La eutanasia como derecho personal y el mal que ven los cristianos en ella
Enviado por Enrique Urdaneta
Todo ser humano tiene el derecho-deber a la vida, por ende, tiene la responsabilidad de llevar su vida de la mejor manera que se pueda, pero existen casos en los cuales las personas no llevan sus vidas por sí solos, porque están postrados en una cama sin poder tener ninguna responsabilidad sobre sus vidas. En este caso me refiero particularmente a Ramón Sampedro, quien el 23 de agosto de 1968, cayó en el agua desde una roca chocando la cabeza contra la arena, lo cual, le produjo la fractura de la séptima vértebra cervical, este tipo de fractura desconecta al cuerpo de la cabeza, por lo tanto Ramón Sampedro quedo tetrapléjico, sin poder tener responsabilidad alguna sobre su vida, dependía simplemente de los médicos y sus amigos que le ayudaban, y el único medio de entretenimiento que tenía era escribir cartas, lo cual lo hacía con un bolígrafo entre los dientes, de igual manera, lo único que exigía era tener una buena muerte (eutanasia): la reclamaba como un derecho personal.
Si la vida es un derecho personal cuando podemos llevarla con responsabilidad dentro de lo que cabe mencionar, ¿por qué la muerte asistida no podría ser un derecho personal?
La palabra eutanasia deriva de las raíces griegas eu, bueno, y thanatos, muerte, lo cual hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de evitar un sufrimiento innecesario por el cual una persona esté pasando. Si nosotros vemos a cualquier animal al que le haya sucedido un accidente y tenemos en cuenta que nunca más podrá utilizar la mayor parte de su cuerpo, tendríamos la amabilidad de acabar con su existencia para evitarle tanto dolor, pero ¿qué ocurre cuando es el caso de una persona que esta en las misma condiciones ?
La eutanasia debería ser un derecho personal de cada persona, así como lo es el derecho a la vida; debido a que lo único que se quiere liberar en la vida es el dolor sin sentido racional, pero existen autoridades de diferentes tipos las cuales no permiten esto. Unas de las principales autoridades es la religiosa, como el cristianismo y cualquier otra religión, que no quieren o no saben darle otro sentido a la muerte. Sin embargo, Ramón Sampedro en unas de las tantas cartas que él escribía explica: "el mal que los cristianos ven en la eutanasia es, sino falso, erróneo, pues el mal no está en el acto en sí, sino en la intención. Los mismos cristianos esperan que venga un liberador a exterminar el mal de la faz de la tierra, cuando debería entenderse que es el deber moral de los hombres hacerlo".
Siempre se ha solido argumentar que el sufrimiento purifica al hombre. Esa sería la idea de cualquier buen tirano, pero si el ser que tiene una conciencia ética necesita experimentar el dolor en su propio cuerpo o verlo en cualquier familiar o ser viviente para humanizarse, es porque está incapacitado para amar o, mejor dicho, lo han incapacitado algunas costumbres culturales que son insensibles ante el sufrimiento; además, el religioso, por ejemplo un católico, se opondrá rotundamente debido a sus principios, que fueron recalcados por Santo Tomás de Aquino ("Dios da la vida y es el único que puede quitarla"), lo que elimina cualquier posibilidad de eutanasia dentro de esta ideología.
Ramón Sampedro hace referencia a que nosotros somos dioses. Nuestra conciencia es la voluntad de Dios, es decir, que lo que cada persona desea está en la capacidad de poder cumplirlo. Coloco por ejemplo: ¿si Jesucristo dentro de su conciencia el no fuera creído que era hijo de Dios, que él era el mesías y no fuera hecho todo lo que hizo por su propia voluntad, fuera llegado a la crucifixión? No lo creo. Cristo enseñó muchas cosas entre ellas a liberarse del dolor y la muerte. ¿Y qué es lo que quieren las personas que desean una eutanasia? Librarse precisamente de lo que Jesucristo se libró.
Cuando a Ramón Sampedro no le dejan adquirir la eutanasia como un derecho personal es igual que a Jesucristo no le creyeran que él era el hijo de Dios, porque ésta es la peor crucifixión que pueda haber, "matarle el pensamiento a una persona", ya sea por dogmas o leyes, en este caso las que prohíben que terceras personas acaben con la vida de alguien solamente por dos causas que son una misma, las cuales son la ética y moral.
Tener el derecho a la vida significa tener libre pensamiento y poder con autoridad tomar decisiones que nos parezcan las más adecuadas en el momento vivido. Si las personas juzgan a Ramón Sampedro no es justamente porque tengan un argumento en contra de lo que él desea que le realicen, sino simplemente son llevados por paradigmas que dentro de la comprensión ética y moral que tiene cada ser son "malas" las acciones, en este caso el derecho personal a la eutanasia, pero quizás nunca esas personas se han preguntado o puesto en el lugar de las personas que padecen una discapacidad, como ser un tetrapléjico. El saber que no te puedes valer por ti mismo, que no puedes amar como se debe, el ver a las personas siempre desde abajo, siempre allí postrado en una cama como si fueras un objeto inanimado, ¿pensarías que vale la pena vivir, o que el sufrimiento es necesario para poder purificarte?
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