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Prevalencia de actividad física y su relación con variables sociodemográficas y ciertos estilos de vida en escolares cordobeses (página 3)


Partes: 1, 2, 3

Tipo de práctica deportiva organizada fuera del colegio

Los deportes como "el fútbol, el baloncesto y el balonmano", con un 41,8% (IC95%: 37,6-46,1), son los que destacan por su frecuencia, aunque se aprecian diferencias estadísticamente significativas según el sexo -c 2=98,79;p<0,001- (figura 1).

Figura 1: Tipo de Actividades Deportivas preferidas por los escolares según el sexo.

Expectativas de futura práctica deportiva en el escolar

El 89,7% (IC95%: 86,9-92,1) de nuestros alumnos cree que seguirá practicando algún deporte cuando tenga 20 años. El 51,4% de los niños realizan esta afirmación, frente a un 33,3% de las niñas -c 2=18,07;p<0,001. Las expectativas de futuro respecto a la actividad deportiva se muestra relacionada con la práctica de actividades físicas (tabla 1), con la valoración de los alumnos sobre su estado de forma física (tabla 3), y con una valoración positiva de las clases de educación física -c 2=17,96;p=0,006-.

Tabla 3 Variables asociadas al estado de forma física. Análisis bivariado.

a

Forma física (%)

P

Variables

Buena

Regular

Mala

a

Sexo:

Niños Niñas

55,4 43,1

42,2 52,2

2,4 4,7

0,011

Curso:

6ª EGB 8º EGB

56,1 40,7

40,1 55,9

3,8 3,4

0,001

Expectativas de futura práctica deportiva:

Seguro que sí Probablemente sí Probablemente no Seguro que no

55,7 37,1 5,3 1,9

31,9 55,5 9,4 3,1

10,5 63,2 15,8 10,5

0,006

Sentimiento de felicidad:

Soy feliz No soy feliz

52,1 35,4

45,1 57,3

2,8 7,3

0,006

Sentimiento de soledad:

Siempre Algunas veces Nunca

46,1 44,9 54,0

38,5 53,8 42,3

15,4 1,3 3,7

<0,001

Estado de salud percibido:

Muy sano Bastante sano Poco-nada sano

55,2 42,9 1,9

32,8 59,0 8,3

16,7 38,9 44,4

<0,001

Rendimiento escolar:

Bueno Regular Malo No sabe

41,9 25,1 4,9 28,1

24,8 34,2 4,3 36,6

52,6 26,3 0,0 21,0

0,001

Valores asociados a la práctica deportiva

El estar sano (97,5%), y en forma (94,4%), fueron los argumentos más frecuentemente señalados por los escolares para la realización de deporte. Por el contrario, el ganar (22,7%), o el ser como los campeones (33,7%), son las razones menos valoradas. Se han encontrado diferencias por sexo en las siguientes sentencias (figura 2): estar sano -c 2=4,41;p=0,035-, estar en forma -c 2=4,19;p=0,040-, ser como los campeones o estrellas del deporte -c 2=8,66;p=0,003-, y agradar a mis padres -c 2=4,34;p=0,037-.

Figura 2. Valores dados a la practica deportiva según el sexo

Estado de forma física

El 50,5% (IC95%: 46,3-54,8) de los encuestados catalogaron su forma física actual como de regular o mala. En la tabla 3 se recogen las variables asociadas al estado de forma física.

Clases de Educación Física

Al 82,5% (IC95%: 80,0-85,5) de nuestros escolares les gustan las clases de Educación Física que se imparten en su colegio. El porcentaje de niños de sexto de EGB que manifestó gustarles las clases de educación física es mayor (87,0%), que el de octavo de EGB (78,0%) -c 2=12,43;p=0,001-.

Práctica de deporte en el entorno

La frecuencia de práctica de deporte entre los miembros del entorno social del escolar se muestran en la tabla 4.

Tabla 4 Práctica de deporte en los miembros del entorno del escolar

a

Frecuencia (%)

a

Semanalmente

De vez en cuando

Nunca

No lo sé

Padre

13,9

32,2

44,5

9,3

Madre

11,1

28,9

53,8

6,2

Hermano mayor

40,7

38,4

12,2

8,7

Hermana mayor

22,7

42,3

26,7

8,2

Mejor amigo

53,2

29,0

3,5

14,3

Tutor de clase

18,0

7,9

14,3

59,8

Análisis multivariante

En la tabla 5 se presentan los resultados de los modelos de regresión logística que mejor se ajustan en relación a los factores asociados tanto a la actividad física como al ejercicio físico intenso y al estado de forma física.

