Durante este período de esplendor, los señores mayas de Toniná se postularon como los creadores del tercer sol cultural mesoamericano (siendo el primer sol el de los olmecas y el segundo el de los teotihuacanos), período al que puso fin una incursión de los toltecas a principios del siglo X, que destruyó el poder de Toniná, autoconsiderándose como el cuarto sol, previo al quinto sol, representado por los aztecas.
Manifestaciones culturales
Religión
Su religión desarrolló todos los temas importantes encontrados en los cultos posteriores. Tenían una religión politeísta, gran número de sus dioses eran relacionados con la agricultura y otros elementos como el sol, el agua, los volcanes, etc.
El centro de su religión es el culto al jaguar, y aparece representado en la iconografía Tonintana. Se le representaba con la característica boca Tonintana, de forma trapezoidal, con las comisuras hacia abajo y el labio superior muy engrosado. En muchos casos con colmillos muy pronunciados, adornos supraciliares y el cráneo hendido. Siempre aparece representado de la misma manera. No se sabe qué tipo de dios pudo ser. Se cree que pudo ser origen del dios de la lluvia, que se desarrollará posteriormente en muchos puntos de Mesoamérica.
Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, los sapos, los reptiles, en fin, casi todos animales de la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas de unos y cuerpos de otros, creando seres mitológicos. En ocasiones para sus representaciones religiosas tienden a la abstracción, con lo cual no se sabe exactamente qué pudo significar.
Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados directamente con los gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales, gobernantes con poderes sobrenaturales, descendientes directos de las divinidades.
Es una religión compleja, que no se ha conseguido descifrar aún. Pero se cree que pudo tener toda una doctrina aceptada por el pueblo, para justificar, explicar y legitimar a los linajes gobernantes, las desigualdades sociales, las fuerzas sobrenaturales y establecer vínculos entre éstas y los gobernantes. La religión estaría institucionalizada, con un cuerpo doctrinal y su panteón. De esta forma también los líderes gubernamentales utilizaban un símbolo de una figura de animal para identificarse.
Alimentación
En los lugares donde se establecieron los Tonintanos, había muchos animales y plantas que les sirvieron para alimentarse, pero también aprendieron a cultivar maíz, frijol y calabaza que aseguraban comida para todos y ya no había necesidad de ir de un lugar a otro.
Entre las plantas que consumían se encuentran numerosos árboles frutales como la guayaba y el zapote.
Entre los animales que les servían para alimento estaban los tlacuaches, changos, guajolotes, venados, tapires, pavos silvestres, pescados, mariscos y aves acuáticas. Es probable que también criaran abejas para obtener miel.
Descripción de la ciudad
La ciudad de Toniná se asienta sobre un relieve natural selvático en el sector norte del valle de Ocosingo, formado por terrenos arcillosos a unos 70 m de altura de la llanura circundante, aprovechados en parte para quedar revestidos en piedra para constituir una serie de plataformas elevadas y estables, de tipo piramidal, sobre las que se levantaron los templos y palacios de la ciudad. De esta formas quedó constituido el núcleo urbano principal de la ciudad, a modo de acrópolis de la misma, a cuyo alrededor y en todo el resto del valle se escalonaban las zonas residenciales y las dedicadas a uso agrícola.
Sin embargo, el hecho de que el asentamiento de Toniná haya tenido al menos tres mil años de ocupación humana marcados por una incesante sucesión de construcciones ha determinado que los palacios, templos y escalinatas de acceso hayan ido superponiéndose unos a otros, entretejiendo un intrincado laberinto constructivo.
Existen actualmente un total de siete plataformas agrupadas en la llamada Gran Pirámide, de las que cabe destacar a cuatro de ellas: la tercera, que acoge al llamado Palacio del Inframundo; la cuarta, en la que se halla el Palacio de las Grecas y la Guerra; la sexta, donde se halla el Mural de los Cuatro Soles, una representación de las Cuatro Edades Cósmicas; y la séptima, la más elevada, que acoge a dos templos, el Templo de los Prisioneros y el Templo del Espejo Humeante, siendo estos últimos los templos más elevados de Mesoamérica.
Existen en la ciudad un total de 97 edificios localizados, de diferentes tamaño y función arquitectónica (un templo para cada uno de los 13 dioses mayas, palacios destinados a residencia, un laberinto, un mural, un subterráneo dedicado al dios de los huesos y al inframundo), así como dos juegos de pelota y 38 tumbas.
Las ruinas de Toniná nos presentan pues una suma de las más bellas expresiones estéticas de las arquitecturas de los pueblos que por ella han transitado: Arquitectura olmeca, Arquitectura maya, Arquitectura teotihuacana y Arquitectura tolteca. Elementos arquitectónicos a destacar son, por ejemplo, los cubrimientos a dos vertientes en forma de triángulo isósceles, un dique con forma de caracol de guerra sobre un arroyo afluente del río Usumacinta en la Selva Lacandona y un total de 37 piezas escultóricas.
Decadencia e historia reciente del lugar
Tras que Toniná logro sobrevivir 4 siglos al derrumbe del viejo imperio maya, coexistiendo con las ciudades toltecas de Tula y Chichen Itzá, la ciudad entro en decadencia.
Durante este período, la crisis y destrucción de la ciudad resulta imparable: se decapitan y destrozan las esculturas; la acrópolis es utilizada como necrópolis por nuevos pueblos que al enterrar a sus muertos saqueaban viejas tumbas y ofrendas, a la vez que perforaban templos y palacios. Finalmente, tras mil años de existencia, la tierra y la vegetación cubrieron las ruinas de la ciudad, que sólo tras una década de trabajos arqueológicos ha salido de nuevo a la luz, permitiendo así el conocimiento de su existencia.
Sin embargo, por ahora las excavaciones arqueológicas se han limitado a la quinta parte del área que se ha delimitado y protegido legalmente, de tan sólo 2 km 2, de los cuáles la ciudad ocupa únicamente unas 94 hectáreas alrededor de una colina alta del valle de Ocosingo.
Conclusión
En conclusión, la civilización tonintana fue una de las más importantes de Mesoamérica, el origen de sus pobladores aun es un poco dudoso, pero aun así, se sabe mucho sobre su historia y su cultura, Por ejemplo, se sabe que la ciudad de Toniná fue fundada en el año 250 y decayó cerca del año 1500, también se sabe que entre el lapso de fundación y el lapso decadente, hubo grandes avances culturales entre sus pobladores.
Bibliografía
Libros
De la Garza Mercedes El misterio maya
Yadeun Juan Toniná: el laberinto del inframundo
Páginas web
www.monografias.com
Autor:
Juan López
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