Mochicahui (México) – Su evangelización y fundación como misión jesuita a partir de 1605
Enviado por Mtro. Marco Antonio Borboa Trasviña
BREVE RESUMEN:
Mochicahui, es uno de los pueblos de origen prehispánico fundado en una fecha no determinada de la época precolonial. Era el pueblo principal de la nación Zuaque, los otros dos eran Charay y Cigüini, éste último desapareció para favorecer la evangelización en sólo dos puntos de concentración. Los zuaques eran una de las naciones más rebeldes y belicosas de toda la Provincia de Nuestra Señora de Sinaloa, por lo que para lograr su pacificación y evangelización, los misioneros jesuitas recibieron el apoyo del capitán don Diego Martínez de Hurdaide. La fuerza de las armas españolas no fueron suficientes para vencer ni mucho menos para conquistar y colonizar la región habitada por los zuaques y principalmente de los Mochicahuis, por su carácter indómito. No fue sino hasta con la llegada de los misioneros jesuitas a finales del siglo XVI y principios del XVII, a la Provincia de Sinaloa y en concreto a Mochicahui en el año de 1605, por el Padre Jesuita Andrés Pérez de Ribas, cuando los rebeldes zuaques empezaron a ser evangelizados y por consiguiente conquistados y colonizados. Sin embargo, como resultado de este proceso de conquista espiritual, complementado por la fuerza de las armas, se tuvo como resultado un sincretismo cultural, que perdura hasta nuestros días. A final de cuentas los indios zuaques no fueron vencidos totalmente, siguieron con su cultura, camuflageada o abiertamente, en donde los conquistadores no pudieron o no quisieron hacer nada, ya sea por conveniencia o por ignorancia.
Introducción
Mucho antes del año de 1605, la nación Zuaca o Zuaque, habitaba la región que actualmente ocupa el pueblo de Mochicahui, en el municipio de El Fuerte, Sinaloa, México. En esos tiempos los zuaques se habían caracterizado por ser uno de las naciones o pueblos más rebeldes, valientes e indómitos de toda la Provincia de Nuestra Señora de Sinaloa.
Fue el padre jesuita Andrés Pérez de Ribas al que le tocó la empresa de evangelizar esta peligrosa nación, así como también de la nación Ahome, que al decir de éstos, eran más pacíficos que los de Mochicahui. Respecto del inició de la evangelización y carácter rebelde de tan fiera nación Zuaque, Pérez de Ribas escribió: "Llegó el tiempo que la Divina providencia tenía señalado para rendir y sujetar al suave yugo de la ley evangélica la Nación Zuaca, que tantos años había estado rebelde, así a la divina ley, como al valor de los españoles, que tantas veces se vieron obligados a mover y ejercitar las armas contra ellos, sin hacer mella en la dureza de su rebeldía, avilantez y arrogancia. (…) se dio principio a la empresa espiritual de la nación Zuaque, que toda la provincia deseaba ver quieta y cristiana, por ser la que ponía en cuidado y sobresaltos continuos. A esta se dio principio en año seiscientos y cinco…" (Pérez de Ribas; 1944:301)
Mochicahui, para antes de 1605, ocupaba una atención especial por parte de los soldados españoles, pero también por parte de los responsables de la evangelización de la Provincia de Nuestra Señora de Sinaloa.
Aunque, en 1564 se dieron los primeros intentos para establecer misiones en el norte de Sinaloa, por parte de los franciscanos, pero éstas no pudieron desarrollarse, ni siquiera la Villa que Francisco de Ibarra fundó como San Felipe y Santiago de Carapoa, en las cercanías de lo que hoy se conoce como El Fuerte, Sinaloa, precisamente en 1564.
No fue sino a partir de 1591, cuando se retoma la idea y la acción de emprender la conquista espiritual del norte de Sinaloa, llegando a esta tierras, ese mismo año, los padres jesuitas Martín Pérez y Gonzalo de Tapia, poco después los secundaron en tan noble misión, Alonso de Santiago y Juan Bautista de Velasco, y, el propio Andrés Pérez de Ribas, entre otros soldados de la fe católica.
La ribera del río Fuerte, antes Zuaque, desde el cerro Paroscahui (cerro de la liebre) de Mochicahui. (2003)
Cuando Andrés Pérez de Ribas, en 1605 fundó la misión jesuita, en Mochicahui, pueblo principal de los zuaques, manifestó que éste encontraba asentado a la orilla del río, en un hermoso llano, que gozaba del más fértil valle que hay en toda Sinaloa. Lo acompañaba siempre en sus tareas catequistas la india Luisa que se encargaba de reunir a los naturales, principalmente a las mujeres con sus niños para adoctrinarlos y en su caso, bautizarlos, la participación de la india Luisa la describe Pérez de Ribas de la siguiente manera: "… siempre adelante la india Luisa, que parece tomó Dios por instrumento del remedio de esta nación.
Entrando en el pueblo tomaba a su cargo el cuidado de que se recogiesen los niños para el bautismo y a voces y gritos convidaba a juntarlos; y (…) si hechaba menos algunos de los que estaban en las sementeras, enviaba por ellos y no descansaba hasta hacerlos traer a la iglesia y que se bautizasen…" (Pérez de Ribas; 1944:302).
Cuando el padre Pérez de Ribas entró por primera vez a Mochicahui, platicó con algunos zuaques y les declaró a lo que venía a su tierra, no a guerras porque no traía armas, ni soldados en su compañía, sino a ampararles, serles padre y enseñarles el camino de la salvación.
Al llegar Pérez de Ribas a la nación Zuaque y principalmente a Mochicahui, capital de la misma, por así decirlo; les preguntó a sus pobladores por qué habían sido tan rebeldes y belicosos, a lo que respondieron que temían el trato de los españoles, de los cuales hablaban muy mal sus predicadores y hechiceros; pero que ya teniendo Padre en compañía, estaban libres de temor, desengañados y muy contentos. (Pérez de Ribas; 1944:303). Llama la atención que, los zuaques, siendo una de las naciones más bravas de toda la Provincia de Sinaloa, con la llegada del Padre Pérez de Ribas, haya quedado tan blanda y rendida, que desde ese tiempo en adelante jamás se alborotó ni se vio rebelión en ella.
Página siguiente |