En el contexto literario de la región norte del Perú, cuatro novelas costumbristas del siglo XX, reflejan y pintan sociológica, antropológica, etnológica, política, económica y literariamente el drama de sus gentes: "Puerto Cholo", de Mario Puga, con el conflicto porteño de los estibadores con los dueños de las empresas portuarias; "El daño" de Carlos Camino Calderón con la injusticia y venganza brujeril de los Navarrete; "Matalaché", de Enrique López Albújar con los amores imposibles de clase social; y "los Mitimaes" de Mario Florián Díaz con el drama de la anhelada tierra prometida en la costa que se convierte en tragedia.
"Los mitimaes", de Mario Florián Díaz (1917-1999), fue una novela que obtuvo el Premio Nacional de Fomento de la Cultura Ricardo Palma" en 1957, teniendo como jurados calificadores a celebridades como Jorge Puccineli, José Jiménez Borja, Porfirio Meneses.
Desde entonces ha pasado a ser una novela de defensa de los campesinos y de los conflictos de la reforma agraria y los abusos de los gamonales y terratenientes que imponían su ley en la época.
El tema principal de "Los Mitimaes" son las dificultades y peripecias que tiene una familia serrana que baja a la osta en busca de mejores oportunidades de desarrollo y encuentra la desgracia por la envidia y la inquina de la justicia y el sistema gamonalista.
"Los mitimaes" relata el éxodo de una familia de la sierra cajamarquina hacia la costa peruana con la finalidad e buscar nuevos horizontes de desarrollo y progreso económico. Compran tierras como fundos La Culebra y El Espinal donde inician faenas agrícolas del sembrío de arroz. Pero su desarrollo genera envidias y rencores entre los costeños y los hacendados por ser gente de la sierra.
En la familia se produce un desarraigo cultural, social y familiar afecta mucho a la familia, pero cuando parecía que la idea de afincarse en la costa daba buenos resultados con la compra de terrenos y siembra de a arroz, vino la desgracia y la injusticia y hostigamientos por parte de los gamonales de la zona, convirtiéndose en desgracia a la vida familiar de Espíritu y Candelaria.
El asesinato de Teófanes Vergel, Guardaespaldas de un hacendado que asalta a Espíritu en el camino y este le da muerte en la oscuridad de un balazo, en defensa propia de Espíritu Crespo, junto a la muerte de un toro que causa daños en sus sembríos, fu el detonante de toda la desgracia y disolución familiar, porque logran apresar a la esposa y arrebatarle sus terrenos. Espíritu vivirá en la clandestinidad desde entonces
Es uno de los hijos, Segundo, el que con la educación logra llegar a ser profesor y luego abogado logra finalmente recuperar lo perdido por sus padres y organiza a la comunidad y unir a los serranos y costeños en una armonía de desarrollo agrícola comunal.
"Los Mitimaes" es la obra del conflicto social y lucha de clases entre el hacendado y el campesino. Es la oposición costa/sierra, es el conflicto del hacendado abusivo y del pueblo oprimido.
En sus veinticinco capítulos breves, cortos hay una concatenación temática que anuncia una literatura andina llena de esperanzas en la costa, del migrante que asume un éxodo de desarraigo y que "baja" a la ciudad o a la costa para hacer su propio negocio con la esperanza de superar su pobreza andina. Peor muchas veces encuentra sólo marginación, odio, injusticia, discriminación, abuso, persecución, chantaje.
Como tópicos secundarios tenemos: El conflicto étnico del poblador que vive en la sierra con el poblador que vive en la costa. El conflicto socio-económicos de los gamonales con los jornaleros y los de escasa propiedad. La injusticia que imponía a su entorno los terratenientes cobrando cupos de pase en caminos libres y apropiándose de terrenos para explotarlos en beneficio personal. Las intrigas y venganzas políticas que sufre Segundo Crespo una vez terminado su carrera de profesor, que es indispuesto por un antiguo rival en política. Las costumbres religiosas, comidas y formas de vida y de festejo de los pobladores de la sierra y la costa. El engaño que sufre Espíritu al ceder un pase a cambio de unas tierras que luego se la quintan porque no tenía papeles legales. La fidelidad de Candelario con su esposo Espíritu, aún en los momentos difíciles. El drama de la enfermedad bubónica que causa desgracias en la familia de Espíritu. El sufrimiento de las sequías en la agricultura de la costa, dependiendo de las lluvias de la sierra. El estudio como herramienta fundamental de desarrollo personal y social al final de la obra, triunfa el que estudia y se dedica a la comunidad.
El lenguaje utilizado en la obra es de carácter andino, con muchos vicios de dicción propias del hablar de la sierra norte del Perú y de los pobladores costeños y el habla disfonetizada de los chinos.
El autor hace uso de las descripciones costumbristas y paisajistas. Con capítulos cortos y escasos uso de técnicas el texto aparente una sencillez temática, pero tiene una profundidad de un mensaje de organización y peripecias sociales de luchas de clases.
De estilo criollista, costumbrista, por las estampas y los paisajes andinos que pinta y por las costumbres y tradiciones religiosas que los protagonistas llevan en el transcurso de toda la obra.
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