Tabla 5 Variables asociadas al ejercicio y al estado de forma física. Modelos finales de regresión logística.

Variable dependiente: Actividad física (elevada vs. baja-ninguna)

Variables independientes

Coeficiente

_OR (IC 95%)_

p

Edad (cuantitativa)

0,354

1,41 (1,15-1,76)

0,001

Sexo (niños vs. niñas)

0,674

1,96 (1,14-3,38)

0,015

Hace deporte el padre (sí vs. no)

0,317

1,37 (1,01-1,86)

0,041

Hace deporte el mejor amigo (sí vs. no)

0,310

1,36 (1,08-1,71)

0,006

Practicará en el futuro deporte (sí vs. no)

1,049

2,86 (1,95-4,18)

<0,001

Estado forma física (buena vs. mala)

0,702

2,02 (1,26-3,22)

0,003

Independiente

-8,459

———

—-

Variable dependiente: Ejercicio físico intenso (sí vs. no)

Variables independientes

Coeficiente

OR (IC 95%)

p

Edad (cuantitativa)

0,281

1.32 (1,07-1,64)

0,010

Sexo (niños vs. niñas)

0,887

2,42 (1,36-4,31)

0,002

Hace deporte el padre (sí vs. no)

0,350

1,41 (1,03-1,94)

0,028

Hace deporte el mejor amigo (sí vs. no)

0,308

1,36 (1,09-1,70)

0,006

Estado de salud percibido (bueno vs. malo)

0,023

1,02 (1,10-1,04)

0,008

Cansancio matinal (sí vs. no)

-0,861

0,42 (0,24-0,74)

0,002

Independiente

-5,798

——–

—-

Variable dependiente: Estado de forma física (bueno vs. malo)

Variables independientes

Coeficiente

OR (IC 95%)

p

Sexo (niños vs. niñas)

0,609

1,84 (1,29-2,62)

<0,001

Curso (6º EGB vs. 8º EGB)

0,618

1,85 (1,30-2,64)

<0,001

Rendimiento escolar (bueno vs. malo)

-0,005

0,995 (0,992-0,997)

<0,001

Independiente

-0,286

——–

—-

OR= Odds Ratio; IC 95%: Intervalo de Confianza al 95%; p<0,001 para los todos los modelos.

 

DISCUSIÓN

Antes de pasar a analizar nuestros resultados, conviene señalar algunas limitaciones de índole metodológica que podrían condicionar en cierto grado la validez interna del estudio. La medición de los niveles de actividad física y el estado de forma física de los niños y adolescentes son a veces cuestionados. Por un lado no se conoce suficientemente la cantidad y el tipo de actividad física que resulta más apropiada en la etapa infantil para obtener resultados positivos de salud, aunque se sugiere que, en ausencia de tales criterios, los beneficios conferidos en los adultos son también los apropiados para los niños. En este sentido un panel de expertos, tras revisar las evidencias actuales, concluye que se deberían dedicar al menos 30 minutos diarios al ejercicio intenso-moderado, preferiblemente todos los días de la semana10. Por otra parte, los estudios que hacen uso de cuestionarios autoadministrados indican unos altos índices de actividad, con el 60 al 70% de niños que realizan actividades físicas a un nivel "apropiado". Los estudios que usan métodos más objetivos reportan cifras mucho menores de actividad11. No obstante, algunos autores como Comín et al han señalado que la validez y fiabilidad de ciertas preguntas sobre ejercicio físico incluidas en cuestionarios autocumplimentados por escolares de nuestro país, resulta relativamente aceptable7.

En nuestro trabajo, ocho de cada diez encuestados afirma realizar algún tipo de actividad física de manera habitual. Estos resultados son claramente mejores a los observados en otros estudios8,12-14. Sólamente Pozo et al. encuentra unos niveles de actividad física similares a los nuestros en alumnos de 7º de EGB 15. De especial interés puede ser analizar la tendencia temporal en la frecuencia de práctica de ejercicio entre los escolares. Al comparar los resultados del presente estudio con otro realizado cinco años atrás (1988), donde se encuestaron a los alumnos de la zona rural16, observamos que en aquel momento el porcentaje de alumnos que no realizaban actividades físicas era del 18,9%, mientras que en 1992, esta cifra ha disminuido hasta situarse en el 2,4%. Ya que el cuestionario pasado en ambos estudios fue similar, este cambio puede atribuirse a que se ha despertado un mayor interés y motivación por llevar a cabo este tipo de actividades (montar en bicicleta, correr, etc,..) entre los escolares, posiblemente debido al estímulo y el impacto producido por los medios de comunicación, fundamentalmente a través de la televisión (vueltas ciclistas, olimpiadas, campeonatos de fútbol).

