¿Pero podemos esperar a que el esqueleto alcance su madurez ósea para aplicarle cargas?
El proceso de osificación del esqueleto es bastante largo y complicado. La osificación consiste en la desintegración del cartílago por medio de células destructoras y desarrollar a la vez tejidos óseos en su lugar, por células osificadoras.
Esto es debido a que alrededor del cartílago se forma una envoltura ósea cada vez más gruesa y también una sustancia en el interior del cartílago.
Síntesis del proceso óseo
POR EJEMPLO
El esqueleto de un niño entre 8 y 14 años debido a su formación cartilaginosa lo hace más elástico pero menos resistente para soportar carga en comparación con el esqueleto adulto.
Ahora bien si durante este proceso evolutivo aplicamos cargas submaximas discontinuas podemos controlarlo pues de esta forma estimula el crecimiento longitudinal, pero (siempre hay un pero) si aplicamos una carga muy alta y continua detiene al mismo.
Creemos que un entrenamiento sistemático y variado ayuda a la transformación intensiva del hueso en la infancia y la juventud y a su vez le proporciona el tiempo necesario para desaparecer el antagonismo entre los procesos constructivos de formación ósea y desintegración cartilaginosa y la carga aplicada.
Algunas consideraciones para el desarrollo de la fuerza en niños
Para el desarrollo de esta capacidad se pueden utilizar diferentes tipos de cargas que pueden ser:
1. Ejercicios con cargas externas.
2. Ejercicios con autocargas
Ejercicios con cargas externas:
Se debe tener en cuenta que no se refiere a cargas elevadas sino más bien a actividades donde estén contemplados lanzamientos, transporte, saltos, arrastres y otros para realizar estos ejercicios se emplearan implementos como llantas, pelotas medicinales, sacos rellenos con arena, colchones de gimnasia, cajones suecos, espalderas y el propio compañero.
Ejercicios con el propio peso corporal:
Estos se realizan mediante saltos, escalamientos, cuadrupedias, flexiones y extensiones de diferentes partes del cuerpo.
Estos ejercicios van encaminados al desarrollo de la fuerza rápida y de la resistencia teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
FUERZA RÁPIDA.
1) Deben ser ejercicios globales.
2) Deben trabajarse zonas musculares concretas pero sin ejercicios específicos.
3) Con poca o moderada intensidad.
4) Las repeticiones fluctúan entre 10-15.
5) La velocidad de ejecución es alta.
RESISTENCIA A LA FUERZA
1) Deben ser ejercicios globales.
2) Deben poner en movimiento zonas musculares concretas.
3) Deben tener menos intensidad que los ejercicios de fuerza rápida.
4) Las repeticiones varían entre 15-20.
5) La velocidad de ejecución es media.
Clasificación de las edades y los ejercicios
Para la aplicación de estos ejercicios se debe hacer una división según las edades de la siguiente forma:
Los niños comprendidos entre 8 y 12 años deben realizar ejercicios variados y pocos específicos donde predominen los juegos de tracciones, desplazamientos, escalamientos, empujes, etc.
Los niños comprendidos entre los 12-14 años deben realizar ejercicios de multisaltos, lanzamiento de objetos y emplear cargas livianas y muchas repeticiones y algo altas realizadas con velocidad y pocas repeticiones, para ello se recomienda utilizar el peso corporal, como el 100%; por ejemplo:
Para los ejercicios encaminados a desarrollar el tren inferior se aplicaría el 50%, para los grupos musculares Del tronco el 30% y para las extremidades superiores el 20%, también es importante el trabajo de circuitos.
MOTIVAR = DESARROLLAR
Para motivar y desarrollar las capacidades de fuerza en estas edades es necesario tener en cuenta la variabilidad de los ejercicios. Cuando un ejercicio se ha mantenido por largo tiempo el niño pierde interés y deja de ser efectivo para el desarrollo de la fuerza, por lo que se deben modificar a partir de diferentes alternativas como las siguientes:
1) Aumentar la resistencia a desplazar.
2) Aumentar la distancia o altura.
3) Modificar los brazos de palancas.
4) Modificar la velocidad Del movimiento.
La influencia de la diferencia del sexo en estas edades
El aumento de la fuerza depende fundamentalmente de la hormona denominada testosterona.
La misma se observa con muy poca diferencia cuantitativa entre el niño y la niña por lo que podemos afirmar que los niveles de fuerza en esta etapa de ambos sexos se encuentran muy similares. No siendo así en la pubertad donde el nivel de testosterona en el hombre es muy superior al de la mujer y como es lógico el nivel de fuerza también. Por lo que podemos deducir que en esta edad temprana los ejercicios respecto a sus repeticiones y tipos de carga son similares para ambos sexos antes de los 10 años, ya a partir de aquí las niñas comienzan a manifestar un retraso sobre todo en el tren superior por lo que el entrenador debe tener presente este singular aspecto en el proceso del desarrollo de los niños y niñas.
Recomendaciones generales
1. Se debe atender la musculatura extensora de la sustentación.
2. Se debe emplear ejercicios globales.
3. No dirigir los ejercicios al desarrollo de la fuerza máxima y sí a la fuerza velocidad y a la resistencia.
4. Se deben emplear ejercicios dirigidos a grandes grupos musculares que tienen la responsabilidad de mantener las posturas y de los miembros inferiores.
5. No emplear ejercicios donde haya que realizar fuerza excesiva o máxima.
La efectividad del entrenamiento de fuerza independientemente de su acción positiva sobre las fibras musculares, también mejora la coordinación intra e intermuscular al incorporar un mayor numero de miofibrillas en una determinada acción, a esto se suma también el conocimiento que adquieren los niños sobre varios aspectos relacionados con la fuerza muscular.
Resumen
Por lo general podemos señalar que estos ejercicios aunque van a variar en dependencia de los objetivos que se haya planteado el entrenador, su dirección es la misma, desarrollar la fuerza en estas edades sin perjudicar el proceso de desarrollo en el niño y así preparar su organismo para que pueda asimilar el efecto de las cargas en las etapas venideras en su proceso evolutivo.
Por último destacaremos los aspectos a tener en cuenta al planificar el entrenamiento con sobrecarga para el desarrollo de la fuerza en estas edades.
1. Objetivo del entrenamiento con sobrecarga.
2. Edad del deportista.
3. Frecuencia y duración del entrenamiento de fuerza dentro del ciclo semanal.
4. Ubicación del entrenamiento de la fuerza en relación con el entrenamiento especial.
5. Selección de los ejercicios adecuados.
6. Descanso entre series y repeticiones.
Orientaciones sobre el estudio del tema
HARRE, P: TEORÍA DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO. Ed. Científico-Técnica, pp. 50-81 Ciudad de La Habana
Ranzola. Forteza, P: BASES METODOLÓGICAS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO. Ed. Científico-Técnica, pp. 18-20 Ciudad de La Habana
Colectivo de Entrenadores del Equipo Nacional de Atletismo. PROGRAMA UNIFICADO DE ENTRENAMIENTO DEPORTIVO TOMO I
Román Suárez, P: MULTI FUERZA. Ed. Científico-Técnica, pp. 90-123 Ciudad de La Habana
Luchkin, N, Y: LEVANTAMIENTO DE PESAS: Ed. Deportivas, pp. 119-162 Ciudad de La Habana
Ozolin, N. G: SISTEMA CONTEMPORÁNEO DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO. Ed. Científico-Técnica, pp. 39-43 Ciudad de La Habana
Autor:
Gustavo Gregorio Hernández Clark
Lic. en Cultura Física
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