Descargar

La motivación en el tratamiento del sobrepeso

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. ¿Motivación o fuerza de voluntad?
    2. Bibliografía
    3. Anexo

    No existe nada más frustrante en toda la medicina y en toda la regulación de la comida que el tratamiento del sobrepeso -si no se tiene en cuenta que sus hermanastras, la anorexia y la bulimia, son igualmente tercas en su entendimiento y peores en su resolución.

    Para concebir estas condiciones y para emprender la ruta tortuosa de sus curas, es preciso conocer no solo los aspectos dinámicos de sus cuadros clínicos, sino que asimismo es indispensable analizar intensamente al paciente que las presenta.

    Couch potato…

    Pero existe una triste realidad que a todos nos afecta.

    Esta realidad consiste en el auspicio maligno que gravita y proyecta su sombra negra en el campo de la reducción de peso, y que consiste en el hecho incontrovertible de que nadie ha diseñado una dieta basada en hechos indisputables y científicos. Una dieta que remueva el desenlace evasivo que representa el logro de una pérdida de peso permanente y sin sacrificios.

    Esa dieta, si existiera, hubiera eliminado la obesidad. Y como esta dieta no existe, lo que nos queda es que el flagelo que la gordura representa para la salud humana se ha convertido en epidemia progresiva.

    Veamos por qué:

    No es posible, siempre he mantenido, que un sistema de tratamiento que se estructure basado en el ofrecimiento de un plan universal y uniforme para aplicarlo a todos quienes sean que lo usen, pueda ayudar a la mayoría. La razón para esto sigue siendo simple. No es igual la dieta de un niño, de una adolescente, de personas jóvenes, viejas, de mujeres embarazadas, de un fumador, de un bebedor o la de un diabético -para destacar algunos ejemplos.

    Si aceptamos como lógico lo que por encima hemos enunciado, entonces entenderemos por qué los muchos sistemas dietéticos que hoy se utilizan están (todos, sin excepción) destinados a fracasar y a crear mayores problemas de los que programan resolver.

    Y, como si esto no fuera suficiente, y para complicarlo más, cuando se habla del tratamiento de las enfermedades del comer: muchos aconsejan y pocos saben… Así que terminamos enrolándonos en programas para reducir de poca fiabilidad demostrada. Programas que, a pesar de ofrecer poco, son ilógicos y costosos. Ilógicos porque se basan en el padecer el hambre, que es contranatural; y costosos porque nos obligan a hacer uso de "comidas" preparadas, que son caras, y cuyos componentes a menudo no existen en la Naturaleza para el consumo de nuestro género humano.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente