2. Dios [dictó] sentencia contra los rebeldes y [prometió] que una Descendencia [destruiría] a Satanás y [repararía] el daño causado por la desobediencia y el pecado.
3. Dios [prometió] a Abrahán y a David que [serían] antecesores de la Descendencia, el Mesías que reinará para siempre.
4. Jehová [anunció] mediante sus profetas que el Mesías [acabaría] con el pecado y la muerte y [sería] el Rey del Reino de Dios. Con él [reinaría] también un grupo de personas, y juntos [pondrían] fin a las guerras, las enfermedades y la muerte.
5. Jehová [reveló] que Jesús es el Mesías. Él lo envió a la Tierra para que predicara el Reino de Dios y se sacrificara por la humanidad. Al morir, Jehová le [devolvió] la vida como ser espiritual.
6. Dios [nombró] Rey en los cielos a Cristo, y [comenzaron] los últimos días de este mundo. Jesús supervisa [ahora] la proclamación mundial del Reino de Dios.
7. Jehová [mandó] a su Hijo [,Jesucristo resucitado,] que [comenzara] a ejercer su autoridad sobre la Tierra. El Reino [destruirá] los gobiernos humanos, [restablecerá] el Paraíso [a nuestro planeta] y [devolverá] la perfección a los fieles. El derecho de Jehová a gobernar nunca volverá a cuestionarse, y su nombre será santo y limpio para siempre».
Se puede observar que el mensaje bíblico o sagrado es aparentemente múltiple, resumible en los 7 puntos recién citados. Sin embargo, el "referente" de dicho "mensaje" sirve de nexo común o lema unitario para todos éstos. Dicho referente es el tema principal de la Biblia, a saber: "el reino de Dios", según se señala en la revista LA ATALAYA del 1-5-2010, publicada por la Sociedad Watchtower Bible And Tract, página 31.
Las interpretaciones bíblicas.
La manera de entender el mensaje bíblico ha sido muy variada, a lo largo de la historia de la humanidad. Ha habido, y hay, multitud de interpretaciones al respecto, algunas de las cuales se contraponen entre sí. Esto ha sucedido porque frecuentemente el lector del texto bíblico no ha buscado concienzudamente la concordancia bíblica general para cada pasaje de la Escritura, habiéndose extraviado con sus propias ideas a priori al no haberlas depurado convenientemente para que no afectasen subjetivamente al verdadero sentido del mensaje sagrado.
El libro "El hombre en busca de Dios", editado en 1990 por la Sociedad Watchtower Bible And Tract, páginas 350 y siguientes, nos muestra el caso de un joven que buscó sinceramente el auténtico mensaje de la sagrada escritura:
«En 1870 un joven devoto, Charles Taze Russell (1852-1916), empezó a hacer muchas preguntas en cuanto a las enseñanzas tradicionales de la cristiandad. En su juventud él trabajaba en la tienda de ropa para caballeros de su padre en la bulliciosa ciudad industrial de Allegheny (ahora parte de Pittsburgo), Pensilvania, EUA. Era de antecedentes religiosos presbiterianos y congregacionales. Sin embargo, le perturbaban enseñanzas como las de la predestinación y el tormento eterno en un infierno de fuego. ¿Por qué dudaba de estas doctrinas básicas de algunas religiones de la cristiandad? Escribió: "Un Dios que usara su poder para crear a seres humanos de los que hubiera preconocido y predestinado que habrían de ser atormentados eternamente no podría ser sabio, justo ni amoroso. Se guiaría por una norma inferior a la de muchos hombres".
Durante los últimos años de su adolescencia Russell empezó a estudiar la Biblia semanalmente con un grupo de jóvenes. Empezaron a analizar las enseñanzas bíblicas sobre otros asuntos, como los de la inmortalidad del alma y el sacrificio de rescate de Cristo y Su segunda venida. En 1877, a la edad de 25 años, Russell vendió su parte del negocio próspero de su padre y emprendió una carrera de predicar de tiempo completo.
