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Gaudi y Tolkien – Lo mágico y lo intrínseco…

Enviado por vale_somoza


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    Introduccion

    Construcción de conjuntos simbólicos: La particular construcción del espacio físico y del espacio ideal dentro de un mismo imaginario social. La fantasía. La capacidad comunicativa de la Arquitectura en cuanto al análisis del discurso.

    Sin abarcar la totalidad de la obra de Gaudí, se trata de analizar solamente en función de esta relación que pretendo establecer entre los espacios que crean dos disciplinas del arte creadas por el hombre como la literatura y la Arquitectura y la posibilidad de encontrar en ambas una estructura en cuanto al lenguaje y al discurso, comparándolas y buscando repertorios "formales" comunes.

    Se trata de dilucidar qué sucede cuando este arquitecto construye un conjunto de significaciones en donde predomina lo fantástico (basándome en la apreciación de lo estético) que es propio de otras disciplinas del arte y cuando la literatura, mediante sucesivas descripciones, secciones, cambios y giros de su discurso y apelando al imaginario social construye espacios "recorribles", tiempos que el receptor transcurre en otros mundos y "vive" como realidad en paralelo.

    Se puede observar que al leer un libro de ciencia ficción necesariamente se nos devela un nuevo "lugar", un nuevo mundo por llamarlo de alguna manera y un nuevo tiempo de vida. Estos tópicos comunes en el análisis de una obra literaria construyen un universo paralelo en la vida del receptor (lector) que lo absorbe en un espacio-tiempo real.

    Podemos decir que los escritores toman como base una porción de la realidad y mediante construcciones semánticas, crean una trama, esta trama se sitúa en un espacio que vemos o reconstruimos mentalmente mientras leemos la obra, que lo podemos recorrer en un determinado tiempo que varía según quien sea el fruente y que si bien parte de algo que conocemos que es el lenguaje y las palabras, es inédito y se relaciona intrínsecamente (como toda obra de arte) con la subjetividad del observador. Además, este espacio puede ser recorrido en infinitas ocasiones y seguramente proporcionará en cada nuevo recorrido mas u otra información.

    Entonces ¿qué sucede con la Arquitectura de Gaudí? El espacio de Gaudí no es ya mental, sino concreto y palpable pero nos proporciona también una vivencia espacial inédita. Este arquitecto también parte de algo que conocemos que pueden ser realidades tales como principios fundamentales de estática, cargas gravitacionales y repartición de los esfuerzos (por citar algo), sin embargo, es tal su intención transliguística (voluntad de crear nuevos elementos lingüísticos apartándose de los ya conocidos) que acude al uso emocional del lenguaje para la conformación de sus espacios.

    Este ir y venir entre disciplinas diferentes, lo encuentro parcialmente reflejado en el siguiente párrafo de Gillo Dorfles:

    «(…) Quedando el lenguaje como "el único medio de articular el pensamiento", se desvanece toda posibilidad de considerar el arte como equiparable a una actividad lingüística, y todo lo que se relaciona con el arte se echa de nuevo al reino del sentimiento. (…) todo lo que no sea pensamiento hablado, es sentimiento.

    Es obvio que una tan neta demarcación entre el "reino del sentir" y el de pensar se presta a algunos equívocos: nuestra capacidad de un pensar imaginativo, de un pensar figurado hace que sea posible concebir también un pensamiento articulado más allá del lenguaje hablado. Y nada nos prohibe, me parece, creer que también el arte es –a menudo- la articulación de un pensamiento, además de un sentimiento.»

    Considerando a la obra de Gaudí como arte e intentando no caer en el equívoco que puntualiza el Autor citado podemos decir que su obra articula un pensamiento figurado con puras raíces lógicas porque no descuida normas básicas pero lo mezcla artesanalmente con sentimiento y emoción, con claros toques fantásticos y es esta mezcla o forma la que procesa infinitamente los contenidos, los articula, frente al espectador que solo puede ver en primera instancia el sentir del objeto.

    Para empezar a comprender las relaciones entre la capacidad discursiva de ambas disciplinas, cito otro párrafo del mismo Autor:

    «(…) Los signos, pues (en sus diversas subdivisiones y clasificaciones, de símbolos, íconos, señales y emblemas), son los primeros y principales instrumentos de toda comunicación.

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