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Después de caminar mucho (Sindrome de Costen)


Partes: 1, 2, 3

    1. Inicio del camino
    2. Tiempos
    3. Sentimientos
    4. Última crisis
    5. Preguntas
    6. Internet
    7. Pedido de Auxilio
    8. Búsqueda
    9. Lo que entendí y aprendí
    10. Decisión
    11. Viaje
    12. Curación, regreso y más
    13. Testimonios
    14. Mensaje final
    15. Epílogo

    Mi testimonio…

    Las Palmas de Gran Canaria, España

    PRÓLOGO

    Con la historia de mi enfermedad en mis manos, termina un largo camino en busca de la verdad de tantos años de sufrimiento. Fueron dieciocho años en los cuales aceptaba todo lo que me decían los médicos con tal de sentirme bien, sana, sin miedos, ni dolor. Años de no hacerme entender, pues la incomprensión me llevó a pensar que podía padecer una dolencia que solamente yo sentía, y no era visible ante ningún estudio específico, lo que desencadenó a través de tantos años en un diagnóstico psíquiatrico Trauma del pánico (Panic Desorder). Mi mente cansada de querer explicar lo inentendible por los médicos, podía llamarlo de una sola manera ¡LOCURA!

    DCM (Disfunción Cráneo-mandibular), es el nombre científico de lo que padecía, por eso la importancia de esa sigla, de esas palabras, de esa ciudad borrosa a la cual llegué mal, y donde terminó mi camino de lucha, y donde encontré la verdad. Para muchos médicos, como también para mí, una enfermedad tal vez desconocida, no destacada, pero el tiempo me demostraría, lo valioso que es buscar e indagar hasta en lo más sencillo e irrelevante de cualquier enfermedad, para no padecer años y años de incomprensión y de dudas.

    Busco con mi historia una toma de conciencia, por parte de los pacientes y médicos. Estos últimos no pueden quedarse en el tiempo, deben seguir buscando, estudiando, no tienen la verdad absoluta, y para los pacientes, que entiendan, que preguntar más allá, no significa faltar el respeto, o creer que sabemos más, porque finalmente la relación médico-paciente es un intercambio donde tanto uno como el otro deben lograr sentirse satisfechos de la tarea cumplida, pero todos tenemos el derecho de DUDAR, CREER, PREGUNTAR, y llegar a la verdad.

    Tomar conciencia que si una enfermedad no es visible, no puede ser tomada solamente desde la perspectiva de la psiquiátría. Quizás aún no se halla descubierto otro medio para diagnosticar rápidamente esto, pero al encontrarlo yo tan fácilmente después de dieciocho años, la pregunta que me queda es:¿ porque ellos que han estudiado para curar no dieron con la solución…?

    Tal vez, y este es un juicio personal, muy personal. ¿Por qué los encargados de curarnos a nosotros los enfermos no quieren, o no tienen tiempo? Más rápido es diagnosticar algo psiquiátrico, ¿a lo mejor se quedaron estancados en la historia de sus aprendizajes, sin continuar avanzando en ellos?, sin pensar que los que vamos a la consulta somos enfermos reales, con sentimientos y dolores, y nos colocamos en sus manos, pues también psicológicamente estamos preparados y enseñados a creer en ellos.

    En mi libro no quiero hacer hincapié en ningún medico en especial de los tantos que visité en aquellos dieciocho años, muchos me ayudaron, otros no me escucharon y no me comprendieron, no faltaron los que me miraron con cara ¡de pobrecita está LOCA! Fueron muchos, de todo tipo y especialidad. A ellos y a las personas que aún sufren sin tener respuesta a su padecimiento, quiero decirles, que si saben escuchar y piden ser escuchados, no será tanto el tiempo para encontrar la VERDAD, YO estoy curada , sin ningún síntoma y no tomo medicamentos, puedo DISFRUTAR DE UNA VIDA SANA, EN PAZ, FÍSICA Y PSICOLOGICAMENTE.

    Finalmente la Disfunción Cráneo-mandibular que padecí, no era INVENTADA, ni LOCURA, era sólo una enfermedad que producía en mi grandes desequilibrios en el sistema nervioso, y por consiguente en todo mi cuerpo.

    Hoy descubro y entiendo que a partir de mi lucha y mi constancia por encontrar la VERDAD de mis llantos, dolores, e incomprensiones, aquella Claudia que no hallaba el camino, logró encontrarlo Después de Caminar Mucho, deambulando de médico en médico, encontré el camino y me dio ganas de VIVIR, DISFRUTAR, REIR Y de AYUDAR en especial a LOS QUE SUFREN, SIN SABER POR QUE.

    A través de Internet se me abrieron las puertas de MI VERDADERA ENFERMEDAD ( DCM- Compromiso Articular), Internet, me llevó a conocer al Dr. José Larena Avellaneda Mesa (http://www.step.es/~jlarena/), me llevó a conocer a un MÉDICO con todo el valor que esa palabra conlleva, un hombre que ama lo que hace, que sabe escuchar, que se dedica a CURAR y AYUDAR a los que sufren, de quien aprendí mucho, y a quien le dedico este libro con todo mi agradecimiento por el honor de haberlo conocido.

    No puedo olvidarme y sería injusta de mi parte, si no se lo dedicara también a mis hijos, Leandro, Sebastián e Ignacio, a quienes amo profundamente, a Luis, ellos que a pesar de todo estuvieron conmigo, tal vez sin entender, sufrieron junto a mi en esos años de lucha, a mi familia, amigos, y médicos que también pensaban como poder ayudarme.

    GRACIAS

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