En 1878 Russell tuvo un gran desacuerdo con uno de sus colaboradores, quien había rechazado la enseñanza de que la muerte de Cristo pudiera hacer expiación por los pecadores. En su refutación Russell escribió: "Cristo logró varias cosas buenas para nosotros al morir y resucitar. Fue nuestro sustituto en la muerte; murió el justo por los injustos… todos eran injustos. Jesucristo por la gracia de Dios experimentó la muerte por todo hombre. […] Llegó a ser el autor de la salvación eterna para todos los que le obedecen". Continuó: "Redimir es volver a comprar.
¿Qué volvió a comprar Cristo para todos los hombres? La vida. La perdimos por la desobediencia del primer Adán. El segundo Adán [Cristo] la volvió a comprar con su propia vida".
Porque siempre fue vigoroso apoyador de la doctrina del rescate, Russell se separó totalmente del que había sido su colaborador. En julio de 1879 Russell comenzó a publicar Zion"s Watch Tower and Herald of Christ"s Presence (La Torre del Vigía de Sión y Heraldo de la Presencia de Cristo), una revista que, en español, hoy se conoce por todo el mundo como "La Atalaya (Anunciando el Reino de Jehová)". En 1881 él y otros cristianos dedicados establecieron una sociedad bíblica no lucrativa. Fue llamada Zion"s Watch Tower Tract Society (Sociedad de Tratados la Torre del Vigía de Sión), conocida hoy como Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania (Sociedad de Biblias y Tratados la Torre del Vigía, de Pensilvania), la agencia jurídica que obra a favor de los "testigos de Jehová". Desde el mismo principio Russell insistió en que no se harían colectas al reunirse las congregaciones ni se solicitarían de la gente contribuciones mediante las publicaciones Watch Tower. Las personas que junto con Russell estudiaron profundamente la Biblia llegaron a ser conocidas sencillamente como "Estudiantes de la Biblia".
El resultado del estudio bíblico de Russell y sus asociados fue que rechazaron las enseñanzas de la cristiandad sobre una misteriosa "Santísima Trinidad", un alma humana inherentemente inmortal y el tormento eterno en un infierno de fuego. También rechazaron la idea de que se necesitara una clase clerical separada que hubiera sido adiestrada en algún seminario. Querían regresar a los orígenes humildes del cristianismo y tener superintendentes o ancianos que estuvieran capacitados espiritualmente para guiar a las congregaciones sin idea de recibir salario ni remuneración.
Mientras investigaban la Palabra de Dios, aquellos Estudiantes de la Biblia se interesaron mucho en las profecías de las Escrituras Griegas Cristianas sobre "el fin del mundo" y la "venida" de Cristo. Al investigar el texto griego, descubrieron que la "venida" de Cristo era en realidad una "parousía" o presencia invisible. Por lo tanto, Cristo había dado a sus discípulos información sobre lo que probaría que él se hallaba invisiblemente presente en el tiempo del fin, no sobre una venida visible futura. Junto con este estudio, aquellos Estudiantes de la Biblia tenían un deseo intenso de entender la cronología bíblica relacionada con la presencia de Cristo. Sin comprender todos los detalles, Russell y sus asociados se dieron cuenta de que la fecha de 1914 sería crucial en la historia humana…».
