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Neumonía: factores de riesgo e implicaciones actuales

Enviado por edgar bravo sosa


Partes: 1, 2

    1. Justificación
    2. Desarrollo
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía

    Urgencias adultos

    Introducción

    La neumonía es un proceso infeccioso que resulta de la invasión y sobrecrecimiento de microorganismos en el parénquima pulmonar. Es la segunda causa de infección nosocomial en salas generales y la primera en la unidad de cuidados intensivos en todo el mundo. En una revisión de 38 estudios prospectivos, sin asignación al azar, que incluyeron aproximadamente 48,000 pacientes con ventilación mecánica, la incidencia de neumonía se reportó en 10 a 20%, mientras la mortalidad fue del doble cuando se comparó con un grupo sin ventilación mecánica (IC 95%, 1.16 3.56); además, los días de estancia en la unidad de cuidados intensivos y los costos económicos se incrementaron significativamente. Está demostrado que el uso y duración de la ventilación mecánica incrementa el riesgo de infección. La tasa de riesgo para adquirir una neumonía asociada con la ventilación mecánica es 3% al día, durante los primeros cinco días de ventilación mecánica; 2% del día 6 al 10 y 1% por día a partir de entonces. En 1901, William Osler, describió la neumonía como «la reina de las enfermedades». Desde que la penicilina se empezó a comercializar como antimicrobiano habitual, apenas se ha alterado la mortalidad debida a su infección, por lo que la neumonía adquirida en la comunidad sigue siendo una importante causa de mortalidad en todo el mundo; La British Thoracic Society (BTS), define la neumonía adquirida en la comunidad como la presencia de signos y síntomas compatibles con una infección aguda de las vías respiratorias inferiores, asociada a un nuevo infiltrado radiológico para el que no se encuentra otra explicación, que se trata como tal y que es la razón principal para solicitar atención médica. No obstante, sin duda, esta definición no es útil cuando no se puede disponer de inmediato a la radiología. En una revisión de estudios que usaron definiciones clínicas basadas en signos y síntomas se observó que estas definiciones alternativas son inferiores a la radiología a la hora de detectar esta patología. En el Reino Unido la incidencia anual de neumonía adquirida en la comunidad es de 5-11 casos por cada 1.000 adultos.

    Los datos de incidencia no pueden extrapolarse a otras poblaciones, pues la asistencia sanitaria varía considerablemente en todo el mundo. Su incidencia varía con la edad: es mayor en niños muy pequeños y en individuos de edad avanzada. En todo el mundo el microorganismo causante más frecuente es Streptococcus pneumoniae. La incidencia de patógenos menos habituales varía dependiendo de la geografía, del centro de asistencia sanitaria y de la disponibilidad de exámenes diagnósticos apropiados. La neumonía atípica es aquella debida a microorganismos como Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia pneumoniae y especies de Legionella. Durrington y Summers, refieren que en un estudio retrospectivo observacional reciente basado en los datos obtenidos como parte de los ensayos de fármacos a partir de 4.337 pacientes de 21 países, el microorganismo fue atípico en el 22 % de los casos de neumonía adquirida en la comunidad cuando se identificó el responsable, lo que sugiere que estos patógenos pueden ser más habituales de lo que anteriormente se creía.

    Justificación

    La neumonía aguda es un grave problema de salud pública. Dadas las incapacidades, las repercusiones sociales y el elevado costo económico que se origina, se han propuesto diversas estrategias para la creación de equipos multidisciplinarios expertos e interesados en este tipo de patología que sepan reconocer los factores de riesgo relacionados con la aparición de los síntomas, así como, desarrollar estrategias preventivas y de tratamiento precoz. No se conocen bien los factores relacionados con una falta de respuesta a la antibioticoterapia empírica. La respuesta adecuada a la infección es compleja y exige un tratamiento apropiado y oportuno, junto con la aparición de una respuesta inflamatoria inicial apropiada (para contener la proliferación y la diseminación de los microorganismos) y seguida de una fase compensadora que restablezca la homeostasis inicial.

    Recientemente se ha reconocido que una respuesta proinflamatoria general excesiva en pacientes con sepsis y neumonía extrahospitalaria grave conlleva efectos perjudiciales y un pronóstico más desfavorable. El exceso de citocinas proinflamatorias se ha relacionado principalmente con una enfermedad inicialmente grave, al igual que con alteraciones en la susceptibilidad genética de pacientes individuales. Asimismo, se ha señalado que una respuesta antiinflamatoria excesiva, con un incremento en la IL-10, puede tener un efecto negativo en la resolución de la infección. No obstante, no se ha investigado exhaustivamente el equilibrio entre las citocinas proinflamatorias y las antiinflamatorias en pacientes con tratamiento ineficaz. Se han realizado estudios previos sobre algunos biomarcadores de la infección, como la proteína C reactiva (PCR) y la procalcitonina (PCT), como indicadores del fracaso del tratamiento, y los resultados iniciales han sido favorables. Se refiere a un proceso infeccioso pulmonar que, por lo general, es clínicamente estable en los primeros días de tratamiento adecuado y desaparición de los infiltrados radiográficos en las siguientes semanas de acuerdo con el microorganismo causal. Se denomina neumonía no resuelta cuando al cabo de 10 días de tratamiento médico adecuado no existe mejoría clínica o cuando luego de doce semanas del mismo, persisten los infiltrados radiológicos.

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