"La relación entre juego y aprendizaje es natural; los verbos "jugar" y "aprender" confluyen. Ambos vocablos consisten en superar obstáculos, encontrar el camino, entrenarse, deducir, inventar, adivinar y llegar a ganar… para pasarlo bien, para avanzar y mejorar". Ma Angeles Andreu Andrés, Miguel García Casas.
Hay una tendencia, por parte de los profesores de los primeros niveles, de restringir su vocabulario a aquellos vocablos que ellos esperan que los estudiantes sepan y estos vocablos están disponibles en forma de listas (Shoshana Blum & E. A Levinson (1978) como es el caso que nos ocupa. Esto ayuda a la simplificación de los textos y también podría contribuir a la simplificación del uso de la lengua escrita.
Las palabras que se asumen como desconocidas, muchas veces se evitan, con lo cual se mantiene a los educandos en el mismo estadio de su desarrollo. Lo que se debería hacer, por el contrario, es acercarlos a nuevas palabras, que aunque no conocen, representan un eslabón más en el desarrollo de su intelecto (zona de desarrollo próximo de Vigostsky y en este caso, la contribución que a ello viene a ser el trabajo con el vocabulario.
Con la clara intención de proporcionar a los estudiantes de ELE herramientas para el trabajo con el léxico; la presentación de listas de palabras, investigaciones realizadas sobre la memoria sugieren que la elaboración semántica puede ayudar en un mayor incremento al reconocimiento y el recuerdo de los vocablos con una elaboración semántica estructurada. Recientes estudios también han demostrado que la elaboración semántica afecta positivamente la memoria cuando las palabras han sido adquiridas previamente (Bower & Reitman, 1972, Craqik & Tulvind, 1975; Epstein, Phillips, & Johnson, 1975) entre otros estudiosos.
Otras investigaciones sugieren que los efectos de la elaboración semántica de las palabras depende del tipo y la naturaleza de las tareas (Moesser, 1983)
Seleccionar el léxico
1. Si presentamos una lista de palabras de manera aislada y desorganizada, estamos inhibiendo la comprensión que es esencial en la adquisición del nuevo sistema lingüístico lo cual ya ha sido ampliamente demostrado y aparece bien establecido en la literatura de adquisición de segundas lenguas (Chaudron, 1985; N. C. Ellis, 1994a, 2001; R. Ellis, 1985; Gass, 1997; Gass & Selinker, 2001; Krashen, 1985; Lee & VanPatten, 2003; Long, 1985; Schmidt, 1990, 1995; Sharwood Smith, 1986; VanPatten, 1996, 2003). En el caso que nos ocupa, de las cien palabras para trabajar con el desarrollo de la competencia léxica, es importante en primer lugar, que el estudiante pueda asignarle un valor semántico a las unidades presentadas para a partir de ahí poder incorporarlas a su uso ya sea en el habla, la lectura comprensión o en la escritura.
2. En este grupo debemos realizar divisiones básicas por campos léxicos que podríamos disponerlas en grupos de cualidades morales, aspectos físicos y partes del cuerpo. Esto facilitará una mejor comprensión y posterior procesamiento por parte de los estudiantes.
3. Entre los términos cuello, boca, bigote, ojos, nariz, pecas y mejillas hay una relación que los vincula ellos forman un campo léxico. Son unidades léxicas se organizan según un valor de campo y estructuran repartiendo entre sí las significaciones. Según Coseriu el campo léxico es un conjunto de lexemas unidos por un valor léxico común (valor de campo), pero se oponen entre sí por diferencias de contenido léxico: rasgos distintivos o semas. Es una estructura paradigmática. Este conjunto de palabras cuyos significados están relacionados entre sí por hacer referencia todas ellas a un mismo aspecto de la realidad; tienen un elemento léxico común: partes del cuerpo humano. Este centro de interés, denominación que se debe al estudioso francés Reneé Michéa (1953) Permiten organizar el léxico, se pueden agrupar porque están relacionadas con un mismo tema, por eso forman un campo léxico.
Las partes del cuerpo humano es el centro de interés #1 en los estudios de disponibilidad léxica que se vienen realizando en el mundo hispano desde 1973 de la mano de Humberto López Morales. Tienen además su origen en los estudios franceses dirigidos por Georges Guggenheim y su equipo investigador uno de los cuales, Reneé Michéa acuñó el término de disponibilidad léxica para referirse a:
"…conjunto de palabras que los hablantes tienen en el lexicón mental y cuyo uso está condicionado por el tema concreto de la comunicación, a diferencia del léxico básico, formado por las palabras más frecuentes con independencia del tema tratado" en López Morales (1979)
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