Primero analizaremos el perdón y luego el poder de dios
El perdón
Jesús vino a predicar el reino de dios. Para vivir como un habitante del reino de dios se necesita;
1. Que seamos perdonados por dios.
Colosenses 2:14 "el documento de deuda que teníamos con dios fue cancelado y el lo paso en medio para clavarlo en la cruz". (Versión dios habla hoy).
El documento de deuda que teníamos con dios por nuestros pecados ha sido cancelado por el sacrificio expiatorio de Jesús en la cruz del calvario. Al expiar o perdonar nuestra culpa, ya no tenemos que cumplir con la condena que nos tocaba por ser pecadores
"con una sola ofrenda, la de el, nos hizo perfectos ante dios." Heb. 10:14 (versión reina Valera 1 960)
2. Que seamos redimidos.
El nos redimió, es decir, recibió la condena que nos tocaba a nosotros. Recibió el castigo que nos correspondía, según dice Isaías 53. El pago la deuda que teníamos con dios. Col. 2:14.
Con la redención, nos libero del pecado y del dominio del diablo. Alabado sea dios. Heb. 2:14-15.
El fue el cordero de dios que se inmolo por nosotros y con su sangre preciosa nos limpio de todo pecado, aleluya, amen. Porque sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. Heb. 9:15.
3. Que nuestros pecados sean remitidos.
El nos remitió nuestros pecados. La remisión va más allá del perdón, ya que la primera es no acordarse jamás de las faltas y pecados cometidos, el segundo si se acuerda de ellos. Dice la biblia que el tomo nuestros pecados y los lanzo al mar, para no acordarse nunca más de ellos. (Isaías 55:7). El levanto la pena que teníamos que cumplir por haber pecado.
4. Que seamos justificados.
Fuimos justificados por el sacrificio de Jesús. Ante dios somos justos por medio de el. Dios nos ve puros, porque nos ve a través de Jesús. No tenemos pecado pasado, porque aceptamos el sacrificio del señor en la cruz del Gólgota y si pecamos, abogado tenemos para el padre a Jesucristo. Nos declaro justos por medio de la fe en Jesús. Rom. 5:1.
5. Que nuestros pecados hayan sido expiados.
Con su sacrificio expiatorio en la cruz del calvario, nos dio poder sobre toda la hueste de maldad, nos libero de la carga tan grande que llevamos de pecados, delitos, ligaduras, ataduras y maldiciones generacionales. Isaías 53.
Nos dio la victoria sobre el pecado y sobre Satanás por medio de la fe (jn.5:4) y la palabra (salm. 119:11.).
No debemos proclamar derrota. Debemos, mas bien proclamar la victoria sobre el enemigo mediante la obra de Jesús en la cruz del calvario y su subsiguiente resurrección.
Debemos de proclamar la victoria porque el nos ha perdonado de todo pecado mediante el derramamiento de su sangre y nos ha librado de toda enfermedad, porque el fue molido y triturado por nuestras enfermedades como lo dice el capitulo 53 de Isaías ya mencionado.
Triunfo con su sacrificio en la cruz, sobre la muerte, la enfermedad, las opresiones, el reino de las tinieblas, las cadenas espirituales y dios lo sentó a la diestra de el y nos traslado ese triunfo. Por eso podemos decir que somos libres del pecado y del dominio de Satanás. Así sea.
Capitulo II
A. El poder de dios
Dios manifiesta su poder a través de la vida de grandes hombres. Uno de estos hombres es Gedeón, a continuación su historia.
El poder de dios manifestado en Gedeón (jueces 6, 7, 8)
Dios le dio poder a Gedeón. Antes de ello sucedieron algunos hechos que a continuación se explican así:
1. El temor de Gedeón
Gedeón era un hombre que temía a los madianitas. Era el hijo de Joas, el menor y de la tribu de manases. La familia de Gedeón era la más pobre de esa tribu. Pero esto a dios no le importo.
A dios no le importa la condición social, el nivel académico, la raza o el sexo que tengamos. No. A dios no le importa eso, ni el carro ni la casa ni el trabajo o negocio que tengamos en cuanto al llamamiento que el nos hace.
A dios lo que le interesa es la disposición que tengamos para servirle. Le interesa un corazón dispuesto que quiera hacer su voluntad. Le interesa un vaso limpio para hacerlo instrumento de poder en sus manos para vencer toda obra del enemigo. Alabado sea dios.
Dios lo llamo sabiendo que era un cobarde para hacerlo valiente. Cuando dios lo llamo estaba escondido en el lagar, que servía para moler uvas y ahí, estaba limpiando el trigo, para que no lo vieran los madianitas. Ahí fue donde dios lo llamo.
Cuando el pueblo de dios clamo para ser liberado de los madianitas, dios envió a un profeta que les manifestó que iba a levantar a un hombre para que los liberara.
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