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De la Palmeta a la Manguera

Enviado por Vanesa Ottone


Partes: 1, 2

    1. Sociedad y Escuela – Recorrido Histórico
    2. La letra…
    3. Rol de la escuela en la Posmodernidad : Conceptualización
    4. Asimetrías
    5. Maestros Vs. ProfesoresEl rol y formación docente (en la sociedad y la escuela)
    6. Por donde Empezar…

    Sociedad y Escuela – Recorrido Histórico

    En el siglo XIX la relación entre sociedad y escuela fue fundamental a la hora de entender la creación de ambas como fruto de la otra. No se puede entender a la sociedad si no es como un conjunto de acuerdos entre sujetos que conviven dentro de un mismo espacio territorial, y esos acuerdos fueron gestados o propagados desde la escuela.

    La sociedad argentina de dicha época se encontraba dividida en diferentes y muy diversos sectores, los grandes bloques dados por los criollos, pequeños burgueses, gauchos y los inmigrantes (campesinos italianos, españoles, vascos y en menor medida ingleses y franceses que serían quienes adoctrinarían a los sectores industriales). El primer contratiempo para la época sería justamente el idioma al que se le sumarían las costumbres y hábitos que no respondían a las necesidades de industrialización en el "hacer productivo" que se presentaba de caras al desarrollo. Y por supuesto, el recelo frente al diferente: nótese el desprecio del gaucho Martín Fierro cuando llama "papolitano" a un inmigrante itálico en la obra de José Hernández.

         De esta manera, comienza a regir en el imaginario la necesidad de unificar los criterios sociales, y con ellos, los hábitos y costumbres de la sociedad, para poder igualar y generar el desarrollo soñado por  la casta política del momento. Es así que nace el concepto de escuela como modo de legitimar una cultura. Aún persiste en el imaginario colectivo que "la escuela es educación", y este es el "logro" más relevante que ha obtenido dicha institución creada en el siglo XIX. Surge como respuesta a una necesidad de época, la de "ajustar" aristas, antes mencionadas, entre los inmigrantes, los gauchos y los criollos. La necesidad de unificación / creación de una historia común, de valoración del tiempo relacionado con la productividad, en fin, la escuela acompañó en el proceso social de la creación del concepto de Estado – Nación. La verdadera Babel   en que se constituía la Argentina del Centenario necesitaba – para el "establishment" político – económico, esto es, los herederos de los "hombres de club", de una identidad. La enseñanza formal gratuita y obligatoria, las escuelas de artes y oficios, y hasta el antiguo servicio militar coadyuvaban a ese Norte, cuya brújula era de fabricación europea o norteamericana desde los tiempos de Domingo F. Sarmiento.

    La letra…

      … con sangre entra, decían en el siglo XIX (y hasta entrado el XX) los pioneros de la "mano dura". Así, los educandos recibían castigos físicos que se cuenta que iban desde arrodillarse sobre maíz en el rincón a azotaínas con el puntero. En algunas escuelas los docentes estaban provistos de una palmeta, similar a una paleta de ping pong, con la cual golpeaban a los niños en las uñas cuando estas estaban sucias.

      Miguel Cané, el hombre de club que ubicara su "Juvenilia" en el Colegio Nacional de Buenos Aires, refería en uno de los más atractivos capítulos la "metodología" del rector de la casa, Amadeo Jacques. Ante el díscolo estudiante Corrales, M. Jacques directamente despliega una serie de golpes de puño, que acompañaría con certeros puntapiés.

      De este modo, se logró establecer a la escuela como centro de reconocimiento social, como aquello que respondería a lo deseable de todo sujeto. Se convierte en lo instituido de la sociedad siendo el "templo del saber" encargado de propagar "La Cultura".

    En ese proceso fue eficiente, porque logró establecer el concepto de "homogeneidad cultural, desde una heterogeneidad", concepto  que aún hoy prevalece y se sobrevalora en nuestra sociedad. Más allá de estar de acuerdo o no con sus principios, se debe admitir que la función que debía llevar adelante la cumplió.

    Pero entonces ¿a qué se llama educación y a qué buena educación? En la modernidad, podría decirse que se denominó de este modo a la institucionalización de un ciudadano que respondiera a las características de una idealización basada en el "europeo medio" que vivía en el imaginario de nuestros criollos. Las incipientes aristocracias argentinas, que se empeñaban en ocultar al abuelo almacenero,  llamaban con desprecio "chinos" a  los hijos del mestizaje. Con tanta vehemencia que entre éstos mismos, "indio" llegó a ser un insulto en ciertos ámbitos.

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