El género documental
Enviado por Manuel Mariano Silva
Resumen
El presente trabajo funciona de manera introductoria tanto a la historia como a las principales características que intentan definir al género narrativo audiovisual conocido como documental. Realiza una breve reseña histórica y luego se discuten las principales aproximaciones teóricas que se han realizado para la construcción de una definición del género.
1. Historia
El primer cine fue documental.
A partir de 1895, cuando los hermanos Lumiére consiguieron por fin fabricar una versión práctica, portátil y económica del cinematógrafo, se hicieron a la calle para comenzar a filmar secuencias de alrededor de un minuto de duración, lo máximo que duraba cada rollo, que retrataban momentos varios de la vida cotidiana de los parisinos de entonces, como la salida de los obreros de una fábrica, o la famosa llegada del tren a la estación, que produjo que varios de los espectadores entraran en pánico al creer que la locomotora se les venía encima.
Si bien más tarde los Lumiére experimentaron con pequeñas puestas en escena para la cámara, como fue el caso de El regador regado, la enorme mayoría de su obra tuvo que ver principalmente con la producción y comercialización de piezas que si bien estaban más cerca del periodismo que de otra cosa, fueron las bases sobre las que se asentó el género que más adelante se convertiría en el documental.
Durante las primeras décadas del siglo XX grandes documentalistas en ambos lados del mundo poblaron las pantallas cinematográficas con filmes tales como Nanook of the North del estadounidense Robert Flaherty, El Hombre de la Cámara del soviético Dziga Vertov, o El Río del también estadounidense Pare Lorentz. Pero a medida que el público comenzó a verse seducido por el cine de ficción, y los ejecutivos de los estudios comenzaron a su vez a verse seducidos por las ganancias de la ficción, el documental perdió su lugar de privilegio en las salas comerciales.
Varias décadas más tarde, el documental volvió a encontrar un medio idóneo a través del cual difundirse, la televisión. Esto implicó una serie de cambios bastante extensos en cuanto al lenguaje utilizado por el género.
En primer lugar, los documentales debieron abandonar la posibilidad de convertirse en largometrajes para ajustarse a los tiempos de la televisión. El nuevo documental era una pieza de cómo máximo cuarenta y cinco minutos, lo cual lo dejaba listo para ser emitido en un espacio de una hora, con quince minutos sobrantes para publicidad.
La película debió dividirse en bloques de determinada duración para poder hacer los cortes comerciales necesarios. Hubo que dejar de lado la posibilidad de que el espectador asimilase el contenido según sus propios tiempos y preprocesar todo para dárselo servido en bandeja.
En definitiva, el lenguaje del documental, nacido en las salas de cine, donde el tiempo para ver, escuchar y asimilar, es mucho más lento y permite que el espectador no solo reciba la información que se expone en la película, sino que también la piense, la critique y la interprete, debió adaptarse a las necesidades de otro medio como es la televisión, de ritmo mucho más rápido y de una persistencia mucho más fugaz en la memoria de sus espectadores.
Con todo, el documental se adaptó maravillosamente al nuevo medio y, durante varias décadas, los programas documentales ocuparon mucho espacio en la grilla de las principales emisoras del mundo. Grupos como la National Geographic Association en Gran Bretaña, o la productora Transtel en Alemania, comenzaron a producir piezas documentales que luego doblaban a varios idiomas y vendían por todo el mundo a canales de televisión de las más diversas envergaduras que transmitían estas producciones semanalmente.
Finalmente, con la irrupción de la televisión por cable a fines de los ’80 y principios de los ’90, y con la posibilidad que esta dio de dividir hasta el extremo los segmentos de público, nacieron los canales dedicados exclusivamente al género, de los cuales el más importante es seguramente la cadena estadounidense Discovery Networks, poseedora y participante de señales como Discovery Channel, Animal Planet, People & Arts y otras más. Gracias a esto, el futuro del documental como género televisivo parece estar asegurado.
Sin embargo, todo lo antes mencionado no significa que a lo largo de los años, y a pesar de la superpoblación de cine de ficción que llena las salas del mundo, los realizadores hayan abandonado la idea del documental como género cinematográfico. Todos los años varios largometrajes documentales son producidos y distribuidos en un circuito limitado de salas de proyección, así como también se entrega un Oscar en Hollywood al mejor largometraje documental del año.
El único problema de estas películas es su escasa difusión, y la noción ya generalizada en el público de que el documental es algo que se ve en televisión, y no algo por lo que se paga para ver en un cine.
Pero esto puede estar cambiando, la palabra documental parece estar dejando de ser patrimonio exclusivo de la televisión y va ganando lentamente espacio no solo en las salas de cine comercial del mundo sino también en el imaginario social de la audiencia acerca de lo que es cine y lo que es solo un programa de TV.
La mayor parte de este cambio se debe sin duda a la fenomenal irrupción de un realizador que, irónicamente, es poseedor de un estilo claramente televisivo, Michael Moore, escritor, productor y director de Bowling for Columbine y de Fahrenheit 9/11, la primera ganadora del Oscar al mejor documental y la última ganadora de la Palma de Oro en Cannes en todas las categorías, el premio más preciado por los realizadores en el mundo.
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