El futuro del Nordeste
La región presenta varios problemas territoriales. Las alternativas de solución heterogéneas y complejas, requieren de la intervención de diversos sectores y niveles de decisión política. Difícilmente los gobiernos provinciales puedan afrontar por si mismos el desafío. Hay que encontrar una solución adecuando el uso agropecuario de las tierras a la aptitud que posean, para aumentar su productividad haciéndolas rentables, dañando lo menos posibles los ecosistemas. Hay que blanquear los títulos de propiedad de la tierra, tanto para las comunidades aborígenes, como para los colonos. El déficit de infraestructura en los últimos años se está revirtiendo, aunque los espacios interiores continúan con graves carencias al respecto. Una alternativa real para la región es la expansión de la actividad turística. En las Cataratas del Iguazú, el turismo aumento en los últimos años, atrayendo tanto turismo nacional como internacional. El potencial que encierran los esteros correntinos es inmenso, pero hay que planificar la para que no sea otra alternativa productiva que degrade el ambiente natural. Se están desarrollando emprendimientos que atraen, sobre todo, a los extranjeros por el avistaje de fauna exótica y paisajes explosivos como los humedales correntinos.
La posición periférica de la región, apoyada en límites internacionales sobre vías fluviales, le otorga un lugar de privilegio dentro del Mercosur, pues dejaría de ser una región excéntrica de la Argentina para ser parte del área nuclear del mencionado bloque económico. En ello tienen gran relevancia las nuevas vías de circulación, como el puente Santo Tomé-São Borja, que atraviesa el rio Uruguay, entre la provincia de Corrientes y el estado brasileño de Rio Grande do Sul. Esta obra se presenta como "centro de conexión del Cono Sur", integrando el eje bioceànico que conecta los puertos chilenos de Iquique y Antofagasta con los puertos de Rio Grande do Sul y Santos, cercano a São Paulo en Brasil. De esta manera, se posibilita el acceso de las regiones del Nordeste y Noreste argentino, de Bolivia y del Paraguay a los puertos atlánticos, y le permite al Brasil, el acceso al Pacifico por los puertos de chilenos. Esta interconexión puede ser una alternativa de crecimiento e integración agropecuaria, comercial e industrial para la región del Nordeste argentino.
Vinculado con la integración de la Argentina en el Mercosur, existe un proyecto conocido como Hidrovìa Paraná-Paraguay, un conjunto de obras de infraestructura fluvial que mejorarían el sistema de navegación de los ríos, aumentando su profundidad para barcos de mayor calado, sistemas de esclusas y canalización de las vías fluviales. Así se ampliarían las aéreas regadas atreves de represas que acompañan las obras de canalización y quizás lo mas importante, la regulación de los caudales de los ríos y el control de las crecidas. Un proyecto que requerirá de financiamiento externo, por su construcción seria de valor para el Nordeste. Además la región del Nordeste se encuentra en el corazón de lo que se denomina Sistema Acuífero Guaraní (SAG), una de las mayores reservas de agua subterránea del planeta, la que se estima en unos 50 mil km³. Se extiende por las cuencas del rio Paraná, Paraguay y Uruguay. Tiene una superficie aproximada de 1.194.000 km² de los cueles corresponden a la Argentina 226 mil, siendo las provincias del Nordeste, el corazón de la región.
Actualmente el SAG constituye la principal fuente de suministro de agua potable para abastecimiento urbano, industrial y agrícola. En un planeta donde la escases de agua dulce compromete el futuro de la humanidad y sobre todo el de los países desarrollados, el SAG se constituye en un recurso estratégico de gran valor para quienes lo administren.
Autor:
Mariano Santino
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