La vaquita marina (Phocoena sinus) es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Phocoenidae, una de seis especies de marsopa. Se sabe poco acerca del ciclo de vida de las vaquitas. Los científicos siguen investigando muchos aspectos de su biología, tales como su edad de maduración sexual, longevidad, ciclo de reproducción sexual y su interacción con otras especies marinas.
A la fecha ningún espécimen vivo ha sido capturado y, como viajan en pares y son pequeñas, monitorear y observar el comportamiento de la especie es difícil.
Lo que sí se sabe es que vive en aguas someras y turbias a lo largo de la costa. Rara vez visto más allá de 30 km de la costa. Esta marsopa es endémica del extremo septentrional del golfo de California.
Se cree que las vaquitas viven aproximadamente 20 años en condiciones ideales. Se cree que las vaquitas alcanzan su madurez sexual a los 2 o 3 años, la reproducción ocurre durante finales de primavera o principios de verano, su periodo de gestación es de 10 a 11 meses. Tienen reproducción estacional y llegan a tener una cría en marzo. El periodo entre nacimientos es entre 1 y 2 años, las crías son amamantadas alrededor de 6 a 8 meses hasta que son capaces de valerse por sí mismas.
Es un cetáceo endémico de aguas mexicanas que habita en la reserva de la biósfera del alto golfo de California. La vaquita marina es uno de los cetáceos más pequeños del mundo. Así, en ningún otro sitio del mundo existe este sorprendente animal de 150 cm de largo y un peso promedio de hasta 50 kg. Una característica en esta especie es la apariencia sobresaliente de los labios, la parte superior del cuerpo es gris oscuro, la parte inferior es de casi blanca o gris claro. Las aletas son proporcionalmente más grandes que en otras marsopas. Esta enigmática especie es muy tímida, y no salta como los delfines en la superficie del mar, sino simplemente emerge algunos segundos para tomar aire.
Como hemos dicho el hábitat de la vaquita marina está en el límite del golfo de California y el mar de Cortés. Ellas rara vez nadan a más de 30 metros de profundidad y son conocidas por vivir en lagos poco profundos. La mayoría de las veces la vaquita ha sido vista entre los 11-50 metros de profundidad a unos 11- 25 kilómetros desde la costa, sobre fondos de limo y arcilla. Las vaquitas tienden a escoger hábitats con aguas turbias, porque poseen un alto contenido de nutrientes. Estos nutrientes ayudan a atraer pequeños peces, calamares y crustáceos que les sirven de alimento.
Las vaquitas utilizan sonidos agudos para comunicarse entre sí (ecolocación) y para navegar en sus hábitats. Por lo general nadan y se alimentan a un ritmo pausado. Las vaquitas evitan acercarse a los barcos, suben a respirar lentamente y luego desaparecen de manera rápida. Estar ausentes en la superficie hace que sea difícil observarlas. Las vaquitas están generalmente solas, a menos que estén acompañadas de una cría, siendo menos sociales que otras especies de delfines. Las vaquitas pueden ser muy competitivas durante su etapa de apareamiento. Es la única especie perteneciente a la familia de las marsopas que vive en aguas calientes. Las vaquitas son depredadores no selectivos.
Las vaquitas suelen buscar alimento cerca de las lagunas. Las 17 especies encontradas en el estómago de las vaquitas pueden ser catalogados como demersales o bentónicos, especies que habitan en aguas poco profundas en el alto golfo de California. Las vaquitas son depredadores no selectivos de peces y calamares en esta área. Algunas de las presas más comunes son corvinas y truchas. Como otros cetáceos las vaquitas pueden localizar a su presa, también les es posible localizar a su presa siguiendo los sonidos de sus movimientos.
¿Cuándo comenzó el camino a la extinción de la vaquita marina?
Según Vicente Rendón en uno de sus articulo1 el declive de la vaquita empezó en 1997, al menos en ese año se dieron cuenta del desastre que ronda a este mamífero, ya que no existen estadísticas de años anteriores pero asumimos que esto de la desaparición de la especie no es cosa de 20 años atrás sino de mas muchos años más.
Para 1997 grupos de investigadores en México contabilizaron 567 especímenes con vida, cifra que cayó 43% (243 ejemplares) para 2006, esto quiere decir que en 9 años dejaron de existir por diferentes causas 324 vaquitas marinas.
Para el año 2015 sólo se contabilizaron 60 ejemplares, algo que representa una reducción de más del 75% en otros 9 años. Y en solo 1 año (para 2016) la población del mamífero se redujo a la mitad llegando a 30 según datos aportados por la fundación Carlos Slim2, dedicado al monitoreo en costas mexicanas de esta especie.
Para enmendar de alguna manera la caída dramática en la población de Vaquita Marina el gobierno de México planea un programa de reproducción asistida que ayude al crecimiento poblacional de la Vaquita.
La intenciones son buenas pero será un proceso largo, teniendo en cuenta la biología de reproducción de esta especie, ya que las hembras tienen un periodo de gestación de dos años y las más jóvenes tardan dos años en alcanzar la madurez sexual, tienen en promedio un descendiente cada dos años por lo que remplazar a cada animal perdido tardara mucho tiempo. Pero creemos que vale la pena intentarlo.
