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Formación en valores

Enviado por Irina González


Partes: 1, 2

    1. Desarrollo
    2. Conclusiones
    3. Bibliografía

    Introducción

    El devenir histórico ha forjado hombres de grandeza incomparable. Toda su gloria se centra en lo profundo y genuino de cada obra realizada que conforma la expresión de aquellos valores que como guía, los orientaran en el camino progresivo por un mundo mejor.

    Hoy día se hace necesario rescatar del pasado lo que falta en el presente: hombres que, como expresara Martí, sean orientados por su sistema de valores hacia posiciones transformadoras y de compromisos con las exigencias históricas de la sociedad en que viven.

    La crítica y convulsa situación mundial que hoy acontece reafirma la necesidad de dar a la formación en valores, un lugar primordial dentro de las prioridades de cualquier sistema, pues, a pesar de la preocupación de filósofos y científicos de escala internacional, no se ha logrado que las nuevas generaciones asimilen los cambios que se han estado efectuando y se apropien de aquellos valores que cada sociedad establece.

    Cuba no está exenta de ello, ya que, con el triunfo de la Revolución, la sociedad ha sufrido un complejo y dinámico proceso de transformaciones que, junto a las circunstancias vividas en la década del 90 y las medidas tomadas para tratar de sobrellevar las difíciles situaciones atravesadas a raíz del agravamiento global y la injusta política de aislamiento y bloqueo del gobierno norteamericano, han originado cambios en la esfera espiritual e ideológica, incidiendo en las tendencias principales que regulan las actitudes y conductas, así como en las orientaciones valorativas de muchas personas.

    Por ser la formación en valores un proceso formativo de gran complejidad donde inciden todo un conjunto de influencias a las que se ve sometido el hombre desde la infancia, se dio a la escuela (institución por excelencia encargada de conducir el proceso docente – educativo durante un largo periodo de tiempo) la tarea de dirigirlo contando con los elementos y el personal preparado para el logro pleno del objetivo propuesto: la formación general integral de niños, adolescentes y jóvenes.

    Desde entonces el Ministerio de Educación (MINED), y tomando como modelo las experiencias legadas por grandes pedagogos cubanos: Félix Varela, José de la Luz, Martí, establece cambios en los contenidos educativos que permiten poner en correspondencia con las necesidades y preceptos de la sociedad, los objetivos formativos de estos, transformándolos y adaptándolos ante las influencias que afectan el desarrollo del ser humano y forman parte de su vida social.

    Respondiendo a la imperiosa necesidad de fortalecer el sistema de valores en la sociedad cubana, se han realizado investigaciones que analizan desde distintas perspectivas el problema: filosófica, psicológica, sociológica, pedagógica, destacándose, en el ámbito nacional, figuras como Fabelo (1989), Báxter (1996, 2000, 02, 07), Chacón (1999, 2000 y 2005), Silvestre (2002) y en el provincial, Batista Rodríguez (2001), Ortiz Ocaña (2002), Domínguez (2003), Mendoza (2003), Elizabet Segura (2003), Acebo (2005), Borrego (2005), Batista Tejeda (2006), Díaz (2009) entre otros que, apartir de los resultados alcanzados en la práctica educacional, han profundizado en la necesidad de la formación en valores a través del proceso docente educativo, enfatizando la importancia de la clase y el profesor como factores primordiales en el desarrollo del mismo y mostrando ejemplos de cómo hacerlo en diferentes enseñanzas y materias, según las particularidades y contenidos de las mismas.

    Los aportes teóricos y prácticos de los investigadores mencionados, han tenido gran significación en la esfera educacional cubana; sin embargo se debe continuar insistiendo en la necesidad de profundizar y renovar la labor educativa encaminada al fortalecimiento en valores del estudiante de preuniversitario, en el que aún prevalecen manifestaciones negativas como:

    • Ausencias injustificadas e impuntualidades a los turnos de clase y al retorno del pase.

    • Reiteradamente no realizan los trabajos independientes orientados en clase.

    • Incorrecto uso, deterioro o pérdida de la base material de estudio y de vida, la propiedad social y demás medios que el estado pone a su disposición.

    • Incumplimiento de las tareas que se le asignan así como con la norma establecida en las labores agrícolas.

    • Abandono de la guardia estudiantil.

    • Salida sin autorización, del centro.

    Tales actitudes han sido tratadas de forma general en los diferentes espacios que se proyecta la escuela para desempeñar su labor formativa, no obstante no se ha logrado la objetividad de los turnos de Debate y Reflexión en este sentido.

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