La insurrección del 24 de abril de 1965, República Dominicana: Lo que se quería, lo que pasó y lo que podrá pasar
Enviado por José Antinoe Fiallo Billini
- Testimonios y acontecimientos
- Una interrogante: ¿Por qué esos militares y esa reflexión?
- Reforma militar y propuesta política
- Acontecimiento, incertidumbres y la función de lo inesperado en las calles
- Conclusiones
- Citas y notas bibliográficas
Al escoger la temática que me propuse entendí que podía ser más relevante centrarme en un abordamiento del proceso de construcción de algunos componentes o factores que permitieron la maduración de las condiciones para una insurrección militar y popular. Y como, esa insurrección popular y militar, aportó a la memoria histórica una cierta identidad rebelde que para esclarecerla seria importante el auscultar algunos elementos de ella para poder valorar como se articulan intenciones, planes, espontaneidades, "chepas", encuentros inéditos, viejos y nuevos liderazgos.
En ese sentido tengo intenciones políticas analíticas claras, que establecen ciertos limites o limitaciones, por lo que les solicito que no esperen que pueda abordarlo todo, ya que me centrare en una cierta búsqueda de algunos hilos conductores "underground", sutiles, por abajo, a los que debemos ponerle o darle ciertas importancias sustantivas.
Transitando por esas intenciones entendí interesante esta opinión de Carlos Marx: "…condiciones… tanto aquellas que se han encontrado como las engendradas por su propia acción".(1) Este punto de vista aporta la relación muy discutida entre situación y acontecimiento; es decir, como algo que se produce en un contexto o situación agrega, inmediatamente, nuevas condiciones que hacen un poco más compleja la situación.
El mismo Marx agrega en otro texto: "Pero la aceleración o la lentitud del desarrollo dependen en grado considerable de estas causalidades, entre las que figura el carácter de los hombres que encabezan el movimiento al iniciarse este".(2) Además de las nuevas condiciones que aporta el acontecimiento (puede ser desobediencia, resistencia, alzamiento, autodefensa, entre otros), es importante el valorar los sujetos involucrados, sobre todo los que desatan, provocan o incentivan el acontecimiento, en términos de sus acciones, mentalidades, respuestas tácticas o estratégicas, porque el componente subjetivo contribuirá a explicar con mayor profundidad el acontecimiento.
Por ello es interesante esta otra opinión de Federico Engels: "En la guerra, sobre todo la guerra revolucionaria, la rapidez de la acción, en tanto no se alcance algún éxito decisivo, es una regla fundamental… En nuestros días todo el mundo sabe que dondequiera hay una conmoción revolucionaria tiene que estar motivada por alguna demanda social que las instituciones caducas impiden satisfacer".(3)
En este texto hay dos acercamientos interesantes para los fines de mi abordamiento: rapidez de la acción y contexto de conmoción revolucionaria, lo que puede ayudar a determinar éxitos iniciales y debilidades posteriores, en términos de extensión de la conmoción y respuestas para su control, manejo, derrota o aplastamiento.
Veamos, al abordar esta temática con ese contexto analítico intencional, que nos va aportando en su trama íntima de construcción insurreccional.
INTRODUCCIÓN
El entonces Coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez nos aporta lo siguiente sobre el día 24 de Abril de 1965:
"…éramos demócratas… Así fue, cuando se hizo presos a varios oficiales en la Jefatura de Estado Mayor del Ejército fui avisado por el oficial Peña Taveras y decidí hacer preso al Jefe de Estado Mayor y nos comunicamos con todos los recintos en que teníamos compañeros… Así empezó todo, eran las 12:35 PM… El plan no contemplaba en absoluto la participación de civiles armados… eso nunca estuvo en nuestros planes… lo que esperábamos era el apoyo moral del pueblo, pero no su participación activa en los acontecimientos armados."(4)
Este dirigente militar constitucionalista, además de definir su vocación inicial como democrática, describe como se desata el acontecimiento a partir de un intento de represión al interior de la oficialidad de la Jefatura del Ejército, acontecimiento que no era parte de un plan previamente establecido, como no lo era lo que sucedió posteriormente: el armamento del movimiento social y político popular: "¡Armas para el Pueblo!".
Se desata el acontecimiento el 24 de Abril, pero ese acontecimiento se da en el contexto de una situación, de un proceso, que había ido aportando elementos, factores, componentes, que van armando un curso o camino que conformaría posteriormente el "Movimiento Constitucionalista Enriquillo."
Es interesante el testimonio de Manuel García Germán, militar constitucionalista, quien relata el proceso de construcción de una cierta conciencia militar democrática y sus expresiones políticas y organizativas. García Germán lo dice de la siguiente manera: "… en el momento que Trujillo desaparece todo el mundo comienza a hacer conciencia y no solo éramos algunos militares subalternos, sino que había algunos coroneles que se manifestaban… Cuando se produjo la huelga general de Enero de 1962, que fue la que culmino con la salida de Balaguer del país, eso llevó a la mayoría de los militares a convencerse… Duramos más de un mes acuartelados y ello nos hizo reflexionar sobre la vida tan difícil que estábamos llevando, presentándose la coyuntura para organizar un movimiento entre los militares, que no era del 14 de Junio, precisamente, sino de un grupo de militares que íbamos a hacer un pronunciamiento y a conseguir el apoyo del pueblo y del 14 de Junio… El 1J4 era el pueblo, como quien dice… Ahí nos identificamos muchos militares… y llegamos a comprometernos, a salir a la calle y tomar la ciudad… cuando el golpe de Enero de 1962 falló, se presentó una oportunidad para elegir los comandos por vía democrática… A Viñas Román… lo elegimos nosotros… Pero al margen de ahí estaba todo el equipo… Yo diría que ahí comienzan los principios de una evolución democrática en el Ejército"(5)
Esta primera parte del testimonio de García Germán es sumamente relevante: acontecimientos que aceleran reflexiones (ajusticiamiento de Trujillo, huelga general y golpe Enero 1962), necesidad de crear acontecimientos de democratización militar eligiendo liderazgos militares participativamente, formas organizativas y de decisión colectivas, decisión de operar y actuar en la ciudad cercanos a demandas del pueblo (tomar la ciudad y hacerla segura para un resultado político).
Ese balance entre el 1960, 1961 y 1962 se vio profundizado según nos relata García Germán ampliando su reflexión: "Vino la masacre del Catorce de Junio (1J4), nos golpeó mucho pero nos reorganizamos… algunos comenzaron a venderse, otros a recibir prebendas… comienza la corrupción… nos ayuda muchísimo porque comienza a crear malestar entre los militares y cataliza el movimiento real… El movimiento lo comienzan los constitucionalistas… lo dirige Rafael Fernández y el Coronel Hernando Ramírez… inclusive llegó a incluir a Lachapelle, quien jugó un papel importante en la revolución… nos ayudábamos mutuamente… era como una cooperativa… Luego se incorporaron los reformistas, el grupo balaguerista. Nosotros íbamos más allá… contacté al Catorce de Junio… yo era catorcista… La revolución estalló y no había una consigna clara y no había un acuerdo claro… ¿y por qué estalla así?… porque nosotros teníamos un acuerdo claro con los militares de que si se tocaba a uno solo de nosotros dentro o fuera, íbamos a actuar de inmediato… Y así se da el golpe de estado, sin haber tenido un solo acuerdo".(6)
Este testimonio es muy interesante porque describe un proceso difícil, tortuoso, exigente de definiciones: se reorganizan luego de derrotas, valoran elementos de canalización, asumen decisiones en grupos o colectivos, deciden ir más allá de lo conservador tradicional y adoptar alguna decisión de acciones en caso de represión o agresión a uno de los integrantes de la "cooperativa militar". Desatar algo en caso necesario aun todo no estuviera bien claro, definido o perfilado. Los acontecimientos se inician muchas veces de esa manera y retan a la continuidad del camino abierto sin que necesariamente sepamos donde conduce.
Por ello es importante prestar atención a otro testimonio, en este caso, del oficial constitucionalista Héctor Lachapelle que reflexiona aportando datos e informaciones, así como valoraciones muy interesantes. Lachapelle nos dice: "… en la mentalidad de la oficialidad joven de aquel entonces, una oficialidad no revolucionaria pero si conciente de su rol, de su papel como oficiales de las Fuerzas Armadas de que se respetara lo que hoy se conoce como voluntad popular y que en aquellos tiempos no se le decía así… Es entonces cuando el Coronel Fernández Domínguez comienza a estructurar este movimiento… De su escritorio, en la academia, saca lo que los militares llamamos escalafón (un listado de los oficiales de cada rama, que van del mayor al menor rango); saca ese escalafón y me dice: ¿A quien de estos oficiales podemos hablarles para que estructuremos un movimiento para evitar el golpe de estado?… el movimiento empieza a tener ramificaciones… oficiales de infantería, de tanques, pilotos, hasta la marina de guerra… comandante de la compañía antiguerrilas… Nunca planificamos para enfrentarnos al ejército norteamericano… Esa fue una eventualidad que no contemplamos… previmos resistencia, pero principalmente del CEFA".(7)
El aporte de esta reflexión introduce algunos nuevos elementos o factores: la cuestión generacional y la mentalidad que está en desarrollo como una construcción especifica de demandas democratizadoras en relación al estado y los gobiernos, en una estrategia que por diferentes razones no asumía la geopolítica del imperialismo yanki. Se organiza el movimiento político militar, se ramifica y extiende, se produce el acontecimiento insurreccional del 24 de Abril y sus consecuencias inmediatas incluyendo la intervención militar imperialista, evento no contemplado como eventualidad y que nos aporta una lección para el análisis, la estrategia y las acciones.
TESTIMONIOS Y ACONTECIMIENTOS
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