El lector habrá notado que el profesor ha dedicado gran parte de su obra a la educación. Razones hay de sobra: el mismo autor desempeña una profesión relacionada con las aulas, que es la de profesor de castellano. Pero también su interés radica en el temor que tiene de que el sistema perdure en el tiempo, y que más encima sea sostenido por una generación mal preparada que lo haga más nefasto y con consecuencias, si no catastróficas, al menos ignominiosas. Aspira el maestro a que sea en las aulas donde se pueda generar un nuevo movimiento que fomente el desarrollo de nuevas ideas que engrandezcan y hagan progresar al país.
Pero, por sobre todo, Venegas plantea que el movimiento inicial debe darlo el gobierno. Para ello, intenta convencer al futuro presidente Barros Luco de que debe ser él quien inicie tan grandiosa empresa. Parece ser esto un contrasentido, por cuanto Barros Luco en esa época sobrepasaba los 75 años y a esa edad poco y nada se podría hacer. De hecho, es una figura ideal para mantener la continuidad de este estado de cosas.
En cuanto a la producción económica, es claro: las cosas se hacen para favorecer a algunos en desmedro de otros. De ahí el cambio forzoso que favorece a la agricultura y desmotiva a invertir en minería o industria. Hoy día sería bastante raro que se diera esto dado que los empresarios de hoy invierten en una gran variedad de rubros, y no sería conveniente favorecer a algunos y perjudicar a otros. La lógica del libre mercado ha reemplazado los proteccionismos y aranceles del pasado. Asimismo, el poder adquisitivo de la población, pese a sus carencias, ha aumentado, lo que ha conllevado a la competencia entre productores, carrera en la cual la más beneficiada ha sido la calidad de los productos.
Una conclusión final: la idea del Estado Social, donde la autoridad debe proteger a las clases desfavorecidas, tuvo su pequeña mención en la carta final del señor Venegas. Pero quizá todo el libro sea una muestra de ello, de hacer ver lo que está y lo que no está bien, y de proponer soluciones para evitar seguir cayendo en el abismo, por el bien de todos y de los que vendrán.
Autor:
Sergio Arenas
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |