Descargar

La fábula del Etiquetador y los tres bosques


Partes: 1, 2

    Un acercamiento al estudio de las Políticas Sociales en Cuba

    El hombre en su afán de categorizar, conceptualizar y definir, para establecer fronteras, diferencias y diversificar el conocimiento, ha ido arrastrando consigo el desarrollo social en carrera rápido junto a la rueda de la historia y a principios de este siglo los términos se funden, trastocando velos, comprometiendo elementos y confundiendo a los que radicalmente quieren etiquetar. Por tanto en la búsqueda del conocimiento social lo primero es transitar por estos caminos sin prejuicios para partir con bases sólidas a construir el conocimiento.

    A la hora de comprender los principales elementos acerca del Estado de Bienestar, debemos partir de definir el término Estado-social, el cual se emplea genéricamente para los países en que el Estado juega un rol en la implementación de medidas sociales que respondan a las necesidades socialmente reconocidas en materia de seguridad, salud y bienestar. No obstante, todas las formas del Estado-Social no son las mismas (como lo veremos a lo largo del presente reporte), pero existe generalmente el compromiso de proteger a los ciudadanos contra la amenaza de la pobreza, de permitir a la población mejorar su situación de vida y de proporcionar una red de seguridad para aquellos que no están en condiciones de competir.

    Algunos países han sido reacios a adoptar este compromiso sosteniendo que el sistema toma la riqueza ganada por individuos competentes, para redistribuirla a la gente que no tiene un derecho "legítimo" de disfrutar de esa red de seguridad, de igual forma algunos autores postulan que el Estado Social interfiere con el mercado, mata la motivación para trabajar y tiene efectos negativos a largo plazo sobre una población siempre creciente que enfrenta necesidades más y más diferenciadas.

    Lo cierto es que hoy en día, en la coyuntura de la globalización, hay que tener un agente central para distribuir y redistribuir en favor de las poblaciones desfavorecidas, pero también para enfrentar los conflictos que se generen por la redistribución y la distribución en los planos nacional e internacional.

    Una de las conquistas más grandes para la humanidad ha sido la creación del Estado de Bienestar, acontecimiento iniciado a partir del final de la II Guerra Mundial, en diferentes países de la Europa Occidental. Esta nueva situación implica que a los ciudadanos se les reconocen derechos sociales, y por ello tienen a su disposición gratuitamente una serie de servicios, proporcionados por el Estado: sanidad, pensiones, educación, seguro de desempleo, etc. En cuanto a su génesis por supuesto, hay diferentes explicaciones.

    Se dice que existe un Estado de bienestar o Estado providencia cuando el Estado asegura la protección social, entendida ésta como los derechos a la sanidad, vivienda, educación, servicios sociales, pensiones de jubilación y la protección del empleo o el empleado. Surge, entre otras causas, porque había que atenuar dentro del sistema capitalista el descontento de las clases trabajadoras, que podían provocar estallidos revolucionarios, más aún si tenemos en cuenta el referente del socialismo de los países del Este. Además era necesaria a su vez su aceptación por parte de las clases medias. Y se basaba en un sistema impositivo progresivo, con carácter redistributivo, para ir consiguiendo cada vez más una mayor justicia social. Sobre todo fue obra de la socialdemocracia, aunque también participaron en su surgimiento otras corrientes ideológicas.

    El Estado de bienestar mantiene dos objetivos fundamentales. El primero de ellos es garantizar el crecimiento económico y el segundo, establecer una garantía de mínimos de protección social a toda la población. Entre sus principales características se destacan la intervención estatal en la economía, la extensión de los derechos sociales, la universalización de la protección social, y el desarrollo de capacidades para tratar a sus miembros de manera igualitaria.

    En todas la sociedades avanzadas existen tres instituciones esenciales que producen bienestar social: la familia (basándose en la reciprocidad), el mercado (basándose en el intercambio) y el Estado (basándose en la distribución). El mundo está compuesto por distintos modelos, cada uno con sus propias prioridades, principios de justicia y de igualdad, por lo que no hay dos Estados de Bienestar que sean idénticos. Sin embargo un filósofo de la antigua Grecia dijo en una ocasión que fijarnos testarudamente en los árboles, nos impide ver el bosque y de eso se trata en cuestión. El afán de categorización hizo de las suyas y dio al traste con el fantasma de la atiborrada variedad.

    La primera clasificación en los Estados de Bienestar está relacionada con el modelo Residual o Institucional. El primero, en pocas palabras, presta los servicios sociales a los más necesitados, mientras que el segundo está, de cierta forma, más integrado a la sociedad, es más para todos los ciudadanos de un país.

    De aquí parten los tres modelos que abordaremos en este modesto reporte: el liberal está más ligado al residual (y como país clave tenemos a los Estados Unidos). El conservador se encuentra en un punto medio (un ejemplo de este es Alemania) y el social-demócrata está muy ligado al Institucional, (Suecia es uno de sus principales representantes). Hay quienes plantean que todos los países no encajan en estos tres modelos, otros proponen la construcción de modelos adicionales y otros sostiene que los criterios de clasificación no son adecuados.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente