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Pensamiento y lenguaje (Analogías)

Enviado por armando barraza


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    1. El breve resumen

    El breve resumen:

    Es que a través de la lectura, escritura, y reflexionando en cada palabra, renglón tras renglón, línea sobre línea, nuestro pensamiento y lenguaje estarán unidos en su momento, espacio y lugar y, nuestro modelador actúe en su momento preciso, y sabemos que es el habla, y así se expresen, las palabras exactas, precisas en una forma y fondo, a través de la prosa que nos invita el autor, en un ir y venir, por el maravilloso mundo del pensamiento y lenguaje.

    Proverbios. 17: 27-28

    El que tiene conocimiento refrena sus palabras,

    Y el de espíritu sereno es hombre prudente.

    Cuando calla, hasta el insensato es tenido por sabio;

    Y el que cierra sus labios, por inteligente.

    Inicio este articulo con los refranes ya mencionados, para hacer estas analogías, respecto al pensamiento y lenguaje, en el aula, entre los alumnos y docentes, y nos lleva a una reflexión tanto simplista como profunda.

    Y, es que, hay ocasiones que nosotros mismos nos jactamos de nuestra ignorancia, hablamos mucho de un tema, sin saber, el significado de las palabras , y actuamos como si entendiésemos todo, pero, no, es así.

    A veces es mejor guardar silencio, y, no hablar, en algunas circunstancias, es mejor tener bien colectado el pensamiento y lenguaje, para cuando actúe nuestro modelador, que es el habla, es porque ya, re-estructuramos nuestras ideas y, las pusimos en orden en el hipocampus que es el guardián de la memoria de corto, mediano y largo plazo, para que en su momento, espacio y lugar, las expresemos por medio de la palabra, bien y, no, lastimar a nadie.

    Porque hay que recordar, que hay palabras, que edifican y hay otras que destruyen.

    Tengamos mucho cuidado, al entablar un diálogo, en el aula, con los alumnos.

    Siempre he dicho que el silencio mata, atormenta tanto en lo físico, en lo emocional, y hasta en lo espiritual, se encuentra uno confundido, trastornado y, traumatizado.

    El silencio es un arma muy ponderosa, de doble filo como una espada que hiere, lastima y, hasta se enloquece uno, o bien, lo manda a la depresión.

    Ahora bien, hay ocasiones que damos un consejo, pensando que estamos en lo correcto y, resulta que estamos equivocados, pero nosotros mismos, tenemos bloqueado nuestra mente, para poder discernir lo que estamos diciendo, y, nuestro pensamiento y lenguaje están desconectados y, nuestro mediador que es el habla queda fragmentado.

    Hay muchas formas de poder comunicarnos los seres humanos, por ejemplo en el aula, el estudiante se comunica con el profesor, a través de la palabra, hay ocasiones que es un silencio total, y en otras ocasiones con un lenguaje corporal, es decir, con un gesto, una mueca o un estilo de mirar.

    Se ha detectado en el aula, que en algunas ocasiones los estudiantes están descoletados de la cátedra, es decir, tanto el efector como el receptor, no, llevan una sincronía, por lo tanto, el pensamiento y lenguaje están asincronizados, separados, disfasados y, en el momento que el alumno participa, su habla, es simplista, fragmentado, sin sentido y, por ende en ese momento hay dos mundos opuestos en la comunicación, tanto el docente como el estudiante.

    Quiero mencionar algo que es de suma importancia y, me refiero al famoso celular, estamos viviendo la época celular, hace que se interrumpa la clase, la participación y, se desconecta uno de la metodología sistemática del tema. Y, en esa forma no hay un avance, no hay comunicación y, lo peor que pueda suceder es que exista, un silencio total (de parte del receptor o el efector), y, ese silencio, es como un principio de cáncer, que poco a poco va matando tanto en lo somático (cuerpo), mente y emocional, fragmenta lo que la naturaleza ha unido, que es la integridad.

    Debemos de tener, todo profesor: carácter, sabiduría prudencia, inteligencia, poder, humildad, conocimiento, paciencia y mucho amor, a su profesión docente, tanto en el aula, como fuera de ella. Para poder llevar adelante a los jóvenes estudiantes, desde el inicio del semestre hasta al final del mismo, es como dejar sembrada una semilla en la tierra fértil, y al llegar al final, veremos algunos frutos de ellos (as), donde existe un pequeño y gigante cambio.

    Y podremos decir *Sembremos en el desierto icebeño, ha empezado a llover* (Barraza).

    Podemos hablar de analogías para que sea una escritura rica, fructífera ,en fondo y forma y, su prosa sea exquisita, dulce como la miel de las abejas, fortaleza como la mariposa monarca, tenaz como el águila; constante como la hormiga, en un ir y venir.

    Con una planeación diaria, con un intenso interés, asombro y maravilloso, para estar pendiente en la escritura, reflexionando y meditando en el diario vivir de la docencia universitaria, así, como el agua que llega hasta las raíces de un árbol frondoso, donde vemos su tronco, sus ramas, sus hojas verdes, y hasta algunos frutos carnosos y hermosos, así debe de ser la relación entre el docente y estudiante, siempre con una comunicación constante.

    Con un diálogo permanente y, que no exista una verborrea de parte del efector hacia el receptor, porque llegaría a ser una simplicidad de ambos, o, uno de ellos.

    Sería muy lamentable llegar a ese grado, en un nivel educativo superior.

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