La improvisación de política económica y el problema de las crisis financieras recurrentes (El caso 94-95)
Enviado por Alfredo Mora Heredia
- La estrategia de política económica adoptada en 1994 y su impacto en la crisis cambiario-financiera de 1994-1995
- Consideraciones finales
- Referencias bibliográficas
La crisis suscitada a principios de la década de los ochenta estuvo íntimamente relacionada con el quehacer dentro de la esfera política, con una nueva elite gobernante que llega a revolucionar el viejo esquema económico cuyo sustento en un patrón de acumulación por sustitución de importaciones evidencia su agotamiento desde la década de los setenta.
En este contexto, para 1994 la continuidad del modelo de acumulación neoliberal puesto en vigor en la administración de Miguel de la Madrid Hurtado (1983-1988), trae consigo el manejo forzado de políticas macroeconómicas apremiantes para mantenerlo vigente. Ello representando posponer una devaluación del peso ya anunciada desde fines del primer trimestre de 1994, donde es notable la fragilidad del modelo de acumulación neoliberal ante los compulsivos eventos políticos, denotándose su marcada vulnerabilidad. En donde, finalmente, la política económica adoptada no lograra frenar la estampida de capital externo llevando por tanto a la devaluación del peso, como a la grave crisis financiera por todos percibida.
Establecido lo anterior, en el presente escrito se determinara que la estrategia de política económica adoptada en 1994 por la élite gobernante, fue errónea, teniendo un impacto considerable en la crisis cambiaro-financiera. Llevando al extremo de poner en riesgo la gobernabilidad del país.
LA ESTRATEGIA DE POLÍTICA ECONÓMICA ADOPTADA EN 1994 Y SU IMPACTO EN LA CRISIS CAMBIARIO-FINANCIERA DE 1994-1995.
La devaluación registrada en diciembre de 1994, era una crónica anunciada desde fines de marzo de 1994, merced la cada vez mayor dependencia de la economía mexicana al capital externo; radicando aquí la viabilidad y vulnerabilidad de modelo de acumulación neoliberal.
El gobierno Mexicano ante la salida de divisas y la contracción de la entrada de capital, decide implementar ciertas medidas macroeconómicas para continuar con el programa neoliberal hasta el fin del sexenio.
Para erradicar la salida de divisas se decide indizar deuda pública al dólar y emitir una cantidad mayor de estos instrumentos, (tesobonos) permitiendo esto mantener inalterada la política cambiaría, esto es, sostener de manera artificial el mercado cambiario; llevando esto a incrementar la sobrevaluación del peso; alcanzando en marzo un índice de 37.89%
Esta apreciación del peso concita el incremento del déficit de la balanza comercial, aunado a la reactivación que se hace de la economía a través de la expansión monetaria, conllevando esto el incremento de las importaciones de bienes de capital e intermedios por parte de la industria nacional.
La apertura económica intensifico la competencia en los mercados internos llevando a incrementar significativamente el contenido importado de la producción nacional, explicando esto el exceso de importaciones, mientras las exportaciones continuaban sin poder crear las suficientes divisas para solventar ese gran déficit comercial, incrementándose el mismo de 1993 a 1994 en un 40.21%
En el mismo orden de ideas, la inyección de liquidez al sistema también implico disminución de tasas de interés, ayudando a seguir deteriorando la balanza de capitales debido a que el incentivo a invertir en la economía Mexicana disminuía, aunado al riesgo prevaleciente en el momento. La disminución del superávit de la balanza de capital significaba no poder seguir financiando el gran déficit en cuenta corriente, acentuándose con el transcurrir del tiempo hasta niveles insostenibles.
Por lo tanto ante esto las políticas macroeconómicas van a lograr en el corto plazo mantener artificialmente a flote la economía ya que los aspectos adversos en balanza de pagos no se resolvían, por el contrario, con el tiempo iban en aumento, y en cualquier momento llevarían a la insolvencia de pagos.
El 20 de diciembre de 1994 la nueva administración (zedillista) ante la salida masiva de divisas, decide ampliar la banda de flotación del peso en un 15.3%; pasando de 3.4712 a 4.0016 pesos, con la idea de mantener en el futuro el desliz de cuatro diezmilésimas, comprometiendo esto el mantener vigente el programa neoliberal Salinista en su administración.
La ampliación de la banda de flotación no logra disminuir los ataques especulativos en contra del peso, llevando mas bien al aumento de la incertidumbre en el inversionista nacional y extranjero, asociado a la inestabilidad política y el incremento inexorable de las cuentas externas, siguiendo por lo tanto la constante salida de capitales, destacando la inyección de 4,543 millones de dólares por parte de Banco de México para cubrir la demanda de divisas.
Ello acarrea una caída de las reservas a 6,600 millones de dólares a fines de diciembre.
Por último, ante el agotamiento de las reservas internacionales, la contracción de la inversión extranjera motivando a su vez la disminución del superávit de la balanza de capitales, sin recursos para solventar el déficit en cuenta corriente. El 21 de diciembre se decide dar por concluido el régimen cambiario de bandas e iniciando el de libre flotación el 22 de diciembre.
La devaluación anunciada desde fines de marzo, es llevado a cabo, pero no como la que pudo acontecer a fines del primer trimestre de 1994, con una recesión de menor magnitud, reconociendo la no funcionalidad del modelo neoliberal en al economía mexicana. Por el contrario se toman políticas macroeconómicas imprudentes, guiando a la economía a una crisis económica de vastas dimensiones, con grandes costos en términos de desarrollo, empleo y nivel de vida.
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