Se ha dicho que la sociedad uruguaya es hija de la educación. Ha cumplido múltiples funciones en el país, desde integrar socialmente a criollos e inmigrantes hasta propiciar la movilidad social de amplios segmentos sociales, y desde dotar de un patrimonio común en términos intelectuales, morales y actitudinales a un conjunto heterogéneo de personas, hasta cooperar en la formación cívica de la futura ciudadanía. Además la educación ha sido el sistema estatal de prestación social más universal, en donde no se percibe estratos.
El proceso Vareliano reformista inicia el 28 de marzo de 1876, cuando J.P Varela asume la Dirección de Instrucción Pública e instala una nueva Comisión de Instrucción dando inicio a la reforma escolar.
Varela cree en la necesidad de crear Escuelas Normales "efectivamente, no es posible organizar buenas escuelas sin buenos maestros, ni es posible tener buenos maestros sin escuelas normales"
(H. Formación Docente, Luis Ma. Machado, pág 50)
Es muy fuerte su convicción de que los maestros deben formarse teórica y específicamente para su labor, abandonando la tradicional visión de que con la práctica se perfecciona y progresa en la actividad docente. considera la importancia de crear primero una escuela normal para mujeres que para hombres, pues en la época, éstos sí podían acceder a otros estudios y ocupaciones.
Funciones necesarias de la escuela normal por Varela basándose en Barnard:
-La Educación Normal constituye un complemento indispensable del sistema de escuelas comunes, creando un lugar en donde las/os jóvenes que tienen disposiciones naturales puedan adquirir la conciencia y el arte de enseñar.
Entre 1874 y 1876 Varela considera que el problema más grave que la educación nacional debe enfrentar se encuentra en la heterogeneidad y asistematicidad del magisterio nacional y el déficit de maestros nacionales.
J.P Varela en su legislación escolar incluye el proyecto de ley organizando un sistema de educación común en la ROU. En éste figura la "Escuela Normal del Estado" la cual estría a cargo de una comisión directiva y tendría competencia para "dar instrucción gratuitamente a aquellas personas residentes en la República que quieran dedicarse a la enseñanza", "formular el programa de estudio y las reglas para la admisión de los alumnos", y "nombrar y destituir a los profesores señalándoles el sueldo que deben gozar" (pág 56)
Decreto-Ley de educación por Lorenzo Latorre 24 de agosto que integra parcialmente el proyecto Vareliano, y articuló por primera vez un sistema nacional de educación primaria.
El 21 de Abril de 1879 se otorgó la efectividad a aquellos maestros que desempeñaban interinamente la dirección de una escuela y obtuvieron el título habilitante.
El 3 de Setiembre del mismo año Varela aprobó la resolución que establecía la condición del concurso, para proveer todos los cargos de Ayudantes de las escuelas.
Este proyecto diseñado por Varela y sostenido por el Estado, dio sus frutos hasta aproximadamente mediados de la década del 50, donde la educación entró en crisis conjuntamente con el modelo de acumulación económico y los censos ciudadanos.
Según la comisión de Investigaciones y Desarrollo Económico la población matriculada en la educación pública y privada media (no técnica) pasó de 34.226 en 1950 a 79.510 en 1963, y luego, en 1970 ascendió a 132.145 (CEPAL1992). Frente al telón de fondo del estancamiento económico y la devaluación del rol del Estado, un grupo de técnicos a través del CIDE, planteó a mediados de los 60 un conjunto de alternativas orientadas a refundar el modelo de desarrollo. De ese ámbito surgieron algunas medidas para la educación preescolar como forma de responder a los cambios en la composición de la familia. En junio de 1967 se aprobó el plan "J.P. Varela" para una atenuación de las altas tasas de repetición. A fines de la década se creó la Inspección de Institutos y Liceos, con el objetivo de evaluar el cumplimiento de funciones por parte del establecimiento.
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