Al examinar las diferencias respecto a las variables socio-demográficas, se comprueba, como así ocurriera prácticamente en todos los trabajos revisados8,11,12,14,17-20, que las niñas son menos proclives a la realización de actividades físicas que los niños. Igualmente, todos los estudios muestran un progresivo abandono y desinterés por el ejercicio conforme se hacen más mayores, que se hace claramente evidente sobre todo con el acceso a la enseñanza media8,11,16,17,19,21, y este fenómeno se ve consolidado posteriormente, durante la edad adulta, tal y como se refleja en la Encuesta Nacional de Salud5.

Dos de cada diez niños realizan ejercicio físico intenso todos los días; estos datos son netamente superiores a los observados en estudios similares8, y nos confirma que el nivel de ejercicio físico de nuestros escolares resulta bastante aceptable. De la misma manera que ocurre con la actividad física, un porcentaje superior de varones que de niñas se dedican a la realización de ejercicio físico vigoroso8,11. . El análisis multivariante pone de relieve que la edad, el género, la realización de ejercicio por parte del padre y los amigos, y el estado de salud percibido por nuestros alumnos son los factores más predictores del grado de ejercicio. Estos hallazgos ya habían sido observados por Allison tras analizar los datos de una Encuesta de Salud llevada a cabo en Ontario en 1990 y contribuyen a entender los factores que influyen en la promoción y en la participación de los escolares en el desarrollo de actividades físicas22. Por el contrario, nuestro estudio no confirma la asociación entre inactividad física y el mayor riesgo de iniciación en el consumo de tabaco o de alcohol, aspecto que si ha sido constatado en un estudio de carácter prospectivo, quizas debido a que la edad de los sujetos estudiados en el mismo era algo superior (12-16 años)23.

Por otro lado, los deportes llamados de competición son los que más frecuentemente practican los niños de estas edades8,12,15. No obstante, las preferencias varían en función del sexo9,16,17. Como afirma Mendoza et al8, podemos diferenciar actividades deportivas típicamente femeninas (el atletismo, la gimnasia o el baile), de otras que son más practicadas por los varones (fútbol, el baloncesto o el balonmano). La adherencia al desarrollo de actividades físicas depende en gran medida de los intereses e inclinaciones personales24. Mientras que algunos sujetos, generalmente de carácter introvertido, prefieren las actividades individuales, otros, en cambio, suelen optar por aquéllas con un carácter más lúdico y competitivo. Algunos autores8 han apuntado que el hecho de que los deportes llamados de competición, que normalmente requieren de instalaciones, sean los más practicados por los escolares de estas edades, supone un riesgo importante de abandonar éste al dejar la escuela. Por otro lado, el deporte competitivo disuade al perdedor o al que tiene menor aptitud deportiva. Otros expertos, por el contrario, piensan que en general resulta útil aconsejar que el ejercicio se realice en pareja o en grupo, de forma que esté presente el refuerzo positivo que suele significar el compartir intereses comunes24.

Los datos sobre las expectativas deportivas declaradas por nuestros escolares se pueden catalogar como de esperanzadores, ya que una abrumadora mayoría (9 de cada diez alumnos) afirma que practicará alguna actividad cuando sea adulto. Estos resultados son mejores a los observados en otros trabajos similares realizados con anterioridad8,13,16. Nuevamente el género marca diferencias al respecto, al ser los niños los que se muestran más predispuestos a la futura práctica deportiva8,12,21. Como cabría esperar, las expectativas deportivas son superiores entre los alumnos que practicaban deporte en la actualidad, entre los que mejor valoración hacen de su estado de forma física, y entre los que manifiestan gustarles las clases de educación física8,12,21.

Por otra parte, los motivos más valorados por los escolares para la práctica deportiva son los que hacen referencia a la salud (estar sano, estar en forma), lo que demuestra la importancia que los escolares atribuyen al ejercicio físico para llevar una vida saludable.

