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Dialéctica del Desarrollo: Diagnóstico de la Crisis del Brasil


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Dialéctica del desarrollo
  3. Características económicas de la industrialización
  4. Cambios en la estructura social
  5. Consecuencias políticas de los cambios sociales
  6. La lucha por el poder y el arbitraje militar
  7. Reencuentro de la dialéctica
  8. El desarrollo económico en el proceso de cambio cultural
  9. Las luchas de clases en el desarrollo de las instituciones políticas
  10. Las ideologías de clase en la lucha por el poder
  11. Dialéctica del desarrollo capitalista
  12. Proyecciones políticas del subdesarrollo
  13. Conclusión

Introducción

La dialéctica del desarrollo fue escrita en portugués y debido a su contenido y al interés de países cercanos fue traducido al español, trata de lo mal preparados que se encontraban todas las fuerzas que de una u otra manera luchaban por la modernización del Brasil y como personas con responsabilidad e interese en los varios movimientos orientados hacia la transformación del Brasil.

El texto que se estudiara en lo adelante presenta la realidad en su conjunto de cómo la crisis de 1929 llevo al país a tener una sobre-producción que llevo a que los precios que se tenían establecidos en el exterior descendieran y por tanto descendieron las exportaciones, la ausencia de una política que oriente hacia el proceso de industrialización tuvo serias consecuencias como las de la sobre-mecanización que fue muy importante. Lo que conceptualizamos como sub-desarrollo no es tanto la existencia de una economía fundamentalmente agraria, sino mas bien la presencia de un dualismo que se refiere a dos factores dinámicos: los conflictos internos del sector capitalista y las tenciones generadas entre este y la economía preexistente.

Dialéctica del desarrollo

INDUSTRIALIZACIÓN SIN POLÍTICA DE DESARROLLO

La industrialización del Brasil, ocurrida en las tres últimas décadas, se presenta como un caso representativo de lo que se ha llamado el desarrollo basado en la sustitución de importaciones. Pero, al mismo tiempo, dentro del cuadro latinoamericano, la precocidad y rapidez de ese proceso, constituye una característica peculiar del Brasil en el periodo que se inicia con la crisis de 1929. Las grandes plantaciones de café que se habían establecido al calor del estimulo de los altos precios que prevalecieron en el periodo 1927-1929, empezaron a producir a partir de 1931, conduciendo al país a una gran crisis de sobreproducción, exactamente cuando los precios de ese producto habían disminuido en dos tercios en el mercado internacional. De esta forma el Brasil tuvo que hacer frente, además de a la crisis externa que lo obligaba a limitar sus importaciones a la mitad, a otra crisis interna derivada de la necesidad de financiar grandes cantidades de café que no encontraban mercados.

En la medida en que el gobierno compraba café para formar existencia o para distribuirlo, e inflaba el ingreso monetario, la moneda brasileña se despreciaba externamente, lo cual también favorecía a los cafeteros, pues el precio del café subía en la moneda local depreciaba, por más que su precio internacional estuviese bajando. Sin embargo, las consecuencias de esa política fueron mucho más amplias de lo que se hubiese podido imaginar en esa época. Al mantener el nivel de ingreso monetario dentro del país, mientras declinaba la capacidad para importar, la política de favores al sector cafetero resultó, en última instancia, una política de industrialización. La rápida desvalorización de la moneda hacía aumentar los precios relativos de la mercancías importadas, con lo cual se creaban condiciones extremadamente favorables a la producción interna, como las utilidades del sector cafetero disminuían, ya que los favores oficinales sólo podían compensar parcialmente la baja del valor real de las exportaciones, la producción manufacturera orientada hacia el mercado interno se convirtió en el negocio mas atractivo de la economía brasileña. Así, recursos financieros y capacidad empresaria fueron transferidos del sector, exportador tradicional, principalmente de la producción y del comercio del café, hacia las industrias manufactureras.

La segunda fase de la industrialización brasileña, no es menos interesante, tanto desde el punto de vista de la política seguida como de los resultados alcanzados. En 1946, con el objetivo de defender los precios del café en el mercado internacional, cuando aún había abultados existencias en el Brasil, el gobierno mantuvo la paridad del cruzeiro que había prevalecido durante la guerra, no obstante que el nivel de precios de había elevado mucho mas en el Brasil que en los Estados Unidos. Para entonces ya la experiencia había enseñado la desvaloración del cruzeiro acarreaba una baja inmediata del precio internacional del café, con repercusiones adversas para la balanza de pagos del país. Al adoptar esa medida, que significaba una baja en los precios de los productos importados el gobierno brasileño no tomaba en consideración los intereses de la industria; y mas aún porque el arancel brasileño era especifico, es decir, que ni siquiera acompañaba la elevación de precios en el mercado internacional.

Las consecuencias indirectas de esa política fueron de lo más inesperadas. Las importaciones subieron con rapidez, agotándose las reservas de divisas acumuladas durante la guerra e iniciándose, ya en 1948, proceso de endeudamiento a corto plazo.

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