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Las peculiaridades de la colonización portuguesa y las reformas del Marqués de Pombal

Enviado por gabybuque


Partes: 1, 2

  1. Introducción historiográfica
  2. Peculiaridades de la colonización portuguesa en Brasil
  3. Las reformas pombalinas
  4. Una reflexión final
  5. Bibliografía

Introducción historiográfica.

Todo historiador tiene un motivo y un objetivo al escribir sobre la historia de algo. Esto es particularmente notorio cuando se trata de la historia de un país, ya sea que quiera demostrar una tesis, o explicarse algún proceso o ya sea porque pretende defender o criticar la actuación de alguien muerto o vivo. Algunos autores plantean que toda historia es una historia del presente, por lo menos en el sentido de que, desde una perspectiva ideológica, metodológica o política, el tiempo en que se investiga y escribe sugiere determinadas preguntas a la historia que se busca en el pasado una contribución para comprender el presente o, de plano, de que el método, las preguntas, los ojos y los recursos con que se mira la historia expresan el presente. Además, provoca respuestas y reacciones.

Resulta que las historias nacionales tienen una carga emocional muy fuerte, tanto en su fase de investigación, como en la de su redacción y más aún en la de su lectura y difusión. Además de exponer hechos, procesos, actores y circunstancias, exigen compromisos, construyen y definen identidades, producen corajes y afectos, dan sentido o frustración, explican, aclaran u ocultan causas y motivos, justifican el presente o lo critican. Son materia e instrumento de debate político.

Los doce autores revisados para realizar este ensayo sobre el Brasil colonial revelan, difícilmente podría ser de otra manera, sus propósitos historiográficos. Pero al mismo tiempo ayudan a que el estudioso pueda construirse críticamente una visión global de la historia brasileña, desde diferentes ángulos y sin dejar que ningún autor convenza de que su verdad es cien por ciento fidedigna. No necesariamente que digan mentiras, sino que reflejan cierto tipo de fuentes, perspectivas e intereses.

Dauril Auden busca explicar a los norteamericanos las diferencias regionales del gigante de América del Sur: Portugal falló para integrar Brasil social, cultural, económica y administrativamente y la fórmula relacional que se impuso ha continuado eludiendo los esfuerzos gubernamentales para integrarlo; las semillas del separatismo fueron sembradas con la fundación cuasifeudal de las capitanías durante los siglos XVI y XVII y alimentadas en los siglos XVII y XVIII de tal manera que produjeron el fruto amargo de las revueltas divisionistas regionales de los siglos XVIII y XIX; ya los escritores ingleses del XVIII y XIX hablaban de los "Brasiles", pues según ellos había varios brasiles no uno[1]El resultado, según este autor, una frágil unidad interna y las tendencias discordantes de sus regiones.

La historia del Brasil publicada bajo la dirección de Buarque de Holanda y de Campos hace veinticinco años bajo el gobierno del General Ernesto Geisel, justifica la expansión de la colonia americana de Portugal más allá de la línea de Tordesillas, hasta la llama "teórica", y se acoge al "uti posidetis", tesis jurídica de origen francés que postula el derecho de posesión del que ocupe un territorio y desconoce la autoridad papal en esta materia, muy acorde a la doctrina geopolítica que fundamentó el golpe militar de 1964; le sirve para justificar la expansión de la colonia portuguesa independientemente de los tratados internacionales.

Responde esa obra al peculiar régimen militar que Brasil tuvo desde 1964 hasta mediados de los años ochenta; es profundamente nacionalista; destaca la acción de los "patriotas", antecesores de los militares gobernantes, contra las invasiones francesas y holandesas; justifica la expulsión de los jesuitas, a quienes critica con dureza, como parte del proceso de liberación de los indios en los momentos que el régimen enfrentaba a la Iglesia en tanto defensora de los derechos humanos y protectora de los perseguidos por el gobierno militar y deja claro que Pombal no se detuvo aunque fueran más de quinientos los religiosos expulsados, unos fueran apresados, otros fueran exiliados y se arruinaran haciendas; y defiende la tesis de la unidad nacional pues en 1769 "la llegada del primer virrey a Rio al mismo tiempo sanciona una situación existente, pues Rio era ya la capital de las minas y las guerras en el Sur, -las únicas que amenazaban la integridad nacional- y marca el inicio de una fase nueva en la historia del país" [2]el Brasil unido, poderoso que pretendían los militares sin agentes internos que disputaran el poder del Estado o provocaran peligros revolucionarios.

Boris Fausto, autor de la obra más reciente de historia de Brasil consultada, -apenas fue publicada el año pasado y recurre a una abundante bibliografía– se ubica cuando en el régimen democrático brasileño contemporáneo han transcurrido catorce años.

Destaca la pluralidad étnica del Brasil y el rescate que hace de la resistencia activa de muchos negros a su esclavitud: fugas individuales, o en masa, agresiones contra los señores desde los primeros tiempos y la formación de quilombos[3]

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