El gobierno mexicano ha asegurado que ha hecho todo lo hasta ahora posible por salvar la especie, ya sea declarando veda de pesca en zonas marítimas, programas destinados a la conservación y reproducción e inyección de capital público para la ayuda, pero todo esto hasta la fecha ha sido en vano, ya que las vaquitas marinas siguen desapareciendo y son capturadas muchas veces de manera accidental quedando atrapadas en las redes donde se ahogan, y otras son muerta deliberadamente por cazadores furtivos.
La vaquita marina se considera en el más alto riesgo de extinción de 129 especies de mamíferos marinos. La vaquita se encuentra clasificada como una de las 100 especies de mamíferos del mundo en Evolutionary Distinct and Globally Endangered (EDGE). La vaquita es evolucionariamente distinta y no tiene parientes cercanos. Estos animales representan uno de los tres que son prioritarios para hacer campañas de conservación. El EDGE of Existence Programme es un programa que hace el esfuerzo por la conservación de las especies en peligro. El gobierno de Estados Unidos ha enlistado a la vaquita bajo la Ley de Especies Amenazadas (Endangered Species Act). La International Union for the Conservation of Nature (IUCN) y Convention on International Trade in the Endangered Species of Wild Fauna and Flora (CITES) la incluyen en la categoría de máximo peligro de extinción.
Se han puesto en marcha varias medidas, y organizaciones como el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita realizan estrategias y acciones para salvar a este mamífero. Como se comenta: «Salvar al único cetáceo endémico de México, es un problema de toda la nación». La reserva donde se encuentra va desde San Felipe en Baja California, hasta Puerto Peñasco en Sonora.
1(http://culturacolectiva.com/muerte-de-la-vaquita-marina/)
2(http://fundacioncarlosslim.org/poblacion-de-la-vaquita-marina-se-reduce-de-60-a-30-ejemplares/?gclid=CLbu0N6LhNQCFVeewAodT5cNjw)
En 1997 la población de vaquitas era de 567. En el año 2000 se registró que el número de ejemplares estaba entre 150 y 300. La depresión endogámica podría empezar a afectar la adaptabilidad de la especie. En el 2014 la población se estimó en 100 individuos. La recomendación que daban era prohibir el uso de redes de enmalle para hacer prosperar la recuperación de la vaquita marina. Según el comité, la población está disminuyendo a un ritmo del 18,5 % anual y se necesitan, urgentemente, medidas adicionales para salvar la especie. Estas pueden ser la aplicación de la prohibición de la pesca con redes de enmalle en todo el hábitat de la vaquita marina, la adopción de medidas para eliminar la pesca ilegal de la totoaba también conocida como corvina blanca o cabichucho, es una especie de pez de la familia Sciaenidae en el orden de los Perciformes. Es una especie endémica del norte del Golfo de California o Mar de Cortés y con la ayuda de los EE. UU. y China, detener el comercio de las vejigas natatorias de la totoaba.
El 16 de abril de 2015 el presidente de México Enrique Peña Nieto anunció un programa para el rescate y la conservación de la vaquita y la totoaba, el cual incluye vedas y apoyo económico a los pescadores de la zona.
Según datos aportados por la Fundación Carlos Slim en México se reporta un descenso de la población de vaquitas marinas de 60 a 30 ejemplares, según la mencionada fundación esta especie es el mamífero más amenazado en el mundo y en inminente peligro de extinción.
Se han realizado estudios en el golfo de Santa Clara, uno de los tres puntos en los que viven las vaquitas marinas, estos estudios indican que las redes de enmalle causan alrededor de 39 muertes de vaquitas marinas al año. Lo cual representa el 18 % de la población total dentro de este golfo. Aun así si se prohíbe el uso de las redes de enmalle en las áreas de refugio de la vaquita marina, la cual contiene el 50 % del hábitat de la vaquita, la población seguirá en declive, lo cual sugiere que una completa prohibición del uso de redes de enmalle podría ser la solución para preservar a la vaquita marina.
Otras posibles amenazas son las alteraciones y contaminación del hábitat. El hábitat de la vaquita es pequeño y el suministro de alimento en el ambiente marino es afectado por la calidad y el nivel de nutrientes. El represamiento del río Colorado ha reducido el caudal de agua dulce aportada al golfo, lo cual es peligroso para la vaquita. Además el uso de pesticidas tratados con cloro podría tener un efecto perjudicial. A pesar de estos posibles problemas, la mayoría de los cuerpos recuperados de las vaquitas no muestran signos de adelgazamiento o de estrés ambiental, lo que implica que el declive de la población se debe mayormente a la pesca accidental.
Con menos individuos en el hábitat, habrá menos contacto entre diferentes sexos y en consecuencia la reproducción será menor. Lo que reduce la variabilidad genética y genera un efecto de cuello de botella. Cuando esto ocurre los genes recesivos y dañinos se manifiestan, sobre todo en los recién nacidos. Además disminuye la adaptabilidad de las futuras generaciones.
Jorge Urbán Ramírez, integrante del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), señaló que su número es tan bajo, que aún sin depredadores ni amenazas humanas, sería muy difícil que se lograran recuperar por sí mismas de manera natural: "Si no se hace en este momento el experimento, ya no se va a hacer, y quizá vivamos con el arrepentimiento de no haber tratado de realizar el último intento" por salvar a este cetáceo.
GRUPO Consultor DISAM SA de CV
Autor:
Juan Antonio Acosta Giraldo,
Doctor en Ciencias Biológicas,
Director General,