La preocupación por la formación integral del hombre de manera general ha sido un tema estudiado desde hace siglos, preguntar ¿para qué la educación? ¿qué ciudadano necesitamos? cómo educadores, ¿qué debemos formar? es un tema central dentro de cada paradigma pedagógico.
La búsqueda de la formación integral se ha planteado durante varias décadas, buscando un equilibrio en la persona considerando los aspectos sociales, culturales, políticos, económicos, entre otros; sin embargo en necesario conceptualizarla y entenderla desde los nuevos paragidmas que nos ayudan a mejorar nuestra práctica docente como lo es la socioformación.
Con el desarrollo tecnológico, los cambios sociales, culturales, de interacción y económicos es necesario buscar alternativas dentro de los paradigmas existentes que nos orienten como docentes en la formación integral de nuestros alumnos, teniendo como eje inicial una comprensión de lo que implica la formación integral para poder analizar y replantear nuestra práctica diaria con la finalidad de lograr esta formación integral en cada uno de nuestros educandos no importando el nivel en el que actuemos.
Rescata Ruíz Lugo (2007) que
"La formación integral ha sido concebida también como un "proceso continuo de desarrollo de todas las potencialidades del ser humano que lo orienta hacia la búsqueda de su plenitud, el aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a emprender y aprender a convivir (…) La formación del ser humano comprende el desarrollo del espíritu, a través de la cultura; del intelecto, mediante la vida académica; de los sentimientos y emociones, por la convivencia y la vida artística; de la integridad física, a través del deporte y la orientación para la salud; y de la vida social, mediante actividades cívicas". (Rozo, 2003)
Lo anterior se ve plasmado en los cuatro pilares de la educación que plantea la UNESCO en el año 2002 en la educación encierra un tesoro, en la cual propone que el alumno debe lograr hacer, aprender, convivir de manera armónica y ser una persona que resuelva problemas y afronte las situaciones que se presenten de manera autónoma, independiente, positiva, efectiva y acorde a su realidad.
Por su parte, una propuesta acorde con las características de la sociedad del conocimiento es el enfoque socioformativo el cual "no se centra en el aprendizaje como meta, sino en la formación de personas con un claro proyecto ético de vida en el marco de interdependencias sociales, culturales y ambientales, en la dinámica sincrónica y diacrónica" (Tobón, 2013, p.23)
Dentro de este enfoque socioformativo "Se concibe al ser humano en su integralidad, dentro de una multiplicidad de dimensiones interdependientes, con un modo de pensar complejo y cuya realización se da compartiendo e interactuando con los otros y el contexto." (Tobón, 2013, p.26) reconociendo al ser humano en un contexto especifico, con situaciones personales, familiares y ambientales que impactan su desarrollo y aprendizaje.
Para que el ser humano pueda enfrentarse a su realidad, a las diversas situaciones y a los problemas que se le presenten es necesario desarrollar en él las competencias necesarias que le ayuden a desarrollarse en su contexto de forma positiva. Punto en el que podemos entender la formación integral y entender que cada aspecto de la realidad es independiente y dependiente de los demás.
Es posible destacar que la socioformación replantea esta formación integral considerando conceptos que no habían sido utilizados dentro de la misma y que comparándola con otros modelos menciona Tobón recuperando a Morín y Rozo:
"La socioformación comparada con los modelos tradicionales nos ayuda a identificar esta necesidad de formación transversal, compleja, integral que necesitamos los seres humanos. "A diferencia de la epistemología tradicional que asume el conocimiento solo desde el ámbito cognitivo, el pensamiento complejo lo aborda como un proceso que es, a la vez, biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico, por lo cual se enlaza con la vida humana y la relación social (Morin, 1994a). Por lo tanto, la construcción de conocimiento debe tener en cuenta las relaciones entre el hombre, la sociedad, la vida y el mundo (Rozo, 2003)." (Tobón, 2013, p.30)
Esta formación integral debe contemplar que el ser en formación está rodeado de un contexto económico, social, cultural, político, educativo que lo impactará y de igual forma las acciones, actitudes y conocimientos que el ser genera y realiza impactan a cada uno de los contextos logrando una unidad.
Dentro de esta formación integral es necesario no olvidar que el alumno debe ser capaz de expresarse, reaccionar, analizar, tomar decisiones y ejecutar acciones que favorezcan su relación con los otros y su ambiente.
Concluyendo que la formación integral ya antes definida por varios autores comprende una formación del ser en todos sus aspectos y desde la formación se complementa esta definición y se busca a través de modificar los modelos tradicionales lograr dicha formación integral, considerando el pensamiento complejo como un proceso que considera la diversidad de aspectos de la realidad y enlaza al hombre con la vida.
Y es necesario que desde nuestras actividades diarias como docentes y promotores de la socioformación no olvidemos cada uno de los ámbitos a desarrollar y establezcamos estrategias y técnicas que favorezcan esta integralidad del ser humano.
Referencias bibliográficas:
Ruíz Lugo Lourdes. (Octubre-Diciembre 2007) Formación integral: desarrollo intelectual, emocional, social y ético de los estudiantes. Revista Universidad de Sonora. Recuperado de http://www.revistauniversidad.uson.mx/articulos.php?id=4
Tobón, S. (2013). Formación integral y competencias. Pensamiento complejo, currículo, didáctica y evaluación (4ta. Ed.). Bogotá: ECOE.
Autor:
Miriam Maricela Palestina Cruz