La historia de aquellos "estudiantes de la Biblia", asociados a Russell, se caracterizó por un esfuerzo intenso para captar lo más objetivamente posible el mensaje de la sagrada escritura. Al parecer, se reunían privadamente y alguien de entre ellos formulaba una pregunta de interés para todos; entonces se ponían a investigar la santa escritura de principio a fin para detectar cuál era la respuesta que ésta suministraba de manera global. Por ejemplo, una pregunta pudiera haber sido: "¿Es inmortal el alma humana?" A continuación buscaban todos los pasajes bíblicos en los que, implícita o explícitamente, se hablara del "alma humana"; de esta manera compusieron una gran concordancia bíblica (relación de palabras o expresiones que aparecen en las sagradas escrituras, conteniendo una lista lo más exhaustiva posible de todos los lugares en los que un determinado término o expresión figura en los santos escritos). Esto, unido al estudio de las etimologías de las palabras bíblicas, hizo que consiguieran un alto nivel de objetividad en la interpretación del mensaje albergado en los textos sagrados. El lema que adoptaron fue: "que la sagrada escritura se interprete a sí misma", y el método usado para trabajar fue: "estudiar con la concordancia bíblica como base".
Este tipo de estudio les llevó pronto a darse cuenta de 3 grandes errores graves que se habían empotrado en la teología de la cristiandad y que corrompían por completo las doctrinas llamadas "cristianas", con el agravante de que los teólogos defendían además que la Biblia apoya plenamente semejante trío de creencias erróneas. Tales aberraciones o falacias teológicas son las siguientes: La doctrina de la trinidad, la doctrina de la inmortalidad del alma humana y la doctrina del infierno de fuego o tormento eterno para los pecadores crasos.
Conclusión.
La comunicación no es un acto instantáneo y la fiabilidad del mensaje recibido por el receptor requiere un feed-back o retroalimentación de éste con el emisor, para asegurar de manera progresiva e inequívoca que el receptor ha entendido plenamente lo que el emisor le ha transmitido. Esto significa que entre el emisor y el receptor se establece una serie de múltiples actos comunicativos, o tráfico bidireccional de información relativa a un mismo mensaje.
Trasladando lo dicho a las sagradas escrituras, entendemos que el mensaje contenido en ellas no admite un feed-back en el mismo sentido que lo hace la comunicación entre 2 individuos vivos y congéneres (emisor y receptor). Sin embargo, sí existe un tipo especial de "feed-back" que se puede establecer entre la Fuente de la santa escritura y el lector de ella. ¿En qué consiste este feed-back?
Para empezar, la sagrada escritura permite al lector meditar y reflexionar sin límite sobre cierto pasaje o consejo que se da en ella, de tal manera que el lector se puede ir aproximando cada vez más al verdadero sentido de las palabras o mensaje particular que está considerando; esto lo hace por medio de "afinar la puntería" a medida que aumenta su captación, compresión y discernimiento en cuanto al pasaje sagrado que tiene enfocado en mente; el "estudio" y el apegarse a la "concordancia" facilitan esto y el acúmulo de experiencia a través del tiempo también lo facilita.
Por otra parte, el lector puede orar al Creador, la Fuente de la sagrada escritura, para pedirle que le ayude a adquirir una interpretación correcta del mensaje sagrado. En cuanto a esto, hay unas palabras registradas los Proverbios del sabio Salomón que dicen: "Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos,?de modo que con tu oído prestes atención a la sabiduría, para que inclines tu corazón al discernimiento; ?si, además, clamas por el entendimiento mismo y das tu voz por el discernimiento mismo, ?si sigues buscando esto como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios.
?Porque Jehová [Dios] mismo da la sabiduría; procedentes de su boca hay conocimiento y discernimiento"
(Libro sagrado de los Proverbios, 2:1-6).
La aplicación de estas directrices deberían conducirnos a interpretar correctamente el pasaje sagrado que encabeza esta monografía, a saber: "Y para el día séptimo Dios vio terminada su obra que había hecho, y procedió a descansar en el día séptimo de toda su obra que había hecho " (Génesis 2: 2). Dicha interpretación debería encontrarse en un nivel cercano o similar a lo más óptimo que actualmente haya disponible de cara a entender el mensaje que se refiere al "descanso divino" (cuyo referente es tal); su exposición se ha realizado en las páginas 1 y 2 bajo el apartado del mismo nombre (Descanso divino).
Autor:
Jesús Castro
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