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Bases para un manifiesto cristiano

Enviado por Claudio Cruces


Partes: 1, 2

    1. Historia y Salvación
    2. Cristianismo Reaccionario
    3. Cristianismo pequeño burgués
    4. Definición teológica de proletariado
    5. Construir desde el cristianismo
    6. Notas

    Durante casi dos mil años, el cristianismo ha sido víctima de diversas distorsiones hasta llegar a ser considerado una religión. El sentido que se le ha dado a la cristiandad tiene que ver con lo supramundano, con el más allá y los quehaceres del alma.

    En el acontecer histórico y político a los cristianos normalmente se los ha considerado un instrumento de opresión de la ultraderecha. Muestras son la conquista de América, la esclavitud de los negros africanos, las diferentes dictaduras latinoamericanas, el apoyo de muchos cristianos a la presidencia de Bush, entre otras.

    Pero consideramos que ya es hora de oponer a la falsificación fundamentalista un manifiesto que exponga ante el mundo los conceptos de un cristianismo que no ha sido adulterado por el poder sino que mantiene intacta la "buena noticia" de la opción de Dios por el pobre y oprimido de un sistema perverso.

    Historia y Salvación

    La historia de la Salvación es la Salvación de la historia. Desde la entrada del pecado en el mundo, la historia no es otra cosa que la lucha de una clase por dominar a otra. Ya en la conquista de América decía Colón:

    Descendí entonces a tierra y levanté una gran cruz, a la entrada del puerto, en una elevación situada al oeste y bien visible, para hacer saber que esta tierra pertenece a Vuestra Alteza, y en verdad, en señal de Jesucristo, nuestro Señor[1]

    Mostrando la extraña vinculación entre el poder político (Vuestra Alteza), y el orden religioso. De esta forma, la invasión de América tenía como propósito doblegar a los nativos a una corona y a una religión. En otras palabras, la cruz, fue un arma del yugo Español.

    De este modo comienza la primer etapa del cristianismo en América. La etapa del cristianismo despótico. Así, la evangelización primitiva no tenía como objetivo la instrucción del catecúmeno; por el contrario, los conquistadores ordenaban bajo pena de muerte que los indios sean bautizados como aceptación no sólo de la fe católica sino también como doblegación a la corona.

    El sistema de encomienda era una entrega de indígenas a un encomendero que asumía la responsabilidad de hacerlos "hombres cristianos y civilizados." Los indígenas, como "contraprestación" a este servicio evangélico tenían que trabajar y pagar tributo a España. Hermosa forma de evangelización.

    Este cristianismo proveniente de Europa, Venía influenciado por la filosofía del Viejo Mundo, en particular por la contrareforma; una filosofía anti reforma que mezclaba su fanatismo católico con una abierta oposición a todo pensamiento diferente.

    Así comienza en nuestras tierras una historia de opresores y oprimidos que ha de llegar hasta nuestros días. Esclavos y libres, patrones y empleados, los dueños del dinero y los dueños de la mano de obra se enfrentaron siempre en luchas más o menos constantes con la firme opción hacia los más poderosos de un cristianismo coptado que nunca supo ver su identidad revolucionaria.

    Sin embargo, hubo a través de la historia, otro cristianismo, un cristianismo poco mencionado y profundamente vituperado por la historia oficial de la teología del poder, un cristianismo que con un grado de conciencia creciente ha tomado la posición bíblica de estar a favor del pobre y oprimido. Botones de muestra tomados con grandes saltos en la historia son: Bartolomé de Las Casas; Artigas, Belgrano, que de una y otra orilla de los márgenes del Plata han trabajado en contra de las secuelas de la maldita inquisición. En la historia más reciente lo tenemos a Camilo Torres en Colombia, El cura Angeleli, Mugica en Argentina, hombres de Dios que dieron su sangre luchando contra la opresión y la miseria que el cristianismo ortodoxo bendecía dándole un barniz teológico desde sus púlpitos.

    También reconocemos que muchos hombres por la nociva propaganda surgida de la mala praxis del cristianismo imperial, no han llegado a ser cristianos, sin embargo han brindado sus vidas a esta causa. Así lo expresaba el teólogo Bonhoffer cuando admitía en sus cartas enviadas desde la prisión nazi que a veces veía como El Señor se manifestaba con más facilidad fuera que dentro de la iglesia. "a veces -decía- me siento mas cómodo en la prisión que en el templo". Pero no es nada nuevo de lo que debamos sorprendernos, ya la Biblia lo decía: el viento sopla donde y como quiere…

    La teología del imperio ha hecho del ser humano una mercancía, eso la hace súbdita del sistema. La teología de la liberación ha luchado con sus aciertos y errores contra todo tipo de opresión entendiendo en esta lucha el mandato de Nuestro Señor Jesucristo.

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