A pesar de que el grado de actividad física de nuestros escolares es elevado, llama la atención el bajo porcentaje que valora de manera positiva su estado de forma física. Así, más de la mitad de la población encuestada califica de mala o regular su forma física, mientras que en otros trabajos, esta valoración negativa sólo la hace 3 ó 4 de cada diez8,12. La edad y el sexo, nuevamente se comportan como variables predictoras: las niñas y los estudiantes de octavo son los que peor se autovaloran8,12. Con esta baja autoestima que las niñas presentan, no es de extrañar que se sientan menos motivadas que los niños para seguir practicando alguna actividad deportiva en el futuro.

La mayoría de los alumnos muestran una opinión favorable de las clases de educación física del colegio, superior al obtenido en estudios similares8,12. El colegio establece diferencias en la apetencia por las clases de educación física, probablemente como consecuencia de las diversas cualidades o aptitudes del profesorado y de las condiciones del lugar (instalaciones) donde se llevan estas a cabo.

En cuanto a los resultados sobre actividad deportiva de las personas allegadas a los escolares de nuestra zona, estos son similares a los observados en otros estudios consultados5,8,12.

En conclusión, de todos estos datos se deduce que, aunque parece existir una elevada conciencia entre los escolares sobre la importancia y trascendencia de realizar ejercicio físico, y ello se refleja en un elevado nivel de práctica deportiva, la percepción negativa que un elevado número de escolares presentan debe ser tenido en consideración. Los esfuerzos deben ir dirigidos a reforzar la adopción de ese hábito (sobre todo en las niñas) y evitar que, ante alguno de los cambios vitales que se producen en estas edades, lo abandone definitivamente25. La medición de la forma física puede contribuir al refuerzo del hábito de la actividad físico-deportiva, ya que con ella se le pueden demostrar de forma objetiva los beneficios que el organismo del niño está obteniendo con esa actividad25. Otro elemento motivador para el refuerzo de la conducta de actividad física del niño lo constituye el ambiente familiar. El consejo sanitario dirigido a los padres dado por profesionales cercanos como son los de los centros de atención primaria, aprovechando su paso por cualquiera de las diferentes modalidades de consulta, constituye una fórmula recomendada26.

BIBLIOGRAFÍA

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20 García AW, Broda MA, Frenn M, Coviak C, Pender NJ, Ronis DL. Gender and development differences in exercice beliefs among youth and prediction of their exercice behavior. J Sch Health 1995; 65: 213-219.

21 Area de Educación para la Salud. Oficina de Programas y Promoción de la Salud. Hábitos de salud de los escolares andaluces. Sevilla: Dirección General de Atención Sanitaria. Servicio Andaluz de Salud; 1993.

22 Allison KR. Predictors of inactivity: an analysis of the Ontario Health Survey. Can J Public Health 1996; 87: 354-258.

23 Aaron DJ, Dearwater SR, Anderson R, Olsen T, Kriska AM, et al. Physical ctivity and the iniciation of high-risk behaviors in adolescents. Med Sci Sports Exerc 1995; 27: 1639-1645.

24 Rodríguez FA. Prescripción de ejercicio y actividad física en personas sanas (II). Resistencia cardiorrespiratoria (I). Aten Primaria 1995; 15: 249-252.

25 Ortega R, Pujol P. Estilos de vida saludables: Actividad Física. Madrid: Ediciones Ergón S.A; 1997.

26 Córdoba R, Ortega R, Cabezas C, Forés D, Nebot M. Recomendaciones sobre el estilo de vida. Aten Primaria 1997; 20, Supl. 2: 86-100.

Luis Angel Perula de Torres (1), Concepción Lluch (2), Roger Ruiz Moral (3), José Espejo Espejo (3), Genoveva Tapia (4), Pedro Mengual Luque (3) (1) Médico epidemiólogo. Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria de Córdoba. (2) Trabajadora Social. Zona Básica de Salud Occidente. Córdoba. (3) Médico de familia. Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria de Córdoba. (4) Enfermera. Zona Básica de Salud Occidente. Córdoba * La realización de esta ha sido cofinanciada por el FIS (expte. 94/1109) y por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía (Orden 14 enero de 1994).

Correspondencia: Luis Pérula de Torres. Avda. Arroyo del moro. 10; 5º-2. 14011-Córdoba. Teléfono: 957-217500 ext. 6577.

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