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Hábitos de vida en una población escolar de Mataró (Barcelona) asociados al número de veces diarias que ve televisión y al consumo de azúcares

Partes: 1, 2

    Publicación original: Rev. Esp. Salud Pública, Sept./Oct. 1997, vol.71, no.5, p.487-498. ISSN 1135-5727. Reproducción autorizada por: Revista Española de Salud Pública.

    RESUMEN

    Fundamento: En la infancia y la adolescencia se conforman los rasgos principales del aprendizaje y el comportamiento. Por ello, actuar sobre los hábitos poco saludables en estas edades puede tener un mayor impacto en el desarrollo de futuras enfermedades.

    Métodos: Se administró a 2.898 escolares un cuestionario escrito compuesto por preguntas sobre hábitos dietéticos, hábitos de vida y características socioeconómicas familiares. Se aplicó a los datos recogidos un análisis de cluster para obtener el perfil de los escolares que presentaban los hábitos nocivos estudiados.

    Resultados: El elevado consumo de televisión resulta asociado con la mayor edad de los encuestados, con el consumo de refrescos y con el consumo moderado de azúcares. Por otra parte, el alto consumo de azúcares se asocia con la mayor edad, el consumo regular de golosinas, el tipo de escuela, el bajo consumo de verdura cruda y el bajo consumo de fruta.

    Conclusiones: Los estudiantes encuestados que refieren un alto número de horas viendo televisión y/o alto consumo de azúcares también presentan otros hábitos de vida y dietéticos igualmente poco saludables. La influencia del nivel socioeconómico es indiscutible en la presencia de hábitos de riesgo; sin embargo, su papel en los resultados de este estudio es difícil de valorar, posiblemente por el tipo de indicadores indirectos utilizados. Los perfiles resultantes sugieren que la presencia de algunos hábitos nocivos, como el elevado número de horas de televisión y consumo de azúcares, facilita la presencia de otros hábitos no saludables en el mismo sujeto

    Palabras clave: Estilos de vida saludables. Hábitos dietéticos. Encuestas de nutrición. Niños. Adolescencia. Escuela primaria. Nivel socioeconómico. Televisión. Consumo de azúcares. Análisis de cluster.

    ABSTRACT

    Food-Habits and Lifestyle Habits in a Primary School Students Population from Mataró (Barcelona) Associated with Consumption of Sugar and Television

    Background: Most important trends of knowledge and behaviour are built on childhood and adolescence. Thus, to act on non healthy habits at early ages should have more impact in the development of later diseases.

    Methods: 2.898 primary school students answered a written selfadministered questionnnaire containing ítems about Dietary habits, life-style habits, and familiar socioeconómic level. Cluster analysis was used to obtain the profile of student groups with higher probabilities to develop the risk habits studied.

    Results: High consumption of television is associated with older ages, refreshments intake, and moderate consumption of sugar. On the other hand, high consumption of sugar is associated with older ages, usual intake of candies, type of school, low intake of raw vegetables, and low consumption of fruits.

    Conclusions: Other non healthy dietary and lifestyle habits show clustering in high consumers of television and/or sugar. The influence of socioeconomic level on getting risk habits is well stated; however, the role played by this variable in the results of our study remains uncertain, probably due to the utilization of indirect data. The reultants profiles suggest that the presence of some non healthy lifestyle habits, such as high television and sugar consumption, tends to cluster other risk habits in tha same person.

    Key words: Food-Habits. Nutrition-Surveys. Healthy life-style Habits. Health Behaviour. Primary School. Child. Adolescence. Socioeconomic Level. Television. Sugar Consumption. Cluster Analysis.

    INTRODUCCION

    Los estudios sobre hábitos de vida que pueden constituir factores de riesgo para determinadas enfermedades se suelen realizar habitualmente en poblaciones adultas. Sin embargo, puede ser más importante estudiar los determinantes de dichos hábitos, y sus posibles asociaciones con conductas de riesgo coadyuvantes para el desarrollo de enfermedades concretas, en la población infantil y adolescente, puesto que es en estas edades donde se conforman los rasgos principales del aprendizaje y el comportamiento1,2. Parece lógico, por tanto, que la prevención de posibles factores de riesgo (hábitos poco saludables) en la infancia y la adolescencia, pueda tener un mayor impacto en el desarrollo de futuras enfermedades que la educación de poblaciones adultas, aunque ambas no sean, obviamente, excluyentes3.

    Por otra parte, el conocimiento de los hábitos de la población escolar debiera ser un requisito previo al diseño e implantación de programas educativos de salud para niños y adolescentes y una herramienta imprescindible para la evaluación y adecuación de los programas ya existentes. El diseño de estrategias de prevención primaria requiere el conocimiento de las interrelaciones y los determinantes que favorecen o dificultan la implantación de los distintos estilos de vida. En la literatura se ha postulado la hipótesis de que algunos hábitos no se desarrollan de manera independiente, sino que tienden a agruparse en una misma persona. Es decir, que la presencia de un hábito concreto en una persona, favorece la presencia de otros de similares características, nocivas o saludables, en el mismo sujeto4. Lo cual puede deberse tanto a la interrelación entre un grupo de hábitos que conforman un determinado estilo de vida como a los condicionantes (culturales, demográficos, socioeconómicos) del propio individuo. Otro objetivo básico de la prevención debe centrarse en el hecho bien conocido de que una cierta proporción de individuos que siguen hábitos de vida poco saludables desde edades tempranas, tiene tendencia a padecer cambios significativos en los marcadores de riesgo metabólicos y, por consiguiente, a desarrollar un fenotipo de múltiple riesgo5. Asimismo, la reconocida dificultad para modificar durante la edad adulta los hábitos adquiridos6, parece indicar que es más eficiente priorizar los programas educativos en las edades infantiles.

    El objetivo de este artículo es realizar un análisis descriptivo de los hábitos alimentarios y las condiciones de vida asociadas al consumo elevado de azúcares y de tiempo de visionado de televisión en los escolares de una ciudad. El tiempo diario de televisión constituye una característica primordial que puede condicionar la adquisición de otros hábitos de vida más saludables en la edad escolar. Ver la televisión es la segunda actividad, después de dormir, más importante cuantitativamente en la vida del niño occidental, superando ampliamente al tiempo dedicado a la escuela7. Los datos disponibles en nuestro medio ponen de manifiesto que menos del 10% de los niños quedan exentos de ver la televisión cada día, siendo el promedio de tiempo diario de 168 minutos para las edades comprendidas entre los 4 y los 12 años8. El uso indiscrimiado y masivo de la televisión aumenta la pasividad intelectual del niño, lo aparta del trabajo escolar, limita su creatividad y disminuye su tiempo libre para realizar otras actividades más saludables(7). El consumo de televisión se considera un marcador del estilo de vida, y se ha descrito que un número excesivo de horas (más de 14 horas semanales) viendo la televisión por parte de niños y adolescentes se asocia con hipercolesterolemia9,10 y, por tanto, predispone al padecimiento de enfermedades cardiovasulares en la edad adulta. Asimismo, la costumbre de ver la televisión en exceso promueve un consumo elevado de productos azucarados, lo cual, junto con un menor gasto de las calorías ingeridas, un mayor sedentarismo y una reducción de las actividades deportivas, facilita el desarrollo de la obesidad11-13.

    Por otra parte, es bien conocida la relación directa entre el nivel de consumo de azúcar y la prevalencia de caries en una población, así como la asociación entre niveles elevados de consumo de azúcares y la obesidad infantil y el efecto beneficioso que tienen las medidas preventivas sobre este problema de salud14.

    Partes: 1, 2
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