- Introducción
- El Estado, la democracia y el autoritarismo
- Acontecimientos previos a la dictadura
- Acciones extremistas
- El golpe
- "El enemigo"
- Estado y poder
- El que calla otorga
- La democracia, débil ante la crisis
- Conclusión
- Bibliografía
Durante muchos años (hasta en la actualidad) el golpe de Estado realizado el 24 de marzo de 1976 ha sido centro de un debate político, social y legal, que implica al conjunto de la sociedad argentina e internacional. Sin embargo, siempre se ha hecho énfasis en la cantidad de derechos que fueron violados durante ese período, y, sin dejar de dar importancia a esto último, no se ha enfatizado o profundizado lo suficiente en los motivos y justificativos, que los militares tuvieron para tomar el poder, y la actitud tomada por el pueblo antes, durante y después del golpe. Con la presente monografía se intentan analizar los hechos que llevaron a la dictadura, y la misma naturaleza de éstas con relación al pueblo, el poder, la autoridad y el orden necesarios en cualquier sistema político.
Por otra parte se profundiza en las causas de aceptación y/ o resignación por parte de la sociedad ante el golpe. Desarrollo:
El Estado, la democracia y el autoritarismo
Podría decirse que la Argentina ha seguido una "tradición golpista", basta con mencionar los golpes de Estado de 1930, 1955 y 1976, todos realizados en épocas de crisis económicas, políticas y/ o sociales. Hasta sería admisible decir que los militares llegaron al poder para "arreglar las cosas" (no sólo en las dictadura del ´76).
Y sin embargo, siguiendo con esta tradición golpista, el pueblo aceptó esta nueva dictadura, ya sea con alegría o resignación, pero lo hizo, y no opuso resistencia. ¿Por qué? porque, en definitiva, es mucho mas fácil y rápido dejar que alguien de afuera venga y ponga en orden las cosas, y, en última instancia la única función o tarea del pueblo es cumplir el mandato de alguien que toma las decisiones, y que, en definitiva si se equivoca, la culpa recae sobre quien tomó esa decisión.
"Hace algún tiempo ya que los argentinos estamos atrapados por el "mito de la solución": la creencia de que todos nuestros problemas pueden resolverse de golpe, en virtud de un cambio súbito en la dirección del Estado. Por esta razón, los gobiernos actúan rápidamente para calmar la ansiedad general y entonces se equivocan. (…) Es en definitiva una cuestión de madurez: después de cien fracasos, los pueblos dejan de creer en milagros y empiezan a pensar en las cosas duras, resistentes (…) sobre la base de dos principios fundamentales: primero, que el Estado no lo es todo (…) es inútil esperarlo todo de él; y segundo, que el primero es parte de las soluciones y que, por lo tanto, la espera (a veces, una larga espera) forma parte esencial del progreso." Con este fragmento de la revista Primera Plana, escrito por Mariano Grondona el 30 del 8 de 1966, podemos profundizar en el asunto. El Estado pasaría a ser el responsable de todos los sucesos beneficiosos o no para el pueblo, y tendría el compromiso con este de garantizarle la rápida solución de los problemas; cuando en realidad, los gobernantes son los representantes del pueblo y su voluntad, por lo que también la sociedad debe comprender las limitaciones del tiempo y otros factores.
La solución de problemas, la toma de decisiones, la votación de leyes, llevan tiempo en una democracia, al apurar estos procesos se pueden cometer errores, y esto lleva a la disconformidad social por no ver los resultados rápidamente. Es así que surgen los militares para poner orden, y este orden se lleva a cabo mediante la ligera toma de medidas de un gobierno autoritario que no necesita un parlamento. En definitiva es lo que el pueblo busca en los momentos de crisis, los resultados a la vista súbitamente.
Acontecimientos previos a la dictadura
En octubre de 1973 Juan Domingo Perón, con sus 78 años asume el gobierno de la Argentina, con un porcentaje del 61,6 % de los votos. Sobre él recaían las esperanzas para mejorar la situación en la que se hallaba el país, sumergido en una violencia incorporada y divisiones internas.
A comienzos de 1974 la izquierda peronista fue desplazada en forma notoria, y las organizaciones guerrilleras volvieron a la clandestinidad manifestando su total enfrentamiento con los peronistas de derecha.
El 1 de julio de 1974 fallece Perón, siendo sucedido por su esposa, María Estela Martínez de Perón, quien a pesar de manifestar una falta de experiencia política para gobernar al país, fue la persona sobre quien recayeron las expectativas del pueblo, por el simple hecho de ser la esposa y sucesora de un experimentado y carismático líder como era Perón. Ésta debió ejercer la Jefatura del Estado durante un período muy turbulento marcado por una inflación desenfrenada, gran agitación, luchas internas en los gremios, las acciones de las organizaciones guerrilleras, las presiones de políticos y militares y un auge de la violencia en la vida política del país. Durante su mandato, la situación política, económica e institucional se deterioró rápidamente. Pronto ésta se vio incapaz de resolver el cúmulo de problemas que asolaban al país, sumado a nuevos planteos sociales y violentos atentados terroristas de extrema derecha y extrema izquierda, que a finales de 1975 se habían cobrado mas de 700 vidas.
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