· En el Evangelio de Lucas, algunas mujeres, María Magdalena, Juana y María de Santiago, y otras cuyos nombres no se mencionan, acudieron al sepulcro para ungir a Jesús con perfumes. Encontraron removida la piedra del sepulcro, entraron en él y no encontraron el cuerpo (Lc 24, 1-3). Entonces se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes, quienes les anunciaron la resurrección de Jesús (Lc 24, 4-7). Las mujeres anunciaron la resurrección a los apóstoles, pero estos no las creyeron (Lc 24,8-11), excepto Pedro, que fue al sepulcro y comprobó que el cuerpo había desaparecido (Lc 24, 12). Ese mismo día, Jesús se apareció a dos discípulos que caminaban de Jerusalén a Emaús, que lo reconocieron en el momento de la fracción del pan (Lc 24, 13-35). Poco después se presentó ante los once, que creyeron que se trataba de un espíritu, pero les demostró que era él en carne y huesos, y comió en su presencia (Lc24,36-43). Les explicó el sentido de su muerte y resurrección (Lc 24,44-49), y, más tarde, los llevó cerca de Betania, donde ascendió al cielo (Lc 24,50-53).
· En el Evangelio de Juan, María Magdalena fue al sepulcro muy de madrugada y descubrió que la piedra había sido removida. Corrió en busca de Pedro y del "discípulo a quien Jesús amaba" para avisarles (Jn 20,1-2). Los dos corrieron hacia el sepulcro. El discípulo amado llegó primero, pero no entró en el sepulcro. Pedro entró primero y vio las fajas y el sudario, pero no el cuerpo. El otro discípulo entró después, "y vio y creyó" (Jn 20, 3-10). Magdalena se quedó fuera, y se le aparecieron dos ángeles vestidos de blanco. Le preguntaron: "¿Por qué lloras, mujer?", y ella contestó: "Porque han tomado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto". Se volvió hacia atrás, y vio a Jesús resucitado, quien le preguntó a su vez por qué lloraba. Magdalena le confundió con el hortelano, y le preguntó dónde había puesto a Jesús. Jesús la llamó: "¡María!", y ella lo reconoció, respondiendo: "¡Rabbuní!". Jesús le pidió que no lo tocara, ya que aún no había subido al Padre, y pidió que avisara a sus hermanos de que iba a subir al Padre. Magdalena fue a anunciar lo ocurrido a los discípulos (Jn 20, 11- 18). Ese mismo día, por la tarde, Jesús se apareció al lugar en que los discípulos se encontraban ocultos por temor de los judíos. Les saludó diciendo "La paz sea con vosotros", les mostró la mano y el costado, y, soplando, les envió el Espíritu Santo. Uno de los once, Tomás, no estaba con el resto cuando tuvo lugar la aparición de Jesús, y no creyó que el aparecido fuera realmente Jesús (Jn 20, 19- 25). Ocho días después, Jesús volvió a aparecerse a todos los discípulos, incluido Tomás. Para vencer su incredulidad, Jesús le dijo que tocara su mano y su costado. Tomás creyó en él (Jn 20, 26-29). Más adelante, Jesús volvió a aparecerse a siete de sus discípulos cuando estaban pescando junto al Mar de Tiberiades. No habían pescado nada; les pidió que volvieran a echar la red y la sacaron llena de peces. Entonces lo reconocieron, y comieron con él panes y peces (Jn 21,1-14). Tras esto, se relata una conversación entre Jesús y Pedro, en la que interviene también el "discípulo amado" (Jn 21,15-23).
Conclusión
Después de haber leído detenidamente el desarrollo de la monografía, puedo decir que me informe de hechos que no sabía que habían ocurrido, por ejemplo, las tentaciones que soporto Jesús en el desierto para cumplir al pie de la letra la palabra de Dios y la cantidad de milagros que realizo (teniendo en cuenta que muchos milagros no se encuentran escritos en el nuevo testamento).
Logre cumplir las expectativas que tenía al comenzar a desarrollar el trabajo, y pude ampliar mis conocimientos sobre la historia de Jesús, sus acciones para salvar al hombre, el amor infinito que tiene hacia las personas, las tentaciones que supero, entre otras cosas.
En síntesis, estoy conforme con el desarrollo de la monografía y de lo que aprendí de la misma.
Bibliografía:
· http://wikipedia.org
· http://es.catholic.net/cristologiatodoacercadejesus
· http://marioo.blogcindario.com
· http://www.corazones.org
Autor:
Cristian Salas
Profesor:
Gustavo Orellana
Asignatura: Teología
Facultad: Matemática Aplicada (UCSE)
Ciudad: Santiago del Estero
Fecha: 29 de Octubre de 2010
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