Qué sentido tiene esta ostentación, esta primera seducción?
Nos podemos preguntar, por ejemplo, a qué es debido que un hombre asuma la voz ronca de su padre, o que otro realice promesas imposibles; por su parte la mujer intenta con su coquetería, su agresividad provocativa y también las miradas, que el hombre la identifique con el falo imaginario.
Este juego de ilusión recíproca que anula a la castración se articula alrededor de la posesión del falo. Sabemos que el falo imaginario, permite ocultar el agujero dejado por la falta del hombre y de la mujer.
Las situaciones del hombre y de la mujer no son simétricas; la mujer desea ser el falo porque no lo tiene, pero quiere serlo para tenerlo; en cambio el hombre finge tenerlo.
La efervescencia de lo imaginario que se origina en la seducción se debe a un juego de espejos, en el que el deseo de cada uno enardece al otro y lo transporta fuera de sí mismo, a la falta del otro. De este modo y al cabo de poco tiempo, esta posición se hace insostenible. Tanto más cuanto que cada uno solicita algo diferente del otro.
Se ha perdido un objeto y no se trata del mismo; a grosso modo podemos decir que la mujer perdido al padre y el hombre a la madre.
En el presente el engaño es inevitable.
El psicodrama de parejas
El psicodrama de parejas viene a señalarnos que la desilusión reemplaza a la idealización.
Las identificaciones con los padres actúan en forma inconsciente y, además del hecho de que los cónyuges imitan a la pareja paterna, las demandas que se realizan, son demandas no satisfechas en la infancia; precisamente esto es lo que explica el enceguecimiento recíproco de los esposos acerca de sus motivaciones.
Pese que en la actualidad el matrimonio parece más libre, sigue constituyendo, de todas maneras, la continuación inconsciente de una historia antigua.
Puntos a tener en cuanta:
1.- La idealización.- el hombre/mujer ideal representaba la negación de su propia castración. En la mujer es frecuente esa actitud de búsqueda del hombre que ella misma no pudo ser.
En el inconsciente también está la necesidad de garantizar la continuidad de la estirpe..
2.- La necesidad de garantizar una continuidad es la que determina que la historia de una pareja sea en gran medida, la repetición inconsciente de las relaciones de los padres. Incluso cuando se opone a ellos. También a tener en cuenta como los esposos intentar realizar los deseos reprimidos de la infancia.
3.- La neurosis infantil se origina también en una necesidad de repetición. En las familias neuróticas, el hijo no es el fruto del amor de los padres, sino de su síntoma, y sigue siéndolo en las generaciones siguientes. Es el objeto de disputa y cada uno de los esposos lo acapara .
El reconocimiento por parte de la madre de la palabra del padre es el que permite superar al niño la relación carnal y tener acceso a un universo de lenguaje que no sea perverso.
Se puede observar otro tipo de repetición igualmente perturbadora. El odio contra su madre el cual precipita a la hija hacia su padre; pero este amor sustitutivo queda marcado por una falta efectiva que el padre no puede llenar, lo que determina una perpetua reinvidicación de amor. Esta reinvidicación se dirigirá luego al personaje más cercano, al marido.
Técnica
¿Se debe solicitar a los cónyuges que representen en conjunto tal y como lo hace Moreno? Pensamos que al actuar de este modo ¿no se corre, acaso, el riesgo de reducir la situación a un arreglo de cuentas y al retorno ciego de las mismas situaciones? Cuando los afectos invaden a un sujeto, la situación adquiere un matiz tal que determina que un conocimiento perpetúe una situación anterior, el pasado, en cierto modo, es alucinado en el presente. ¿No se debe entonces, acaso, modificar radicalmente a través de una puesta en escena diferente las condiciones de la explicación: evitar, en todas las situaciones, que un participante represente la situación con su cónyuge y solicitar así que lo haga con otra persona?
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