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El modelo interno activo como estrategia para identificar el origen de los conflictos de violencia e indisciplina


Partes: 1, 2

    1. Planteamiento y formulación del problema
    2. Justificación
    3. Objetivos
    4. Marco referencial
    5. Marco teórico
    6. Marco conceptual
    7. Seguridad y apego en la primera infancia. Nacimiento y evolución de los vínculos afectivos
    8. El desarrollo social en el contexto familiar: la respuesta familiar a las necesidades infantiles
    9. Relaciones en el interior de la familia
    10. Metodología
    11. Etapas de la investigación

    El modelo interno activo como estrategia para identificar el origen de los conflictos de violencia e indisciplina entre los estudiantes de tercer grado jornada matinal del Centro Educativo Leña 5

    Introducción

    La comprensión de la dimensión socio-afectiva hace evidente la importancia que tiene la socialización y la afectividad en el desarrollo armónico e integral en la vida de las personas. Este juega un papel fundamental en el afianzamiento de su personalidad, auto-imagen, autoconcepto y autonomía, esenciales para la consolidación de su subjetividad, como también en las relaciones que establece con los padres, hermanos, docentes, niños y adultos cercanos a él, de esta forma va logrando crear su manera personal de vivir, sentir y expresar emociones y sentimientos frente a los objetos, animales y personas del mundo, la manera de actuar, disentir y juzgar sus propias actuaciones y las de los demás, al igual que la manera de tomar sus propias determinaciones.

    El niño va logrando su desarrollo afectivo a través de esta emotividad y sus diferentes manifestaciones, de la misma forma como las otras personas, (especialmente los más cercanos y significativos para él, como docentes, adultos, amigos, familiares) las asumen y le ayudan a vivirlas. Una relación positiva con ellos es estimulante y eficaz, así como una negativa malogra los esfuerzos de los niños y crea riesgo de desarrollar cualquier tipo de conductas frustradas o sentimientos de fracaso.

    En este sentido, la familia es el contexto de socialización inicial del ser humano y es un entorno constante en la vida de las personas, a lo largo del ciclo vital se irá adaptando con otros entornos: escuela, amigos, barrio, etc. Es en el marco familiar donde se establecen las primeras interrelaciones y los primeros cambios comunicativos, por lo cual, el niño internalizará las primeras normas del comportamiento social y esto será reflejado en su comportamiento en ambientes diferentes.

    El segundo contexto de socialización es la escuela. En la escuela el niño va a permanecer de forma continuada durante muchos años en contacto con otros niños diferentes a la familia. Las relaciones en la escuela tienen un carácter diferente que las relaciones familiares. Entre ambos contextos debe darse una transferencia para facilitar el desarrollo emocional.

    Por otro lado, es de público conocimiento que el deterioro de estas relaciones entre los tres estamentos básicos de las instituciones educativas: estudiantes-padres/madres de familia-docentes, ha llegado a tal grado, que ha producido el divorcio casi total por parte de un significativo número de padres/madres de familias de las responsabilidades como padres en el proceso de formación de sus hijos y de las reuniones que programan periódicamente las instituciones para tratar aspectos relacionados con el comportamiento académico y disciplinar de los estudiantes; Además, se ha observado en la situación antes mencionada, que muchas veces estos encuentros entra padres y docentes trascienden a los insultos, agresiones verbales y físicas por parte de padres y estudiantes hacia los educadores, lo que agrava y profundiza la brecha existente entre ellos.

    La violencia, cualquiera que sea su manifestación, y las recurrentes agresiones entre éstos, son aspectos de mucha trascendencia que requieren de una adecuada intervención, con políticas claras y contundentes por parte de los involucrados. Y cabe anotar, que son situaciones que se presentan de manera cotidiana en las escuelas, y se agrava a medida que disminuye el nivel socio cultural de los implicados.

    Lo que diferencia a este método de otros enfoques, es que no se trata de informar de las injusticias al resto del mundo. Se trata más bien de identificar situaciones de injusticia en un aula, en un grupo de mujeres, en un grupo de hombres, un grupo mixto, donde sea. Y apropiarse de las situaciones para el beneficio de los involucrados.

    Como se observa en este esquema metodológico, lo que se pretende es crear condiciones de seguridad grupal y vivenciar personalmente algo antes de intentar entenderlo y teorizar sobre ello, así se provocará la posibilidad de poder generar empatía con las situaciones, lo cual nos coloca en un plano mejor para potenciar el cambio de actitudes y de valores que están en la base de las cuestiones relacionadas con la convivencia.

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