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Escribiendo en la Arena: Bulimia y Trastorno de Personalidad Múltiple

Enviado por Felix Larocca


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    Escribiendo en la Arena: Bulimia y Trastorno de Personalidad Múltiple – Monografias.com

    Un poco de conocimiento, es arriesgado para la individualidad — si se trata del TPM — como ya veremos.

    La Bulimia es una condición de notoriedad gregaria. Gregaria porque se asocia con un número de patologías, muchas esperadas y otras sorprendentes.

    En seguida listamos las mejores conocidas, con las que sabemos, se asocia:

    • Con la anorexia y la obesidad, como parte de un continuo sintomático

    • Con la cleptomanía

    • Con el uso y abuso de sustancias

    • Con la experimentación sexual prematura y aventurada

    • Con la rumiación

    • Con la automutilación

    • Con la codependencia

    • Con los trastornos afectivos

    • Con la diabetes

    • Con la actividad gimnástica exagerada y los ejercicios extremos

    • Con la psicopatía

    • Con la mentira habitual

    • Con la personalidad mimética

    • Con la personalidad histriónica

    • Con la personalidad limítrofe

    • Con los trastornos deficitarios de la atención y, con otros actos impulsivos — y, ahora, quizás

    • Con el trastorno de la personalidad múltiple

    Es como si la bulimia atrae como víctimas a personalidades fluctuantes y con bajos niveles de regulación afectiva

    Schwärmerei

    Antes de avanzar más en esta tesis, aquí introducimos un término de origen teutónico.

    Schwärmerei significa, moviéndose en horda o en enjambre (como se desplazan insectos en sincronía biológica). También representa un entusiasmo intenso por personas carismáticas, y por ideas y tendencias que a muchos atraen.

    Las disorexias, como schwärmerei

    Hilde Bruch las resumió, cuando tantos nuevos casos surgieran de los trastornos del comer, que caracterizaran la "epidemia de los años sesentas", en los EEUU, como: "me too anorexics". Ya que para muchas mujeres, constituyó imitación y poco más.

    La bulimia, en su aparición en dormitorios universitarios, como "contagio", adquirió mucho más notoriedad en este respecto, ya que la prensa norteamericana describiría en grotesco detalle las partidas de mujeres que "celebraban" en conjunto las llamadas, scarf and barf parties; las que consistieran en atracones colectivos, seguidos por emesis general — cuyos efectos corrosivos, al final destruirían la plomería de los inodoros del recinto.

    edu.red

    En el léxico privado de una de mis pacientes, a quien conocerán más adelante, los hartazgos, bulímicos, colectivos, para ella y sus compañeras, se llamaban, "eventos".

    Por ejemplo, un "evento de pollo" consistiría en la compra de varias cubetas de pollo atiborradas con todos sus adornos, para consumirlos rápidamente y luego vomitarlos.

    Quien más rápidamente comiera era la ganadora de la gesta furtiva.

    Pero, el "mercadeo" de la bulimia era intensivo, ya que mujeres cuyo anonimato era destino; entrarían en la escena reportando a los medios de comunicación sus propias actividades, embelleciendo sus peripecias con detalles grotescos.

    Mientras más repulsivo los detalles, mayor la publicidad acordada.

    La bulimia se tornaría asimismo en enfermedad de "confesión" para muchas celebridades, quienes como Jane Fonda, siempre estarán listas para encontrar razones para recibir publicidad gratuita, lo que incrementó el poder del contagio.

    Schwärmerei

    Otros síndromes emergieron, en Norteamérica. País, donde el suicidio de alguna celebridad, ocasiona, a menudo, una racha de muertes por imitación.

    Luego, como por infección, se presentaron casos del Trastorno del Estrés Post-Traumático, de la personalidad "borderline" o limítrofe, del Trastorno Obsesivo-Compulsivo y el de la personalidad múltiple.

    Un nicho se abrió para todas las patologías…

    Mientras que esto ocurriera en el campo de la psiquiatría, los hipnotistas de vodevil, estaban "regresando" sus víctimas, en la televisión, a épocas remotas, donde serían compañeras de infancia de los faraones egipcios, de Alejandro Magno, y retrocediéndolas a épocas más distantes todavía, donde "visitarían" con personajes del período — olvidando, convenientemente, el lenguaje que de antaño hablaran.

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