Estudio psicológico del Burlador de Sevilla — El legendario Don Juan
Para quienes estudian la naturaleza del ser humano, la vida ficticia del carácter de don Juan Tenorio suministra una fuente inagotable de placeres.
Para el endocrinólogo y escritor español don Gregorio Marañón, el don Juan encarna el hombre monógamo por excelencia.
¡Inesperada sorpresa!
Para el amante de la música, la personificación del Tenorio en la ópera don Giovanni, compuesta por Mozart en 1787, constituye el recital melodramático más sublime que haya entrado el escenario operático.
Para todos, don Juan es, a la vez, fascinante y temido.
Pero, ¿quién es el don Juan?
Desde el siglo XVII, han aparecido muchas obras sobre un hombre que se llamaba don Juan. ¿Quién fue este don Juan, y por qué hay tantas historias sobre su vida? La respuesta es que hay varios tipos de don Juan. Si se trata de encontrar la primera aparición sobre don Juan en la literatura, inevitablemente se encontrará la comedia, El burlador de Sevilla y convidado de piedra, que fuera escrita por un monje, Gabriel Téllez, quien también se conoce como Tirso de Molina. La obra fue escrita en la primera mitad del siglo diecisiete, pero carecemos de fecha exacta. El carácter central de la obra es un joven, don Juan Tenorio. Un miembro de la nobleza, que seduce mujeres y las deserta sin remordimiento. De alto linaje, don Juan, es sobrino del embajador de España en Nápoles, hijo de don Diego Tenorio, Conde de Lebrija; y además, es hombre soltero con un impulso para violar a mujeres. (En esta facultad, DSM-V, puede hallar su futura inclusión diagnóstica).
Las cosas que le importan en la vida son el honor propio y la seducción de las mujeres. Está en conflicto con todas las personas de la obra, incluso su compañero y criado, Catalinón. Por ser un hombre que vive en el momento sin preocuparse de las consecuencias de sus acciones en el futuro.
Su filosofía se resume así: "Sevilla a veces me llama el Burlador, y el mayor gusto que en mí puede haber es burlar una mujer y dejarla sin honor." ¿Qué puede estar en la mente de una persona como él?
Don Juan tiene una vida muy libidinosa. En el burlador, hay cuatro mujeres que viola: Isabela, Tisbea, doña Ana, y Aminta. Isabela y doña Ana son nobles, y Aminta y Tisbea son de la clase baja — las últimas serían "chopas", en la vernácula caribeña. El amador por excelencia disfruta de todas y escapa con facilidad en cada ocasión, con la excepción de doña Ana, quien gritó para convocar la ayuda de su padre, don Gonzalo, mientras era violada. Cuando don Gonzalo llega, una pelea con don Juan sigue, quien termina ultimando al agraviado padre con su tizona. Muriendo, Don Gonzalo jura venganza después de su muerte — a lo que don Juan sólo ríe.
Para demostrar por qué lo llaman "el Burlador", don Juan encontrando la estatua de don Gonzalo en su mausoleo, le da un tirón a la barba. Es claro que don Juan no tiene respeto para nadie sino es él mismo. Al final de la obra, la estatua despierta a los muertos para llevar a don Juan al infierno.
La primera mitad de la obra trata de las mujeres que son violadas. Este don Juan no busca a una mujer perfecta en sus aventuras; lo que encuentra en cada nueva conquista es un reto o desafío. Le importa el juego y la burla más que su deseo para el sexo amatorio. El sexo solamente es una parte de la burla.
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