- El libro, la escena y sus personajes
- Libro I: análisis de la justicia para Céfalo, Polemarco y Trasímaco
- Libros II: introducción a la justicia, censura de los poemas inapropiados y posibilidad de la guerra con fines necesarios
- Libros III: estudio de la educación de los guardianes, la analogía del médico y el juez y la elección de los gobernantes del Estado
- Libros IV: las virtudes, el Estado ideal y la justicia
- Libros V: observaciones sobre la educación de la mujer y los hijos y una analogía entre el filósofo (amante de la episteme) y el filodoxo (amante de la doxa)
- Libros VI: consideraciones sobre los filósofos y la analogía del bien y el sol
- Libro VII: el "mito de la caverna", ciencias para llegar al uso de la dialéctica y poder servirse del mundo inteligible y cronología del plan de estudios
- Libro VIII: los cinco modelos de organización política y las cinco formas del alma
- Libro IX: el tirano y el hombre feliz
- Libro X: Consideraciones sobre la poesía y el destino final de las almas
El libro, la escena y sus personajes
La República es uno de los diálogos más importantes que escribió Platón, en donde expresa su concepción del arte, lo político, la sociedad, la justicia, la inmortalidad, la virtud, el bien y el mal.
Se cree que la República, por su gran extensión, es un compilado hecho por Platón en donde unifica una serie de diálogos para exponer algunos problemas fundamentales de su pensamiento en forma más completa.
La fecha aproximada en la que Platón empezó a escribir la República fue entre 390-385 a.C. (en el periodo de transición de sus escritos), y fue terminada con los capítulos II al X presumiblemente entre 385-370 a.C. (en el periodo de madurez del autor).
La República expone el Estado ideal de Platón, lo que debería ser[1] para que el hombre encuentre felicidad y desarrolle su moralidad.
El escenario: en donde transcurre el diálogo escrito por Platón, es en casa de Polemarco, hijo de Céfalo, en el Pireo allá por el mes caluroso de Junio a fines de primavera.
Los personajes:
Sócrates: (470-399 a.C.) es el personaje principal del diálogo, fue maestro de Platón y creador del método denominado mayéutica (o arte de "alumbrar" los espíritus) por el que lograba que sus interlocutores descubrieran la verdad a partir de ellos mismos. Sócrates era bajo, de nariz ancha, feo[2]pobre y casado con Jantipa, una mujer de reconocido mal genio, con la que tuvo tres hijos.
Céfalo: fue hijo de Lisanias y actual padre de Lisias, Polemarco y Eutidemo. Céfalo es un hombre de edad que se dedica al comercio y tiene un muy buen pasar económico. Interviene solamente en el Libro I elogiando la ancianidad e introduciendo la concepción comercial de justicia por la cual consiste sencillamente en . Céfalo muere probablemente en el 429[3]a.C.
Lisias: (459-380 a.C.), orador nacido en Atenas. A la edad de 15 años decidió estudiar retórica. En el año 404 a.C., los Treinta Tiranos que entonces controlaban la ciudad privaron a Lisias y a su hermano Polemarco de todas sus posesiones. Cuando mataron a Polemarco, Lisias huyó a una población vecina. Regresó a Atenas en el año 403 a.C., tras la derrota de los Treinta Tiranos y el restablecimiento del gobierno democrático. Emprendió entonces acciones legales contra el responsable de la muerte de su hermano. Lisias se ganó la vida escribiendo discursos para los litigantes y continuó con los negocios de su padre.
Se cree que Lisias no contó con la simpatía de Platón.
Polemarco: aficionado a la filosofía y a la política. Recibió muerte por defender los ideales de la democracia bajo el gobierno de los Treinta Tiranos (donde Platón tenia familiares en el poder). Su participación es visible en el Libro I donde introduce la idea de justicia de los poetas como Simónides: . También se la puede catalogar como una concepción de la justicia en tiempos de guerra.
Eutidemo: poco se conoce sobre el tercer hijo de Céfalo, quien no debe ser confundido con Eutidemo, hijo de Diocles (fiel admirador de Sócrates).
Trasímaco: Sofista y orador. Lo político y lo moral solo le preocupaba incidentalmente. Este pensador poseía múltiples cualidades y tenía conocimientos muy firmes. Trasímaco interviene en el Libro I alegando que la justicia es y entabla una analogía entre el hombre justo (que siempre le va mal) y el hombre injusto (que saca provecho de la situación), agregando que los que reprochan la justicia no lo hacen por miedo de cometerla, sino por temor a sufrirla. Junto a él aparecen dos de sus admiradores:
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